El gobierno de Costa Rica aprobó envíos de aletas de tiburón martillo violando un tratado internacional, alegan los grupos conservacionistas.
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Un banco de tiburones martillo nadando cerca de las islas Galápagos. Costa Rica ha estado exportando dos especies de tiburón martillo cuya venta está limitada por el Apéndice II de CITES. Foto por: Alex Hearn.
El 24 de diciembre, un avión de American Airlines llevó 411 kilogramos de aletas de tiburón secas de Alajuela, Costa Rica, a Hong Kong, haciendo escala a mitad de camino en Miami. El envío, valorado en cerca de 53 000 dólares, contenía aletas de 411 animales, más de siete veces la cifra permitida de exportación por el gobierno de Costa Rica. Las aletas procedían de dos especies: el tiburón martillo liso (Sphyrna zygaena), clasificado como Vulnerable por la UICN, y tiburón martillo común (Sphyrna lewini), que están clasificados como en peligro de extinción por la UICN y la Ley de Especies en Extinción de EE UU.
El envío fue una de muchas exportaciones de aletas de tiburón de Costa Rica que toco suelo estadounidense violando las leyes americanas el pasado otoño e invierno, y fue uno, de al menos dos envíos aprobados por el gobierno de Costa Rica, que violó un tratado internacional, alegan los grupos de conservación. La protesta pública sobre los envíos provocó que American Airlines anunciara el pasado mes que habían cesado los envíos de aleta de tiburón, convirtiéndose en la primera compañía estadounidense en presentar una prohibición total, según los grupos. La publicidad también hizo que el gobierno de Costa Rica detuviera las exportaciones de tiburón martillo de momento.
Las aletas de tiburón se utilizan para hacer una costosa sopa que es una seña cultural de prosperidad y buena fortuna en algunas comunidades del este de Asia. La extracción global de aletas de tiburones se ha topado con una presión cada vez mayor de grupos conservacionistas y gobiernos al tanto de las amenazas hacia las poblaciones de tiburones en declive. La práctica del cercenamiento de las aletas de tiburón, en la que las aletas son cortadas a tiburones vivos y arrojados de vuelta al mar, mortalmente heridos, ha generado repulsa popular.
Violación de CITES en Costa Rica
El mercado de tiburones martillo liso y común está regulado por el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES, por sus siglas en inglés). Costa Rica es uno de los 181 países miembros de CITES, y está fuertemente apoyada, incluyendo tres especies de tiburón martillo en el Apéndice II de una reunión en Tailandia en marzo de 2013.
En la reunión, se fijó el 14 de septiembre de 2014 como fecha límite en cada país para completar un informe de Certificado de No Detrimento (NDF, por sus siglas en inglés) antes de permitir la exportación de tiburones del Apéndice II. El NDF es una estimación científica, de acuerdo con las directrices, of de CITES, sobre cómo la exportación podría afectar a la especies. A un país que siga su compromiso con CITES solo se le permite exportar cuando su NDF determina que esa exportación no supondrá un perjuicio para la supervivencia de las especies.
Costa Rica ha exportado aletas de tiburones martillo y otras especies de tiburón durante años, y posee leyes instauradas que prohíben la práctica del cercenamiento de aletas de tiburón. Aun así, la fecha límite del 14 de septiembre se pasó sin que el país generara un NDF para tiburones martillo, algo que todavía no ha hecho.
Incluso así, entre el 18 de septiembre y el 5 de noviembre, la efectuación de cinco exportaciones que totalizaban más de 6100 kilogramos de aletas secas de varias especies de tiburón, incluyendo tiburones martillo lisos, llamaron la atención del presidente de PRETOMA (Programa Restauración de Tiburones y Tortugas Marinas), una organización de conservación e investigación de Costa Rica, Randall Arauz, comunicó mongabay.com.
Posteriormente, en noviembre, el personal de PRETOMA y un inspector del Servicio Nacional de Salud Animal (SENASA), descubrió aletas de tiburones martillo y tiburones oceánicos de puntas blancas (Carcharhinus longimanus) en tres de treinta sacos de 40 kilogramos cada uno que esperaban a ser exportados, dijo Arauz. Los tiburones oceánicos de puntas blancas también fueron inscritos en el Apéndice II de CITES en 2013, y están prohibidos de todo comerció por la Comisión Interamericana del Atún Tropical (IATTC, por sus siglas en inglés), de la que es miembro Costa Rica. Se tenía previsto exportar los envíos a Hong Kong a través de Miami utilizando los servicios de mercancía exprés de UPS y China Airlines.
Randall Arauz, presidente de la ONG costarricense Programa Restauración de Tiburones y Tortugas Marinas (PRETOMA), inspecciona un saco de aletas de tiburón previsto para exportarse bajo la supervisión de oficiales del ministerio de medio ambiente de Costa Rica. Foto por: PRETOMA. |
Tras la redada, tanto UPS como el propietario del carguero –una compañía costarricense llamada Inversiones Cruz S.A. – colaboraron de lleno con los oficiales de SENASA, según la web de PRETOMA. El carguero entero fue devuelto a Inversiones Cruz, sin exportar. La compañía incluso donó a PRETOMA las aletas como método de entrenamiento de identificación de aletas de tiburón para oficiales públicos.
Al poco tiempo, el 18 de diciembre, el comité científico de la CITES de Costa Rica (CRACCITES, por sus siglas en inglés), aprobó el permiso para la exportación de aletas de 59 tiburones martillo lisos y comunes al aceptar un NDF provisional emitido por el departamento de pesca del país, en el que no se incluía ningún cálculo. PRETOMA denunció su aprobación en su página web como “irregular,” en parte porque CITES no permite un NDF provisional.
A pesar de las protestas realizadas por PRETOMA y otros, y la violación de este ambiguo permiso de exportación, Inversiones Cruz S.A. terminó en Nochebuena con una exportación de 411 de aletas de tiburón martillo para Aletas y Productos Marinos Co. Ltd. de Yue Hing Shark en Hong Kong— el pedido transportado por American Airlines que hizo transbordo en Miami.
Una investigación llevada a cabo por el periódico costarricense The Tico Times examinó los informes de inspección (llamados FIAD) para los envíos que transportaban las aletas. Se evidenció que aunque el peso total de las aletas sumaba 411 kilogramos, exportados el 24 de diciembre, no se tiene en cuenta la disminución aproximada del 60 por ciento que ocurre entre que las aletas llegan y, a continuación, se secan. Así, deberían haber sido FIADs de cerca de 1000 kilogramos de aletas de tiburón frescas para apoyar las cifras permitidas de exportación. Además, la investigación descubrió cuatro botes abandonando el puerto tras la fecha límite del 14 de septiembre, día en que se inscribían los tiburones martillo oficialmente al Apéndice II de CITES y se imponía la presentación de un NDF para la exportación.
Poco tiempo después, otra compañía de Costa Rica solicitó permiso para exportar 1200 kilogramos de aletas de tiburón martillo a Hong Kong, según cuenta la historia de Tico Times. Esta vez, debido al interés público provocado, CRACCITES denegó el permiso. Sin embargo, en febrero el ministerio costarricense de Medio Ambiente, Energía y Telecomunicaciones tomó cartas en el asunto y concedió el permiso; aunque solo 490 kilogramos se exportaron realmente, cuenta Arauz a mongabay.com.
Primero, en respuesta a la petición, el ministerio permitió una prórroga de seis meses para la exportación hasta que el esperado NDF esté terminado. Sin embargo, Arauz confirma que el ministerio posteriormente se retractó y dijo que no se permitirá ninguna exportación hasta que el NDF final esté terminado.
PRETOMA afirma que es imposible determinar la procedencia de las aletas de tiburón exportadas para probar que no fueron extraídas mediante el cercenamiento de tiburones vivos, que está prohibido por ley en Costa Rica. Por su parte, el gobierno de Costa Rica anunció en su página web que las aletas para las que se emitió permiso de exportación para diciembre y febrero fueron obtenidas de tiburones por pesca incidental y no intencional; y fueron capturados con sus aletas y de una pieza, tal y como ordena la ley costarricense. También se confirmó que se emitieron todos los permisos de exportación “respetando los acuerdos internacionales,” incluyendo CITES. El permiso final en febrero solo autorizaba la exportación de 239 kilogramos de aletas de tiburón martillo.
Esta segunda resolución de exportación se efectuó solamente para prevenir que las ya cosechadas aletas de tiburón fuesen destruidas, expone Julio Jurado, director ejecutivo del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC), que supervisa la implementación CITES, comentó Tico Times. . “Todo lo que la segunda resolución de exportación hizo fue permitir que los exportadores desalojaran sus almacenes. No emitiremos más permisos de exportación hasta que el proceso de NDF haya terminad,” explicó Jurado.
Arauz se muestra pesimista acerca de que un cambio supondrá una gran diferencia. Predijo que los tiburones martillos seguirían siendo asesinados, pero que sus aletas se secarán y almacenarán esperando que se complete un NDF y así se reanuden las exportaciones en el otoño.
“De esta manera, serán más seis meses más matando tiburones martillos para exportar sus aletas violando de manera consciente el CITES,” dijo Arauz. “En el caso de que el NDF expresara que no se pueden exportar más aletas de tiburón martillo, las autoridades efectuarán el envío de todas formas, ya que se utilizarán los argumentos de “interés público” o “ya están muertos” o “es pesca incidental,” para alejar al país del criterio CITES.”
Entrada ilegal en EE UU
Cuando el 24 de diciembre, el envío de aletas desde Costa Rica a bordo de American Airlines tocó suelo estadounidense en su camino hacia Hong Kong, se violó la ley de EE UU. Los tiburones martillo comunes están clasificados en la Ley de Especies en Peligro de Extinción (ESA, por sus siglas en inglés), que prohíbe específicamente transbordos como estos sin permiso.
“Todos las aletas de tiburón martillo común exportadas de Costa Rica proceden de la población en peligro de extinción del Pacífico Este y que está protegida por la ESA. El hecho de que EE UU no interrumpiera los envíos en el momento en que tocaron suelo estadounidense, los convierte en cómplices del comercio internacional y no regulado de aletas de tiburón,” dijo Maike Heidemeyer, biólogo de PRETOMA que investigó los envíos, en un comunicado de prensa.
Los oficiales del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos (USFWS, por sus siglas en inglés), encargados de prevenir envíos ilegales de fauna salvaje en el país, dijo que no podían dar detalles específicos sobre ese ni ningún otro envío de aletas de tiburón de Costa Rica, según las leyes de privacidad.
Toda importación de especies en peligro de extinción, incluidos los transbordos, deben declararse al USFWS para la inspección, contó a mongabay.com Gavin Shire, director del USFWS y asuntos públicos. Sin embargo, las declaraciones sobre transbordos rara vez o nunca se efectúan. “Por ahora podemos decir que nuestra División de Gestión de Autorías no ha tratado nunca realmente con ningún envío así,” dijo Shire.
Las inspecciones aleatorias o preventivas desvelan el tráfico de fauna salvaje, pero con solo 119 inspectores nacionales es un muy pequeño porcentaje de lo que actualmente cruza la frontera estadounidense, comentó a mongabay.com Tamesha Woulard, inspectora superior del USFWS. Shire dijo que los exportadores, no las aerolíneas o cargueros, eran los responsables de asegurar que cualquier permiso o instancia estuviera en orden.
Arauz comunicó a mongabay.com que se han detenido todos los vuelos que transportan aletas de tiburón de Costa Rica a Hong Kong pasando por EE UU. No obstante, oficiales del USFWS, la Asociación Nacional Oceánica y Atmosférica, así como la embajada de EE UU en Costa Rica se negaron a perseguir el caso cuando PRETOMA levantó su atención, dijo Arauz.
Reacción de las compañías de transporte estadounidenses a los envíos de aleta de tiburón
El 6 de abril, el diario Costa Rican Times republicó un recuento de envíos de aleta de tiburón, evidenciando el papel de American Airlines, lo que suscitó una lluvia de comentarios por las redes sociales.
Al día siguiente, American Airlines tuiteó “Todos los envíos se efectuaron legalmente. Hemos parado el envío de aletas de tiburón el 30 de marzo.” (Tuits separados indicaron que la compañía paró el 4 de marzo). La compañía no ha emitido un comunicado formal describiendo la política, y no respondieron a la petición para ampliar la información de mongabay.com.
Alrededor de dos decenas de compañías de transporte internacionales, en las que se incluyen Singapore Airlines, Korean Airlines y Virgin International, ya se han comprometido a no enviar aletas de tiburón. La actuación de American Airlines provocó los elogios de grupos conservacionistas.
“Ver cómo American Airlines, una gran aerolínea estadounidense con una gran influencia, reconoce públicamente que no van a seguir transportando aletas de tiburón es increíble,” dijo en un comunicado de prensa Joanna Nasar, representante de Turtle Island Restoration Network, un grupo conservacionista con sede en California y asociada con PRETOMA. “Es en lo que hemos estado trabajando durante meses, les aplaudo por hacer lo correcto.”