Selva amazónica al sureste de Perú. Foto de Rhett A. Butler.
La actividad humana ha destruido enormes surcos de la biomasa de la selva amazónica a medida que los árboles son talados para hacerle lugar a la pastura, a los campos de soja y a otros desarrollos. Ahora, un nuevo estudio ha determinado qué tanto ha contribuido la destrucción al cambio climático.
Investigadores de la Universidad de Edimburgo dicen que de 1,7 a 1,9 partes por millón del CO2 atmosférico – cerca del 1,5 por ciento de las cantidades incrementadas de carbono en la atmósfera de la Tierra debido a actividad humana – vinieron de la destrucción del Amazonas. Sus resultados fueron publicados en la revista Geophysical Research Letters.
Mientras alertan que la quema de combustibles fósiles ha contribuido mucho más a la carga del CO2 atmosférico global, el estudio muestra un panorama escueto del precio que el Amazonas ha pagado a lo largo de la historia humana, y cómo ello podría contribuir al calentamiento global en los años por venir.
Si no fuera por la destrucción a manos del hombre, el Amazonas captaría 12 por ciento más de carbono en su vegetación, de acuerdo al estudio. Eso es un déficit neto de entre siete y ocho mil millones de toneladas métricas de carbono en la biomasa de la Amazonía que se encuentra sobre el nivel del suelo, y ni siquiera incluye el carbono acumulado en la tierra del bosque. Así que el déficit es de hecho más alto.
Bosque peruano talado. Foto por Rhett A. Butler.
Los árboles y otra flora absorben carbono de la atmósfera mientras crecen, haciendo de las selvas del mundo uno de los más importantes sumideros terrestres de carbono que ayudan a contrarrestar las emisiones de nuestro uso de combustibles fósiles. Como señala el informe, los bosques del mundo y otra vegetación absorbieron cerca del 25 por ciento de las emisiones de carbono realizadas por el hombre durante el último medio siglo.
Desde luego, algunas de las emisiones de la deforestación en el Amazonas fueron contrarrestadas por la regeneración de la vegetación a pesar de la presión de la actividad humana.
Este delicado balance entre los sumideros de carbono y las emisiones del carbono previamente almacenado es conocido como el ciclo del carbono. Calcular las emisiones históricas de la deforestación del Amazonas nos ayuda a entenderlo mucho mejor, de acuerdo al Dr. Jean-François Exbrayat, de la Escuela de GeoCiencias de la Universidad de Edimburgo, el autor principal del artículo.
En una declaración, Exbrayat le explicó a mongabay.com cómo fue que su equipo calculó la cantidad de biomasa que estaría almacenada en el Amazonas si la deforestación no hubiera ocurrido. Las imágenes satelitales en alta resolución de la selva sólo están disponibles a partir del año 2000, así que calcular las emisiones históricas de la deforestación requirió que el equipo creara modelos por computadora para determinar el impacto sobre la selva en décadas pasadas.
“Diseñamos un algoritmo para reproducir la relación entre la biomasa y el clima en Paisajes identificados de Bosque Intacto”, dijo Exbrayat. “Después, aplicamos los algoritmos previamente diseñados a las regiones deforestadas para reproducir la biomasa potencial. La diferencia entre la biomasa potencial reconstruida y la biomasa actual representa el déficit neto derivado de la deforestación pasada, incluyendo los procesos de regeneración.”
El equipo ejecutó el proceso entero dos veces, y Exbrayat dice que los resultados convergieron en un 11,5 a un 12 por ciento del déficit de biomasa, lo cual corresponde a las tasas de deforestación que vienen ocurriendo desde los años 60.
El informe no hace ninguna recomendación de políticas, pero muestra “la utilidad de los inventarios frecuentes de biomasa para cuantificar las emisiones al estudiar la evolución en la biomasa”, como Exbrayat dijo.
Citas:
Exbrayat, J. F., & Williams, M. (2015). Quantifying the net contribution of the historical Amazonian deforestation to climate change. Geophysical Research Letters.