- Los autores de un estudio reciente observaron un cambio drástico en la mortalidad de los murciélagos al comenzar el siglo XXI, debido a la mortalidad por colisión con turbinas de viento y el síndrome de nariz blanca.
- A pesar de que se cree que el transporte de pasajeros entre América del Norte y Europa es el responsable de la introducción del síndrome de nariz blanca en América del Norte, el estudio no atribuye las muertes por infección fúngica a la actividad humana.
- El contacto cercano y frecuente entre murciélagos y personas u otros animales puede causar casos de contagio, en donde la enfermedad se transmite desde la especie reservorio a la especie que entra en contacto con esta.
Por primera vez desde 1970, un equipo de científicos ha examinado las tendencias globales en la mortalidad de murciélagos en masa. La revisión, sin precedentes, fue publicada en Mammal Review y muestra que más de la mitad de los eventos de mortalidad en murciélagos durante los pasados 226 años son resultado de la actividad humana.
Los autores observaron un cambio drástico en la mortalidad al entrar en el siglo XXI atribuible a muertes por colisiones con turbinas de viento y el síndrome de nariz blanca. Estos factores, al matar millones de murciélagos, sobrepasan a todas las otras causas históricas de mortalidad de murciélagos.
A pesar de que se cree que el transporte de pasajeros entre América del Norte y Europa es responsable de la introducción del síndrome de nariz blanca en América del Norte, el estudio no atribuye las muertes por infección fúngica a la actividad humana.
Los autores del estudio revisaron una multitud de reportes desde 1790 en busca de evidencias de mortalidad en masa, la cual definieron como eventos en los que mueren 10 o más murciélagos.
Clasificaron los eventos por causa de muerte e identificaron nueve categorías principales: muerte intencional por actividades humanas; factores bióticos que no incluyen enfermedades (como la depredación); factores abióticos; contaminación ambiental; accidentes (como quedar atrapados); colisión con turbinas de viento; enfermedades infecciosas virales y bacterianas; síndrome de nariz blanca; y causas sin explicación.
Es muy probable que las estimaciones sean conservadoras, ya que los informes de mortalidad varían según el país. Sin embargo, el estudio documentó 1180 eventos de mortalidad en masa, los cuales afectaron en total a 152 de las 1200 especies conocidas.
Los murciélagos se encuentran en todos los continentes menos en la Antártida. Contribuyen a la biodiversidad y a la óptima salud de los ecosistemas en todo el mundo.
“Los investigadores han descubierto que los murciélagos son polinizadores de plantas, se alimentan de plagas de los cultivos y diseminan semillas”, dijo David Hayman, profesor titular de la Universidad de Massey y coautor del estudio.
Los murciélagos son famosos por polinizar las plantas que se utilizan en la producción de tequila y chocolate. Pueden ingerir hasta 1000 insectos por hora, lo cual ayuda a los agricultores a reducir las poblaciones de insectos que se consideran una plaga.
A medida que las poblaciones de murciélagos disminuyen, crece la preocupación por su rol como especies reservorio ¬–especies que hospedan un patógeno pero no demuestran ningún síntoma de la enfermedad–. Algunos de los virus más peligrosos del mundo corren por las venas de los murciélagos, entre ellos los que causan la rabia, el Ébola, y SARS.
Las evidencias sugieren que la increíble diversidad viral encontrada en los murciélagos es el resultado de su singular metabolismo. Al ser el único mamífero capaz de volar, los murciélagos experimentan un drástico aumento de la actividad metabólica y temperatura corporal durante el vuelo, lo cual produce condiciones similares a la fiebre en otros mamíferos. Raina Plowright, ecóloga experta en enfermedades y coautora del estudio, de la Universidad estatal de Montana, dijo que esta respuesta inmune potenciada, evita que los murciélagos se vean afectados por las enfermedades que tanto amenazan a los humanos y otros animales.
La salud de los murciélagos y de los humanos está íntimamente ligada, dijo Plowright. El contacto cercano y frecuente entre murciélagos y personas u otros animales puede llevar a eventos de contagio en los que las enfermedades son transmitidas desde la especie reservorio a la especie con la que entra en contacto. Este es un fenómeno complejo que puede amenazar la seguridad global.
“A medida que los hábitats de los murciélagos son eliminados, hemos visto que nuevos virus emergen de los murciélagos y afectan a los animales domésticos y a los humanos”, dijo Plowright. “La pérdida de hábitat puede llevar a los murciélagos a buscar alimento en las aéreas donde viven los humanos, lo cual puede llevar al contacto cercano entre murciélagos y personas”.
Sin embargo, la documentación de casos de contagio de enfermedades de murciélagos a personas es escasa.
El aumento de la población humana y los cambios en el uso de la tierra también pueden precipitar efectos colaterales. Hay quienes tienen la hipótesis de que la deforestación causó el brote de Ébola el año pasado en África Occidental, al forzar a los murciélagos frugívoros a buscar alimento en las comunidades cercanas luego de que su hábitat natural fuera destruido.
El estudio es un paso muy importante en la conservación de los murciélagos. Para prevenir la mortalidad es necesario entender las causas y su magnitud.
“Mantener poblaciones saludables de murciélagos y mismo tiempo evitar el contacto con humanos es algo muy importante que tenemos que hacer”, dijo Hayman.
Dado que los murciélagos son de larga vida y lentos en reproducirse, la estabilidad en la población requiere grandes tasas de sobrevivencia en individuos adultos. Sin embargo, la aparición del síndrome de nariz-blanca y la creciente industria eólica amenazan los índices de sobrevivencia. Los autores dudan que los datos descubiertos en sus observaciones sean sostenibles. Se espera que el cambio climático también introduzca nuevos desafíos en las poblaciones de murciélagos a nivel mundial.
La colisión con turbinas de viento representa una de las causas más prevalentes de eventos de muerte en masa desde 1790, y la mayoría de estos episodios sucedieron luego de los años 2000. Los murciélagos dependen de la ecolocación para volar y confunden las turbinas con árboles, especialmente cuando los parques eólicos están situados cerca de bosques donde habitan murciélagos.
Los esfuerzos para hacer que los parques eólicos sean más seguros incluyen apagar las turbinas cuando hay condiciones de poco viento e instalar aparatos que emitan sonidos de alta frecuencia para disuadir a los murciélagos. Las turbinas sin aspas son otra alternativa, pero algunos dudan de su habilidad para convertir el viento en energía de forma eficiente.
“Hay varias alternativas posibles pero están en fase de experimentación… muy pocas están listas para su uso”, dijo Paul Cryan, biólogo del USGS y coautor del estudio.
Mientras tanto, Cryan dijo que se está implementando la práctica de reducir la velocidad de las aspas cuando hay poco viento en las noches, y esto puede reducir la mortalidad de los murciélagos en un 50 % o más.
El síndrome de nariz blanca, observado por primera vez en Nueva York, es la segunda causa observada más prevalente de mortalidad en masa y ha matado al menos a seis millones de murciélagos en América del Norte desde que se descubrió hace una década. El síndrome de nariz blanca parece ser endémico e inofensivo en los murciélagos de algunas partes de Europa y China. La explicación de su resistencia sigue siendo poco clara, porque diferentes especies utilizan diferentes mecanismos. No obstante, los intentos de combatir la enfermedad, que avanza rápidamente en Estados Unidos y en Canadá, han sido infructuosos, dijo Hayman.
Pseudogymnoascus destructans, un hongo que crece en ambientes frescos es el culpable del síndrome de nariz blanca. Prospera en cuevas frescas, las cuales son ideales para la hibernación. Infecta los tejidos de la piel de los murciélagos que hibernan con consecuencias mortales, y es visible por un anillo blanco alrededor de la nariz. La infección interrumpe la hibernación y hace que los murciélagos quemen sus reservas de grasa de forma prematura. Aunque los murciélagos pueden tolerar infecciones de algunos de los virus más peligrosos del mundo, este hongo proveniente del suelo podría marcar el fin de algunas especies de murciélagos en América del Norte.
Debido a que aún no existen tratamientos para el síndrome de nariz blanca, los administradores de recursos naturales están educando a la sociedad acerca de cómo las personas pueden distribuir el hongo accidentalmente con sus prendas o equipos, especialmente al visitar cuevas con murciélagos en los parques nacionales en EE.UU. El servicio de pesca y vida silvestre de los EE.UU. cierra algunas cuevas en los estados más afectados, o las cuevas donde hay murciélagos hibernando, pero además solicitan a los exploradores que se respeten los avisos. Los científicos que desarrollan estudios en las cuevas donde hay murciélagos usan métodos para descontaminar y ropas especiales para evitar la distribución del hongo, dijo Cryan.
“El hongo probablemente llegara a América del Norte con ayuda de los humanos, pero desde que lo hizo, probablemente ha sido probablemente distribuido por los murciélagos con sus movimientos naturales”, dijo Cryan. “Nosotros los humanos estamos haciendo lo más que podemos para que no empeore la situación con la expansión del hongo más allá del alcance de los murciélagos”.