- La deforestación y la caza siguen representando una amenaza para los grandes simios de África. Los parques nacionales y otras estrategias que abordan el problema de lo más general a lo más específico han tenido poco éxito. Muchos conservacionistas están poniendo en práctica estrategias alternativas, en especial el fortalecimiento del poder de los tabúes indígenas y otros conocimientos tradicionales para motivar a las comunidades locales a proteger a los grandes simios.
- En partes alejadas de África, los tabúes contra la caza han ayudado desde hace mucho tiempo a conservar las poblaciones de gorilas. Sin embargo, esas tradiciones ancestrales se han visto afectadas por la globalización, la modernización y el cristianismo, al mismo tiempo que se dejan de lado tabúes en contra de la caza y otras creencias tradicionales en el momento en que más se los necesita para conservar a los grandes simios.
- El primatólogo Denis Ndeloh Etiendem sugiere un enfoque único para revivir tabúes indígenas y creencias tradicionales: la producción de vídeos y películas en los que estas creencias se presenten como una razón principal para la conservación de la fauna. También insta a que el plan de estudios ambiental y general de África no se enfoque en delfines o ballenas en peligro, sino en la fauna que se encuentra dentro de África.
- El especialista en desarrollo Dominique Bikaba hace hincapié en la importancia de dejar de lado la gestión federal de enfoque vertical y considerar la gestión local de los bosques comunitarios por parte de comunidades indígenas, cuyos líderes combinan creencias tradicionales con estrategias modernas de conservación. Los mejores ejemplos son los logros vistos en el Bosque Comunitario Burhinyi de la República Democrática del Congo.
Los grandes simios necesitan un hábitat intacto y seguro para desarrollarse. Pero la deforestación y la caza han puesto en peligro esa seguridad; cuatro de cada seis especies ahora están en peligro crítico, incluidos los gorilas orientales y occidentales, y los orangutanes de Borneo y Sumatra, al tiempo que las dos especies restantes, los chimpancés y los bonobos, ya están en peligro.
En la actualidad, muchos científicos creen que preservar los últimos grandes simios de África puede depender no solo de una ciencia buena, sino también de otro tipo de conocimiento: el de las personas indígenas que han vivido junto a los grandes simios por muchos siglos.
Según la UNESCO, el conocimiento local e indígena, transmitido de generación en generación, es central para la promoción de desarrollo sostenible apropiado a nivel local, una frase amplia que abarca una variedad de “conocimientos, habilidades y filosofías que desarrollaron sociedades con historias largas de interacción con sus alrededores naturales”. El conocimiento local puede comprender muchas partes de la cultura indígena, incluidos el lenguaje, los sistemas de clasificación, las prácticas de utilización de los recursos, las interacciones sociales, los rituales y la espiritualidad.
La combinación de los conocimientos indígenas con los principios científicos no es un concepto nuevo. A comienzos de los 90, por ejemplo, el renombrado ecologista Madhav Gadgil comenzó a impulsar una “alianza entre conocimiento ecológico formal y popular”. Instó a los conservacionistas a utilizar el conocimiento indígena práctico y surgido de la experiencia sobre los ecosistemas locales, sin hacer una distinción clara entre hechos concretos y creencias espirituales.
Los tabúes son un ejemplo. En muchas culturas indígenas, incluidas las que se encuentran en los hábitats principales de los grandes simios en Camerún y la República Democrática del Congo (RDC), los tabúes contra la caza aún son relativamente firmes en ciertas comunidades.
Un estudio de Johan Colding y Carl Folke descubrió 70 tabúes sobre especies específicas en todo el mundo, que van desde un tabú sobre una tortuga marina verde (Chelonia mydas) de los habitantes de la isla Buzios en Brasil hasta un tabú que ha ayudado a conservar al gorila occidental (Gorilla Gorilla) en comunidades indígenas en Edo, estado de Nigeria. Se pueden encontrar ejemplos de tabúes sobre la vida salvaje en la India, México, Ghana, Perú, Bangladesh, Papúa Nueva Guinea, Ecuador y otros lugares.
Aplicación del conocimiento indígena a la conservación de los gorilas
El primatólogo Denis Ndeloh Etiendem diseñó un enfoque indígena para salvar a los gorilas a partir de las propias experiencias de su niñez.
Etiendem, ganador del premio Wildlife Protectors 2009-10 de la Gorilla Foundation, creció en la zona rural de Camerún, y su padre era cazador. Además de llevar carne al hogar, su padre también llevaba historias sobre los animales que se encontraba; cuentos que, según recuerda Etiendem, estaban cargados de significado espiritual. El niño aprendió, por ejemplo, que determinadas comunidades no cazaban ni mataban animales considerados tótems, al tiempo que otras comunidades todavía percibían que una variedad de especies eran espiritualmente más fuertes, lo que significaba que debían evitarse.
Hoy en día, Etiendem considera que las creencias son cruciales para la conservación de los grandes simios: “Además de la protección de los hábitats, la aplicación de la ley, y la ayuda para la subsistencia, [los que promueven] la conservación debe[n] aprender cómo empoderar a los habitantes locales a fin de que internalicen el valor intrínseco de los gorilas”, explicó a Mongabay. Al tratar el tema de la conservación, “debe haber algo más firme que una idea foránea occidental abstracta de que los gorilas están en peligro, y [de que] es necesario protegerlos para que las generaciones futuras puedan verlas, o para que sobrevivan como especie”.
Etiendem tiene mucho respeto por los sistemas de conocimientos tradicionales relativos a la ecología, y promueve un enfoque ascendente en el que las comunidades locales sean parte fundamental de sus estragias de conservación. Estas perspectivas no solo nacen de recuerdos de la niñez, sino también de estudios realizados por la División Lebialem de Camerún, en donde observó la utilidad del empleo de creencias tradicionales en conjunto con estrategias de conservación más ortodoxas con el objeto de proteger al gorila del río Cross en peligro crítico de extinción(Gorilla gorilla diehli).
En la actualidad, hay solo entre 200 y 300 gorilas del río Cross en estado salvaje; viven en los bosques tropicales montañosos en la frontera entre Camerún y Nigeria. Etiendem contactó a 184 habitantes de cinco pueblos del bosque Bechati-Fossimondi-Besali a partir de 2007. Aprendió que la caza de gorilas es un tabú en esos cinco pueblos, y que la amplia mayoría de los habitantes (86 %) concuerdan en el “hecho” de que los gorilas son tótems, que estos grandes simios son literalmente ayudantes espirituales personales, la contraparte animal de los habitantes del pueblo.
También aprendió que quienes creen en la relación totémica entre humanos y gorilas no comen ni cazan gorilas. Lo que es más, la amplia mayoría de entrevistados apoyan de manera firme la conservación de los gorilas, no motivados por conceptos impuestos científicamente relativos a las especies en peligro, sino porque literalmente creen que cuando se mata un gorila, su contraparte totémica humana muere como resultado.
Etiendem sostiene que los lugares en donde no hay una fuerte aplicación de las leyes federales y estatales, como en muchas regiones africanas lejanas en donde viven los grandes simios, el mantenimiento y la práctica de tabúes tradicionales y las restricciones a la caza son centrales para la supervivencia actual de los gorilas, los chimpancés y los bonobos.
Etiendem también señala que algunos científicos no han aceptado estas ideas: “La primera vez que presenté [mi estudio] todos salvo uno de los revisores lo rechazaron porque estos mitos, historias [y narrativas] no tienen fundamento científico, y [mi trabajo] fue rechazado por no ser científico”, recuerda.
Aun así, afirmó Etiendem, lo que es importante no es la “validez” del conocimiento tradicional como determinaron los observadores occidentales, sino su “poder” para hacer participar a las comunidades locales en el proceso de conservación de los grandes simios.
“Los tabúes ofrecen un método de conservación; se difunden y se comparten por medio de las narrativas de los mitos, y tocan un tema más profundo” para los seres humanos, afirma Etiendem.
Pero desafortunadamente para los grandes simios de África, añadió, estos tabúes ancestrales se ven afectados por la propagación de influencias foráneas, incluidas la globalización, la modernización y el cristianismo. Como resultado, las creencias que protegieron a estos animales de los cazadores locales por milenios están desapareciendo en el preciso momento en que más se las necesita.
Revivir el mito en las películas
Etiendem afirma que para que los grandes simios sobrevivan, los sistemas de conocimientos tradicionales deben revivirse y ha propuesto (y puesto en práctica) una manera no convencional de lograr el renacimiento de la creencia indígena: hacer películas y vídeos. Primero, según explicó a Mongabay, los vídeos pueden utilizarse para documentar de manera efectiva y expresar de manera convincente las creencias tradicionales. Segundo, los proyectores y las baterías permiten a los conservacionistas exhibir películas inluso en las áreas más alejadas, lugares en los que a menudo se encuentran las poblaciones más grandes de los grandes simios restantes. Tercero, las personas que viven en esas áreas han tenido poca experiencia con los medios de comunicación y tienden a prestarle mucha más atención al vídeo que a un científico mientras hace una presentación o a una autoridad mientras da un discurso.
“Ahora solo imagina que se pueda aprovechar al máximo, y mostramos vídeos de personas, [películas] hechas por las personas de la comunidad, hablando sobre su propia fauna: sería fantástico, y para mí es la mejor forma de revivir el conocimiento ecológico tradicional”. Estas presentaciones multimedia podrían combinar la influencia abrumadora de técnicas de filmación modernas con la sabiduría ancestral que aportan los ancianos, los líderes y los cazadores más respetados de la comunidad.
Etiendem habla a partir de su propia experiencia: “He logrado de manera exitosa influir en las percepciones de las personas sobre [los grandes simios] narrando la historia de Michael, el gorila que nació en África, se convirtió en un huérfano que corría riesgo de ser cazado por su carne, y a los tres años vino a la Gorilla Foundation de los EE.UU. desde el Zoológico de Viena en 1973. Michael aprendió de manera rápida el lenguaje de señas estadounidense y se comunicaba de manera bastante fluida (utilizando más de 500 señas). Durante su vida, también fue famoso por su amor por la música y la pintura. Cuando se le preguntó qué recordaba de su madre, Michael relató de manera reiterada una historia perturbadora en lenguaje de señas, sobre el encuentro que [la] mató y probablemente también al resto de su familia. Describió de manera vívida muchas veces, algunas en vídeo, cómo los miembros de su familia fueron sacrificados en su presencia y lo asustado y angustiado que se sintió”.
“La historia de Michael, al ser contada en comunidades locales [africanas] alienta a los habitantes a ver la caza de gorilas desde la perspectiva de los gorilas, para que entiendan que, como los humanos, los gorilas tienen sentimientos y pueden quedar traumatizados como consecuencia de acontecimientos de sus vidas, y para que desarrollen la empatía hacia los gorilas que llevará con el tiempo a que se tomen medidas”.
El trabajo de Etiendem ha inspirado a los estudiantes a hacer documentales cortos sobre creencias y prácticas tradicionales sobre la conservación de los gorilas. Por ejemplo, Eye to Eye (una producción de estudiantes de la Universidad Chapman en Orange, California, EE. UU.), explora la crisis de la caza de primates para obtener su carne y ofrece posibles soluciones, entre ellas, reconocer a los gorilas como parte importante del folclore, la historia y la ecología nacionales. La película también hace hincapié en el conocimiento local como una manera de hacer efectiva una educación compasiva para la conservación.
En 2014, Adam Hermans, estudiante de doctorado de la Universidad de Colorado en Boulder, EE. UU. realizó varios cortometrajes sobre la conservación del gorila del río Cross para las comunidades locales en Nigeria y Cameroon. Su objetivo, explica Etiendem, era renarrar las historias tradicionales en una película, y como resultado presentar un argumento irrefutable que fundamente la conservación basada en las narrativas, la retórica y las ideas locales de la propia cultura, en lugar de conceptos occidentales abstractos foráneos.
“Cuando se exhibieron las películas de Adam en las comunidades locales en donde se filmaron”, relató Etiendem, “se generó mucho orgullo y una sensación de control en la conservación del gorila, y de esa manera, se validó el potencial de estas intervenciones del folklore para hacer que las personas sientan empatía hacia los gorilas que puede generar con el tiempo un cambio de comportamiento. Creo sin dudar que si estas historias locales se graban y se vuelven a relatar en video, continuarán inspirando a las personas del lugar a cuidar y proteger a los gorilas, y a las demás personas a entender cómo los habitantes locales luchan con objetivos competitivos de conservación y subsistencia. En el proceso, protegeremos por supuesto este rico conocimiento sobre ecología”.
De la misma manera, añadió Etiendem, tiene sentido incorporar conocimiento local tradicional en el diseño del programa de estudios africano sobre la ecología. “Si vas a Camerún, por ejemplo, y tomas un libro de inglés de secundaria, verás historias sobre ballenas y delfines, criaturas que nunca existieron [dentro] de África”, señaló Etiendem. Estos materiales deben, en cambio, enfocarse en la fauna que les resulta familiar a los habitantes locales.
“Es hora de que documentemos todos estos tabúes [relativos a la fauna] y los hagamos parte del sistema educativo, no necesariamente en forma de versiones sobre la conservación, sino a través del aprendizaje del inglés y el teatro, así los niños pueden aprender sobre la relación que alguna vez existió entre sus antepasados y las criaturas de sus bosques. Para mí esa es la manera en la que se revive este tipo de conocimiento [indígena]”.
Los bosques comunitarios de gestión indígena ofrecen un modelo
Por supuesto, el enfoque propuesto por Etiendem no se adapta de manera perfecta a todas las comunidades tradicionales. “En algunas áreas [de África] es normal: comen gorilas; comen chimpancés”, explicó Dominique Bikaba. No hay tabúes en contra de estos comportamientos. Pero, añadió, hay otras maneras de utilizar el conocimiento local para promover la conservación de la fauna.
Bikaba es un especialista en desarrollo rural de la República Democrática del Congo que trabaja en el campo de la conservación de la biodiversidad desde los 90. Desde entonces se ha esforzado con el objetivo de empoderar a las comunidades locales tradicionales y de integrar el conocimiento indígena a la creación y a la administración efectiva de las áreas de conservación.
Bikaba cree que algunos conceptos modernos sobre la conservación, incluidos la creación de parques nacionales, pueden no ser la mejor, o la única, manera de conservar los hábitats africanos. En realidad, relató a Mongabay, los bosques son cruciales para los habitantes locales, y a menudo la única fuente para la subsistencia de comunidades alejadas. Así que encerrar estos bosques dentro de parques nacionales, y áreas de conservación similares, puede ocasionar conflictos intensos entre los guardabosques que buscan proteger la fauna y las personas que intentan sobrevivir.
El Bosque Comunitario Burhiniyi de la provincia South Kivu del este de la República Democrática del Congo es un ejemplo de un enfoque alternativo para la conservación. Burhinyi es un área de bosque tropical que se encuentra entre el Parque Nacional Kahuzi-Biega y la Reserva Natural Itombwe, en donde vive el gorila oriental de planicie (Gorilla beringei graueri) y el chimpancé (Pan troglodytes schweinfurthii).
El Bosque Comunitario Burhinyi no está regulado por leyes formales de conservación, sino por directivas que determinaron las autoridades locales. En este modelo de bosque comunitario sostenible “las comunidades tienen los derechos de gestión y gobernanza de sus tierras tradicionales, pero con objetivos de conservación”, explicó Bikaba.
En 2012, Strong Roots, una ONG congolesa, apoyó una misión de investigación en el Bosque Comunitario Burhinyi. Bikaba dirigió un equipo de supervisores socioeconómicos, primatólogos y botánicos que realizaron estudios sobre los grandes simios de la región y además examinaron las normas de la comunidad local. Los investigadores entrevistaron a 826 miembros de la comunidad con el fin de descubrir de manera exacta cómo los habitantes del lugar explotan y mantienen el bosque y su fauna, y de comprender las perspectivas locales de conservación.
Aprendieron que la comunidad local, debido a que depende del bosque para sobrevivir, hace un trabajo bastante bueno, aunque no perfecto, de protección de animales y hábitats. Por ejemplo, una matanza reciente de alrededor de 50 gorilas hizo que el Mwami (un jefe o gobernante tradicional) impusiera la prohibición de la caza de los grandes simios. También designó una Rwaga (área sagrada) en el bosque en donde no se permite el acceso sin un permiso de las autoridades tradicionales. Otras reglas de la comunidad prohiben la caza de animales preñados, la deforestación por quema de zonas boscosas y exige que los árboles talados se utilicen en su totalidad.
Estas reglas locales han tenido resultados positivos para la conservación. “El año pasado, Sara Tolbert de la Universidad de Yale realizó una investigación sobre el uso de recursos naturales que hacen las comunidades locales en Burhinyi, y no había nada de carne de primate en el mercado. Así que es impresionante cómo los jefes tradicionales pueden tener poder sobre su comunidad e incrementar el número de maneras de proteger [a los grandes simios] y conservar la biodiversidad”, afirmó Bikaba a Mongabay.
Una caja de herramientas más grande para la conservación de los grandes simios
Al tiempo que la creación de parques nacionales y otras áreas de conservación en diferentes partes de África ha ayudado en verdad a proteger una amplia variedad de fauna, los conservacionistas como Etiendem y Bikaba señalan que estas estrategias que van de lo más general a lo más específico tienen sus límites.
La gobernanza débil, la financiación escasa y la aplicación poco efectiva de las leyes pueden originar a menudo lo que Etiendem llama “parques de papel”, reservas que solo existen en documentos oficiales. Además, no se puede tener a todas las especies en peligro dentro de estos parques y muchos animales poco comunes terminan viviendo en tierras en donde la caza y otras actividades humanas como la caza, la tala, la agricultura industrial y la minería no están restringidas.
Subraya que incluso dentro de las áreas protegidas, la decisión de sacrificar o no a los grandes simios a menudo depende de las comunidades locales de los alrededores. “Dentro de la población del gorila del río Cross, hay al menos dos subpoblaciones que probablemente no sobrevivirían hoy si no fuera por los tabúes en contra de su caza”, reveló Etiendem. “En estos hábitats, la mayoría de la [otra] fauna se ha exterminado y tal vez la única razón por la que los gorilas han persistido es porque los habitantes de los pueblos no pueden cazar los animales según las restricciones de los tabúes”.
El empoderamiento de las comunidades locales para la gestión de bosques y fauna es una estrategia crucial que tiene como objetivo salvar a los últimos grandes simios de Áfrical Central, según Bikaba. Con ese fin, sostiene que se debe instruir y presionar a las autoridades de cargos altos del gobierno y a los legisladores para que implementen estrategias de conservación con base en la comunidad con vistas a asegurar la preservación a largo plazo de los hábitats y las especies en peligro.
El gobierno, afirma, necesita considerar y respetar los sistemas de autoridades y de creencias de las comunidades locales al sancionar leyes, crear políticas y fijar áreas protegidas. Estas son lecciones importantes que las ONG conservacionistas han aprendido en los últimos años: la fauna y los hábitats no pueden protegerse por completo con una estrategia que vaya de lo general a lo particular, pero se debe incluir a los habitantes locales.
El gobierno de la República Democrática del Congo parece estar teniendo en cuenta el consejo de Bikaba y otros ambientalistas. En 2014 aprobó una ley que permite a las comunidades locales postularse para obtener tenecia de tierras. Como parte de esa iniciativa, el Bosque Comunitario Burhinyi se convertirá en la primera área no protegida de la provincia de South Kivu en donde las comunidades locales podrán aplicar políticas de conservación con fundamentos científicos en consonancia con conocimientos y prácticas tradicionales con miras a proteger a los grandes simios.
La posición de Bikaba y el objetivo de Strong Roots hoy es asegurar una mayor conectividad entre las poblaciones de grandes simios a partir de la creación de un corredor de fauna hecho de varios bosques comunitarios que una los bosques del Parque Nacional Kahuzi-Biega y la Reserva Natural Itombwe. Esto, afirma, podría dar a los gorilas una mayor posibilidad de sobrevivir. Los corredores de fauna permiten que los animales se mezclen y se apareen, lo que aumenta la resiliencia del acervo genético de las especies.
Aun así, la relación entre muchos indígenas de África y los gobiernos centrales continúa siendo tensa, sobre todo en lo que respecta a la posesión de tierras y a la explotación de recursos naturales, un legado de la era colonial, la ineficacia y la corrupción del gobierno, la lejanía de las comunidades forestales de las ciudades capitales que son los centros de poder, y de la enorme influencia de las corporaciones transnacionales que buscan concesiones.
Muy recientemente, en los 70, las comunidades locales y los indígenas, incluida la famila de Bikaba, fueron “echados” de sus tierras tradicionales para crear un parque nacional de la República Democrática del Congo. Otras tierras en diferentes partes de África que los indígenas y las comunidades locales reclaman fueron explotadas por los intereses internacionales de tala, minería y agronegocios que trabajan de manera estrecha con los gobiernos.
Se está acabando el tiempo para los primates en estado salvaje de África. Según la WWF, solo quedan en estado salvaje alrededor de 172 700 chimpancés y tan solo 7500 gorilas orientales de planicie. La crisis de los grandes simios exige de manera urgente soluciones innovadoras y las soluciones más innovadoras de todas pueden ser el resultado del conocimiento tradicional que permitió que los humanos y los grandes simios coexistieran por miles de años.
Citas:
Etiendem, D. N., L. Hens, and Z. Pereboom. (2011). Traditional knowledge systems and the conservation of Cross River gorillas: a case study of Bechati, Fossimondi, Besali, Cameroon. Ecology and Society 16(3): 22. http://dx.doi.org/10.5751/ES-04182-160322
Colding, J., and C. Folke. (1997). The relations among threatened species, their protection, and taboos. Conservation Ecology [online]1(1): 6. Available from the Internet. URL: http://www.consecol.org/vol1/iss1/art6/