- “Nosotros exportábamos pejerreyes a México y Estados Unidos. Hoy día prácticamente no existen. Nos robaron”, dicen los pescadores artesanales.
- Chile utiliza, en sus salmoniculturas, concentraciones de antibióticos hasta 700 veces más altas que Noruega, el principal productor mundial de salmones.
- Los escapes de salmones ponen en riesgo a las poblaciones de especies nativas por depredación, competencia por hábitat y alimento y/o transmisión de enfermedades.
La noche del 5 de julio, el Puelche cayó sin piedad sobre la Isla Huar, en el archipiélago de Calbuco, en la región de Los Lagos, al sur de Chile. Así llaman al viento que, de vez en cuando, se cuela desde el otro lado de la cordillera y se arremolina, furioso, azotando el paisaje. En la madrugada, los pescadores se refugiaron en sus casas a esperar que pasaran la lluvia y las ráfagas, que vuelven al mar imposible de navegar. Mientras tanto, la tormenta arremetió contra las jaulas de salmones de la empresa Marine Harvest, instaladas en el mar, donde engordaban 900 mil ejemplares. Para cuando el Puelche se retiró, 690 mil salmones se habían escapado.
La historia en 1 minuto: Chile: la frustrada persecución de los salmones. Video: Mongabay Latam.
La captura de los salmones
De acuerdo a la normativa chilena, la empresa salmonera debe recuperar el 10 % de los ejemplares fugados en un plazo de sesenta días. De lo contrario, de acuerdo a la Ley de Pesca y Acuicultura, se debe presumir daño ambiental. Liesbeth Van Der Meer, Directora Ejecutiva de Oceana Chile, asegura que “se ha reportado que los escapes de salmones es considerada la acción modificadora asociada a la salmonicultura que afecta a un mayor número de especies”. El problema mayor de los escapes es el impacto que tienen en la disminución de las poblaciones de especies nativas. “Esto puede ser a través de la depredación y/o de la competencia por hábitat o alimento con la fauna nativa del lugar; de la transmisión de enfermedades o químicos a otras especies; o del establecimiento o ‘asilvestramiento’ de los salmones en el área” señala Van Der Meer.
Marine Harvest puso entonces en marcha su plan de contingencia y comunicó que: “a fin de minimizar el posible impacto ambiental del escape, se ha implementado un plan para recapturar a los salmones. En este marco, Marine Harvest se ha puesto en contacto con la Federación de Pescadores de Calbuco, quienes colaborarán en la recuperación de los salmones escapados”. Siete mil pesos chilenos (poco menos de 11 dólares) por ejemplar capturado y devuelto, fue la recompensa por los peces fugados.
Para Iván Arismendi, ecólogo acuático, profesor de Oregon State University “lo que muestra este tipo de planes de contingencia es que básicamente no se toman en serio. No se piensan bien antes de tener las instalaciones”.
Jorge Bustos, dirigente del Consejo Regional de Pescadores Artesanales de la región de Los Lagos, dijo a Mongabay Latam que “ese centro nunca debió estar ahí porque en ese lugar, en esas coordenadas, llega el viento Puelche. Cuando las salmoniculturas hacen su planificación, jamás consultan con alguien que sea conocedor del sector. Nosotros no somos científicos, pero hay cosas que sí sabemos y jamás hubiésemos recomendado que ese centro esté ahí.”
La primera semana de septiembre se cumple el plazo para recuperar el 10 % de los peces fugados. Según cifras entregadas por el Servicio Nacional de Pesca, menos del 6 % del total de los salmones ha sido recuperado. Mientras tanto, las operaciones de Marine Harvest, en el centro de Calbuco, se encuentran detenidas por orden del Tribunal Ambiental. La fiscalía inició una investigación para determinar las responsabilidades de la fuga y, desde el Ministerio de Economía, señalaron que la empresa podría perder la concesión si no cumple la meta de recaptura.
Mongabay Latam se contactó con la empresa Marine Harvest, quien señaló que las peguntas hechas, por este medio, deben ser evaluadas antes de ser respondidas. Ello debido a que el caso se encuentra en investigación. Hasta la fecha de publicación de esta nota, la empresa no ha dado respuesta.
Las consecuencias de la fuga
Los salmones nacen en agua dulce. Después, emigran al océano y luego vuelven al agua fresca, cuando llega el momento de reproducirse. La industria salmonera, siguiendo esa lógica, se ubica en zonas donde confluyen ríos y mar. La fase de cultivo en el océano puede durar entre un año y medio y tres años de la vida del pez. Durante ese período los salmones se encuentran confinados en balsas-jaulas flotantes. Según el Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales OLCA se estima que el 5% de los salmones se escapa anualmente.
Iván Arismendi ha estudiado, desde hace 17 años, la invasión de estos peces, especialmente el salmón Chinook y las truchas. El ecólogo explicó a Mongabay Latam que uno de los riegos asociados al escape de salmones, es que estas especies exóticas logren establecer poblaciones viables y auto sustentables en el medio natural. Al ser los salmones especies introducidas, sin depredadores naturales y carnívoros, las poblaciones de especies nativas disminuyen por depredación y por competencia de espacio y alimentación.
En el caso del salmón Chinook, introducido en los años 70, probablemente con fines de pesca deportiva debido a su gran tamaño y el desafío que significa su caza, terminó por adaptarse al medio. Esta especie, que puede llegar a pesar más de 20 kilos, hoy tiene su proceso reproductivo en los ríos de Chile. Luego, migra al mar donde devora todo a su paso para alcanzar su tamaño, antes de volver a aguas dulces para reproducirse.
El salmón Atlántico y el Coho son las dos principales especies criadas por la industria salmonera en Chile. Según Arismendi, “los salmones del Atlántico —especie que corresponde a los salmones fugados de Marine Harvest— son los que menos signos tienen de ser exitosos en cuanto a adaptación. Sin embargo, eso no significa que no lo sean en el futuro como ocurrió con el Chinook”. Arismendi añade que “lo que sí sabemos es que el Coho —la segunda especie de salmón más cultivada en Chile— ya ha comenzado a establecerse”. Por otro lado, el científico señala que las introducciones anteriores han aumentado la riqueza genética y por lo tanto, la probabilidad de éxito en la adaptación es mayor.
Lee más | Chile: tras protestas de pescadores, aumentan las cuotas de captura de sardina y anchoveta
Según una investigación de la Organización WWF, en 2009 se escaparon de las pisciculturas 1,7 millones de salmones. El mismo informe señala que, de acuerdo a datos del Servicio Nacional de Pesca, entre el 2010 y 2017 se produjeron 87 eventos de escapes de peces. Es decir, casi 3 500 000 ejemplares.
Cristina Torres, coordinadora del programa marino de WWF Chile, señala que “una tormenta no puede ser excusa para un escape. Los ecosistemas de la Patagonia —donde se ubica gran parte de la industria salmonera del país— son particularmente vulnerables, con especies endémicas frágiles, cuya conservación se pone en serio riesgo con este tipo de eventos.”
La resistencia bacteriana
La salmonicultura es una de las industrias de alimento animal que más antibióticos utiliza. A modo de comparación, según un informe de Oceana Chile elaborado con datos de Global Trends in antimicrobial use in food animals 2015, se utilizan 950 g de antibióticos por cada tonelada de salmón. En cambio, por una tonelada de vacuno, se utilizan 45 g de antibióticos anuales. Es decir 21 veces menos.
Liesbeth Van Der Meer explica que “debido a las condiciones de hacinamiento de las jaulas, muchos de los peces se enferman o se contagian con parásitos. Es por ello que se les suministran antibióticos y antiparasitarios”. Según datos del Servicio Nacional de Pesca, durante el 2016, se utilizaron 382 500 kg de antimicrobianos asociados a una producción de casi 728 toneladas de salmónidos. Sin embargo, estas cifras no son homogéneas entre los países productores. Noruega, el principal país productor de salmones en el mundo, utilizó en ese mismo período 523 kg para 1,3 millones de toneladas de salmón. Es decir, 700 veces menos de antimicrobianos, por tonelada, que Chile. Y es que ya para el año 1994, los piscicultores noruegos habían sustituido los antibióticos, que son suministrados junto con el alimento, por una vacuna que se inyecta en el vientre del salmón.
El científico Felipe Cabello, profesor de New York Medical College, señala en un informe que “recientemente se ha descubierto que la diversidad bacteriana, en un área de cultivo de salmón, es reducida (…). La disminución de la diversidad biológica, producida por este uso excesivo de antimicrobianos, también facilita las infecciones, de los peces cultivados, con nuevos y emergentes patógenos (…). Ello, junto con las floraciones de algas nocivas, constituye una gran amenaza para la industria de la acuicultura.”
Es así como Iván Arismendi dice que “la principal preocupación del escape de salmones Antárticos —como el ocurrido en Calbuco— es el contagio de enfermedades a otras especies”.
La historia en 1 minuto: Chile: un panorama austral del océano. Video: Mongabay Latam.
La resistencia bacteriana, derivada de esta práctica, es de hecho una de las principales preocupaciones de la Organización Mundial de la Salud. Así lo advierte el Dr. Danilo Lo Fo Wong, Director del Programa de Lucha contra la Resistencia Antimicrobiana de la Oficina Regional de la OMS para Europa. En un documento, Lo Fo Wong advierte que «el uso excesivo de antibióticos —tanto en piscicultura como en medicina humana— acelera el desarrollo de resistencia antimicrobiana. Proceso que se produce cuando las bacterias mutan y se vuelven resistentes a los antibióticos utilizados para el tratamiento de las infecciones. Esto compromete nuestra capacidad para tratar enfermedades infecciosas y pone en peligro muchos avances médicos».
La ONG Oceana estableció un ranking de las empresas que utilizaron más antibióticos, por tonelada producida, en el período 2012-2014. El estudio fue elaborado con la información obtenida luego de años de litigio. Las salmoneras, argumentando secreto empresarial, se negaron durante largo tiempo a revelar la cantidad de antibióticos utilizados en su producción. Este año, Oceana volvió a solicitar la información a las empresas. Argumentando que la divulgación de la información las pondría en riesgo desde un punto de vista competitivo, económico y comercial, 18 de 24 salmoneras se negaron a dar los datos solicitados. Sin embargo, el pasado 14 de agosto, el Consejo para la Transparencia ordenó a las empresas a entregar la información sobre la cantidad de antibióticos utilizados durante 2015, 2016 y 2017.
La destrucción de los fondos marinos
Cuando Jorge Bustos, dirigente del Consejo Regional de Pescadores Artesanales de la región de Los Lagos, buceaba hace 20 años atrás, el mar no era el mismo de hoy. “Yo puedo comparar y darme cuenta de la situación actual de los fondos marinos. Están destruidos. Los bancos naturales yo diría que están muertos aquí en la zona. Nosotros exportábamos pejerreyes a México y Estados Unidos. Era uno de los mercados más grandes que teníamos nosotros. Hoy día prácticamente no existen. Nos robaron”, dijo a Mongabay Latam.
En efecto, investigaciones científicas han demostrado que el exceso de alimentos y fecas, que van a dar al fondo marino, provocan la eutrofización del agua. Es decir, la proliferación de algas que consumen el oxígeno acabando con la vida marina. Un estudio publicado por la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA) señala que “en 2001, el Grupo de Expertos sobre los Aspectos Científicos de la Protección Ambiental Marina (GESAMP) concluyó que la eutrofización orgánica constituía la mayor amenaza a los océanos y zonas costeras. Ello, por la aparición de zonas con nula o insuficiente disponibilidad de oxígeno disuelto para mantener la vida acuática”. AIDA asegura que “las ictiopatologías virales, bacterianas y parasitarias, que la propia industria llevó a las regiones de Los Lagos y Aysén, han generado una situación de colapso sanitario y ambiental con altos costos para la industria. Ello la ha obligado a buscar nuevos ambientes sanos donde operar”.
Es así como la salmonicultura se ha ido expandiendo hacia el sur, con aspiraciones de crecer aún más, para satisfacer una creciente demanda. Según una proyección para el 2027, elaborada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) “se prevé una importante expansión de la producción acuícola en Brasil y Chile, con un crecimiento total de la producción del 43 %”.
Actualmente, según el último listado de concesiones de acuicultura de salmónidos de la Subsecretaría de Pesca, existen 1322 conseciones otorgadas en las regiones australes del país: Los Lagos, Aysén y Magallanes. Al respecto, Cristina Torres, coordinadora de WWF Chile, opina que “si no podemos evitar los escapes, no sé cómo podemos pensar en expansión.”
Foto de portada: WWF Chile-Meridith Kohut.
Videos Mongabay Latam | La situación ambiental en Chile
Conoce más sobre la situación ambiental en Chile: animales emblemáticos, áreas naturales protegidas, océanos y más.
Si quieres conocer más sobre la situación ambiental en Chile, puedes revisar nuestra colección de artículos. Y si quieres estar al tanto de las mejores historias de Mongabay Latam, puedes suscribirte al boletín aquí o seguirnos en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.