- El tráfico de vida silvestre en la Mosquitia podría estar generando ingresos entre los 15 000 y 20 000 dólares mensuales, según fuentes consultadas para este reportaje.
- Una guara roja se vende en el mercado ilegal a 1000 dólares pero por una guara verde los compradores pueden llegar a pagar hasta 3000.
Las guacamayas rojas o guaras rojas, como las llaman en Honduras, corren peligro en La Mosquitia. Un territorio biodiverso pero también inhóspito donde el narcotráfico ha ido ganando terreno, así como otras actividades ilegales, como el tráfico de especies silvestres, que proliferan en un lugar donde las autoridades al mando de las instituciones del Estado, como Marleny Zelaya del Instituto de Conservación Forestal (ICF), coinciden en señalar lo mismo: “No tenemos logística para cubrir los grandes problemas que hay aquí”.
Se calcula que hoy existen, en este rincón centroamericano, alrededor de 600 especímenes de guacamayas rojas (Ara macao) en estado silvestre. Y que están distribuidas en los pinares de Gracias a Dios y que 36 han sido reintroducidas en el Parque Macao Mountain en Copán y en la isla de Zacate Grande, como lo explica el biólogo Héctor Portillo, investigador de la Fundación de Ciencias para el Estudio y la Conservación de la Biodiversidad (INCEBIO), quien por 20 años ha estudiado esta especie.
La funcionaria Marleny Zelaya de la oficina regional de ICF, situada en Puerto Lempira, cuenta que hacen todo lo que pueden, que es poco, para tratar de revertir la situación, porque no tienen biólogos y porque la situación es más compleja de lo que se ve.
Y es en medio de este escenario, donde los pobladores batallan por sobrevivir, que dos comunidades, Mabita y Rus Rus, en el departamento de Gracias a Dios —muy cerca de la frontera con Nicaragua— intentan defender con los pocos recursos que tienen a la población de guaras rojas, el ave emblemática de Honduras.
No se trata de una tarea sencilla, es en realidad bastante peligrosa, sobre todo si se toma en cuenta que las misiones militares que llegaron a La Mosquitia para desarticular bandas criminales del narcotráfico, ahora también vigilan el tráfico de madera y de vida silvestre.
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Un negocio acosta de arrasar con la biodiversidad
El negocio del tráfico de especies silvestres es tan lucrativo que hoy puede costarle la vida a las personas que intenten frenarlo. Esto obedece en parte, según Portillo, a la alarmante falta de gobernabilidad en La Mosquitia.
Una fuente dentro del Ministerio Público le aseguró a Mongabay Latam que, según investigaciones en la zona, el tráfico de vida silvestre en La Mosquitia podría estar generando ingresos entre 15 000 y 20 000 dólares mensuales. Una guara roja se vende en el mercado ilegal internacional a 1000 dólares pero por una guara verde los compradores pueden llegar a pagar hasta 3000. La Fiscalía del Medio Ambiente, que investiga las rutas y el comercio ilegal tanto de madera y fauna en el área, logró identificar incluso que la ruta más rentable es a través de la comunidad de Caukira (a media hora en lancha desde Puerto Lempira), luego continúan por la Ceiba y las Islas de la Bahía, en el caribe hondureño, hasta llegar finalmente a Jamaica.