- En esta sección, Killeen nos explica cómo se desarrolla la minería dedicada a la extracción del oro, el metal preciado más codiciado por su estabilidad en precios y, a la vez, por su facilidad de especulación, sin olvidar que es el gran respaldo financiero de las naciones.
- En la Panamazonía, la explotación de este metal precioso la suelen realizar grandes empresas mineras con filiales dedicadas a ello. No obstante, la exploración encargada de descubrir las vetas del metal, suelen ser compañías pequeñas que solo se dedican ello.
- Según explica Killeen, los impactos ambientales y sociales de las minas de oro corporativas son similares a las demás minas industriales polimetálicas. La única diferencia surge cuando varían de minas subterráneas a otras de superficie; así como la propia naturaleza de cada sitio minero, incluida la biodiversidad y los ecosistemas comprometidos.
- En este contexto, la presencia de mineros informales es lógica frente a la fiebre del otro que se desata cuando hay un nuevo descubrimiento o cuando el contexto político motiva el alza en su precio. En total, esta extracción informal cubre el 20% de la producción anual mundial.
El oro es universalmente reconocido como la forma de dinero que conserva su valor durante décadas, siglos y milenios. Dado que no es corrosivo y es precioso, aproximadamente el 95% del oro extraído desde los albores de la civilización permanece en circulación, es decir, alrededor de 205 millones de toneladas.
Esta cantidad se reparte de la siguiente manera: 47% se conserva en forma de joyas que, además de su valor sentimental, son una importante reserva de riqueza familiar. A la par, los gobiernos del mundo poseen 17% que se ha utilizado históricamente para respaldar el valor de las monedas nacionales y, aunque este ya no es el caso, a menudo dichas reservas se usan en tiempos de crisis política para estabilizar una economía nacional. Como metal elemental, el oro tiene numerosos usos: casi el 10% se ha incorporado en componentes electrónicos, informáticos y aeroespaciales, así como en aplicaciones dentales y dispositivos médicos. El restante 23% está en manos de inversores privados como activo financiero para protegerse contra la inflación y la inestabilidad geopolítica. Con frecuencia, los individuos llamados goldbugs o bichos de oro son fervientes creyentes de que la tendencia a largo plazo en el precio del oro es al alza.
Apenas una pequeña fracción de las transacciones financieras se realiza utilizando lingotes físicos, ya que la abrumadora mayoría de operaciones se ejecutan a través de valores derivados que rastrean e impulsan el precio del oro. Hasta hace poco, esto consistía principalmente en contratos de futuros y opciones, pero cada vez más los operadores financieros especulan con Fondos Cotizados en Bolsa (ETF) que son esencialmente derivados de derivados. Los compradores apuestan a que el precio subirá, mientras que los vendedores apuestan a lo contrario, al menos en el corto plazo. Los mercados del oro son un ejemplo de pura especulación financiera.

Minas de oro corporativas son verdaderas máquinas de hacer dinero
Con relación al oro, es importante entender que su precio es (y siempre ha sido) mayor que el costo de extraerlo de las entrañas de la tierra, y que todas las grandes empresas mineras tienen filiales especializadas en su explotación. Sin embargo, estas megaindustrias rara vez invierten en la exploración, donde más bien confían en empresas junior que existen únicamente para descubrir y desarrollar proyectos mineros.
La exploración y el desarrollo temprano suelen costar entre decenas y cientos de millones de dólares, mientras que el desarrollo de una mina a escala industrial requiere entre varios cientos y un par de miles de millones de dólares. Cuando una empresa junior confirma que un recurso es explotable, esta se vende a una con mayor capacidad financiera para movilizar los recursos de capital necesarios.
Los impactos ambientales y sociales de las minas de oro corporativas son similares a los de las minas industriales polimetálicas. Al igual que éstas, el grado y tipo de impacto dependen de si la mina es subterránea o de superficie, así como del proceso químico utilizado para concentrar el oro. Las minas corporativas utilizan compuestos de cianuro para liberar el oro mineralizado del yacimiento, lo que hace que sus operaciones sean aún más tóxicas que sus primas polimetálicas que dependen del ácido sulfúrico. La intoxicación por cianuro puede ocurrir por inhalación, ingestión y contacto con la piel o los ojos. La fauna acuática muere cuando las concentraciones de cianuro superan unos pocos microgramos por litro. En consecuencia, la muerte de aves y mamíferos se producen cuando las concentraciones superan unos pocos miligramos por litro.
Hay dos tipos de concentración de cianuro, la lixiviación en tanque, que demanda grandes cantidades de agua, y la lixiviación en pilas, que utiliza menos agua, pero es menos eficiente en la recuperación de oro. La tecnología de lixiviación en tanques crea un estanque de relaves aislado por un dique o presa, mientras que la tecnología de lixiviación en pilas crea una colina artificial permeada que está aislada del medio ambiente por una membrana y un sistema de drenaje interno que recoge la escorrentía en una piscina donde se recicla.
Cada mina es única y los pasivos medioambientales y sociales dependen de la naturaleza de cada sitio minero, incluida la biodiversidad y los ecosistemas que se perderán o se verán comprometidos, así como de la disposición de las comunidades circundantes para acoger una empresa industrial de estas características en su vecindario.
Las grandes empresas comparten la producción de oro con los pequeños y medianos mineros, que cubren aproximadamente el 20% de la producción anual mundial. No es raro que sean mineros informales quienes responden a una fiebre del oro provocada por un nuevo descubrimiento que motiva a miles de personas a buscar fortuna en tierras inhóspitas, como también cuando se llega a gestar una guerra o existe amenaza de inflación, un aumento en el precio del oro puede motivar a las personas a buscar los yacimientos de oro. La política interna también influye, ya que los gobiernos reconocen que la posibilidad de enriquecerse proporciona una ilusión de oportunidades económicas para las poblaciones marginadas.

Desafortunadamente, la minería informal no hace ningún esfuerzo por cumplir con los estándares sociales y medioambientales que exige la ley. Dado que existe un mercado internacional masivo de oro, pueden blanquear sus ganancias a través de múltiples cadenas de suministro legales e ilegales. Todos los gobiernos de la Panamazonía son cómplices del comercio del oro ilegal, en parte debido a la presión social, pero también porque necesitan y aprecian la contribución de las exportaciones de oro a la balanza de pagos.
En Brasil, estos mineros informales son conocidos como garimpeiros, un término derivado de la palabra garimpo que alude a la zona de donde se extrae oro aluvial con tecnología minera rudimentaria. El término garimpeiro evoca la imagen de un individuo solitario que busca oro usando un pico, una pala y una bandeja de oro, pero los garimpeiros modernos incluyen pequeñas o medianas empresas con acceso a diversas tecnologías. Son relativamente numerosos y forman asociaciones, cooperativas y sindicatos, lo que les permite ejercer influencia política en los gobiernos estatales y municipales. Su estatus especial está reconocido en la Constitución brasileña de 1988 y leyes posteriores establecieron un sistema normativo especial para facilitar sus actividades. El gobierno del presidente Temer descentralizó este sistema en 2018, y en la actualidad los permisos mineros son aprobados por las autoridades estatales o locales.
Los garimpeiros han gozado del apoyo incondicional de Jair Bolsonaro, cuyo padre trabajó como tal en la década de 1980, y que él mismo participó en empresas mineras de oro en la década de 1990. Una de las políticas más polémicas del gobierno de Bolsonaro fue la propuesta de hacer posible que la minería industrial y artesanal ingrese en los territorios indígenas. Aunque los cambios legislativos al régimen regulatorio no tuvieron éxito, la administración retiró los fondos a las acciones para combatir la minería ilegal dentro de dichos territorios indígenas.

Oro aluvial y el legado de los Garimpo
Los mineros informales generan los dos impactos medioambientales y sociales más insidiosos asociados a las industrias extractivas en la Panamazonía: (1) la destrucción de las llanuras aluviales y (2) la contaminación por mercurio. Ambos están asociados a una técnica centenaria que recoge y concentra yacimientos de oro, a los que los ingenieros de minas llaman placer, un estrato aluvial subsuperficial compuesto por limo, arena y grava que acumula partículas pesadas de oro (pepitas y polvo).
Un placer es una fuente de oro libre que se ha acumulado durante miles de años por la erosión de las vetas y filones asociados a los yacimientos mineralizados, que son el objetivo de las minas industriales. La tecnología de placer se utiliza en algunas áreas de tierras altas donde el oro libre se encuentra dentro del perfil del suelo (como el coluvión y saprolito), que incluyen algunos de los yacimientos de oro más ricos en el Amazonas, como Serra Pelada (Pará, Brasil) y Claritas (Bolívar, Venezuela). Como se menciona anteriormente, solía hacerse de manera rudimentaria (con pico, pala y batea), pero actualmente incluye equipos especializados para recolectar, sacudir y separar el oro de la arena y la grava, donde el agua es fundamental para todo el proceso.
Por lo general, los primeros mineros de un yacimiento utilizan tecnología artesanal, pero estos son seguidos por una cohorte cada vez más sofisticada que excava a mayor profundidad, mientras procesa mayores volúmenes de sedimentos. Un área de minería aluvial contendrá una mezcla de tipos de minería, con los mineros menos sofisticados operando alrededor de los márgenes, o en el borde de vanguardia de una frontera minera en expansión.

Imagen destacada: Minería dedicada a la extracción de oro en el Río Huaypetue en Perú. Crédito: Rhett A. Butler.
“Una tormenta perfecta en la Amazonía” es un libro de Timothy Killeen que contiene los puntos de vista y análisis del autor. La segunda edición estuvo a cargo de la editorial británica The White Horse en el año 2021, bajo los términos de una licencia Creative Commons -licencia CC BY 4.0).