En 2024, más de 12 millones de hectáreas fueron afectadas por los incendios en Bolivia, según la Fundación Tierra. Además, el 60 % de la pérdida de bosques fue por las quemas, de acuerdo a la misma organización. Esas cifras alarmaron a la Relatoría Especial sobre Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales (Redesca) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y exigieron al Estado boliviano adoptar un Plan Nacional de Manejo Integral del Fuego para evitar que la tragedia ambiental se repita cuando comienza a acercarse la temporada de incendios.
Entre el 9 y 11 de diciembre de 2024, una misión de la Redesca llegó a Bolivia para documentar los impactos de los incendios forestales sobre los derechos humanos, en particular sobre comunidades rurales e indígenas. Esa visita llegó a las ciudades de La Paz, Santa Cruz de la Sierra y San Ignacio de Velasco. Además, esa misión realizó sobrevuelos en regiones de la Chiquitania y la Amazonía boliviana.

Bolivia empieza a sufrir por los incendios, a pesar de que la época de quemas por lo general inicia en agosto. Según el Gobierno, hasta el 18 de julio se registraron 1500 focos de calor y 13 incendios. Todos estos eventos se desarrollan en el departamento de Santa Cruz.
La CIDH, a través de Redesca, emitió un informe que documenta una tendencia creciente de incendios forestales en las últimas dos décadas en Bolivia, con daños generalizados sobre la naturaleza, los territorios y las poblaciones.
Para entender qué está pasando y qué implicaciones tiene esta alerta, hablamos con Iván Paredes Tamayo, periodista de Mongabay Latam radicado en Bolivia.
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Imagen principal: Incendios en cercanías de la comunidad de Quitunuquiña, municipio de Roboré en el departamento de Santa Cruz. Foto: Claudia Belaunde.
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