Desde Bogotá, el biólogo, doctor en Ciencias Biomédicas y director científico del Proyecto de Conservación de Aguas y Tierras (ProCAT), José Fernando González-Maya, se dedica a la protección del tigrillo lanudo, una especie local de Colombia. Ha liderado una investigación sobre la distribución de la especie en el país, publicada en la revista científica Plos One.
González-Maya destaca que la especie no se limita a las zonas boscosas alejadas, sino que también se encuentra en la ciudad. En Bogotá, por ejemplo, se han reportado avistamientos de tigrillos en la carrera Séptima, una concurrida vía que atraviesa la ciudad. Desde 2010, ProCAT ha recibido informes de tigrillos que han atacado gallinas en los cerros cercanos a Bogotá.
Pese a los riesgos que enfrenta el pequeño gato silvestre por la pérdida de su hábitat en Colombia, González-Maya asegura que la especie tiene una ventaja en la región Bogotá y sus afueras. Sin la presencia de pumas ni jaguares, el tigrillo es el predador tope en la zona. Para González-Maya, la conservación del tigrillo implica cuidar los bosques y páramos que rodean a Bogotá y le proveen el agua. En Colombia, el mayor riesgo son las manadas de perros ferales o asilvestrados, que han crecido en tamaño debido a la negligencia, representando una amenaza significativa para el tigrillo. En este tema también falta más investigación.