- ¿El Niño Costero tiene influencia en las lluvias que ocurren en otros países de América del Sur?
- ¿Se puede predecir este tipo de fenómeno climático?
Primero fueron Ecuador y Perú. Desde diciembre del 2016 las lluvias e inundaciones golpearon a ambos países. En el caso peruano, las regiones más afectadas son las localizadas en la costa norte, como Lambayeque, La Libertad, Tumbes y Piura; mientras que en territorio ecuatoriano, Milagro, El Oro y Los Ríos son algunos de los lugares que se han visto más perjudicados.
En Ecuador, las lluvias e inundaciones han producido la muerte de 21 personas y han desplazado a otras 1410, de acuerdo con datos del Centro de Informaciones de Naciones Unidas actualizados al 4 de abril. Por su parte, según el Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN) con datos al 5 de abril, en el Perú las lluvias e inundaciones han dejado 106 muertos, más de 157 000 damnificados y 972 000 afectados.
En Colombia, el 1 de abril una gran avalancha producida por lluvias intensas arrasó con el pueblo de Mocoa, en el departamento de Putumayo. Al día 7 de abril, medios locales y la Unidad Nacional para la Gestión de Riesgos de Desastres (UNGRD) han registrado 312 muertos, incluidos 102 niños, 332 heridos y más de 4100 damnificados.
En Argentina, fuertes lluvias afectaron a siete provincias en especial ubicadas al norte: Santiago del Estero, Formosa, Corrientes, Santa Fe, Chaco, Córdoba y Entre Ríos, dejando más de 27 000 afectados desde que el pasado miércoles 29 de marzo, de acuerdo con información del Sistema Federal de Emergencias con datos actualizados hasta fin del mes de marzo.
¿Por qué diferentes países de América del Sur están sufriendo estas lluvias intensas? El doctor Holm Tiessen, director ejecutivo del Instituto Interamericano para la Investigación del Cambio Global y especialista en cambios climáticos globales en América Latina, dice a Mongabay Latam que las intensas lluvias se deben a lo siguiente: “La primera es que las lluvias son naturales por ser verano, son estacionales. Pero, y esta es la segunda razón, el cambio climático las está intensificando. Por otro lado, si hay El Niño Costero como se le conoce, o el fenómeno El Niño, es decir, un calentamiento en la superficie del mar, esto influye en el resto de América del Sur, existe una interacción, podemos ver estos efectos en lluvias del oeste de Brasil, en el norte de Argentina o en Colombia”.
En diciembre del 2015 se publicó en la Revista Brasileña de Meteorología la investigación “Estudio de la influencia de ENSO (El Niño Southern Oscillation) sobre el clima de América del Sur realizado durante la década de 1980”, en la que se llega a la conclusión de que El Niño influye en el clima sudamericano.
Información de 270 estaciones meteorológicas fueron usadas para ese estudio que logró “documentar por primera vez las características estacionales de la influencia de la Oscilación del Sur, y sus fenómenos asociados de El Niño y La Niña, en la dinámica del clima en América del Sur y las regiones vecinas”. La Oscilación del Sur se refiere al balance de presiones atmosféricas que se da entre el sector oriental (mares de Australia, Nueva Zelanda) y occidental del océano Pacífico (costas de Perú y Ecuador).
El investigador alemán señala que el impacto de El Niño Costero en países como Colombia y Argentina se debe al encuentro de este fenómeno que ocurre en la costa norte del Perú y la zona sur de Ecuador con las lluvias que nacen en la Amazonía y que posteriormente se trasladan, de manera intensa, por el margen oriental de América del Sur hasta Brasil.
“(Luego de Perú y Ecuador) Colombia es uno de los países que más sufre por los efectos de El Niño por su cercanía a los Andes. ¿Por qué se da esto? En el oeste de los Andes el agua (humedad, lluvia, niebla) proviene del Pacífico, pero el impulso para iniciar las lluvias viene de las corrientes atmosféricas de la Amazonía. Justo la zona andina es un área que tiene complicaciones por ser un lugar de encuentro entre los sistemas atmosféricos (vientos, humedad) del Caribe, la Amazonía y del Océano Pacífico. Las lluvias se trasladan hasta la zona de Brasil, incluyendo Argentina por supuesto”.
¿Por qué Perú fue golpeado con mayor intensidad?
El ecólogo tropical peruano Ernesto Ráez dice a Mongabay Latam que “El Niño Costero es un fenómeno de calentamiento de las aguas que se desarrolló en la costa norte del Perú. Debemos recordar también que existe un fenómeno estacional llamado verano y este ocurre con lluvias de por medio. El Niño Costero las ha intensificado. Recordemos que El Niño Costero se da por el debilitamiento de la corriente de Humboldt (aires fríos) provenientes del sur del Perú y el ingreso de aguas cálidas del norte del Ecuador”.
La Empresa Pública del Agua de Ecuador, en un video, señala que dicho país presentó menos afectaciones que Perú ante las lluvias intensas por seis proyectos hídricos que incluían almacenes de agua y sistema de riego alternativos para evitar futuras inundaciones.
“El punto de partido de esa discusión es muy poco serio. Se ha partido desde la idea de que Ecuador ha pasado por lo mismo que Perú. Yo estuve monitoreando la intensidad del fenómeno en ambos países y el tema es que la intensidad en Ecuador no había alcanzado ni cercanamente al Perú. La base no se sustentaba”, señala Ernesto Ráez.
De acuerdo al gráfico de intensidad de precipitaciones del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología de Ecuador (INAHMI), en el mes de marzo la costa ecuatoriana tiene niveles bajos de lluvias (entre colores celeste y verde), mientras que pequeñas zonas andinas sí tienen un nivel alto (rojo). Sin embargo, en la parte inferior, costa peruana, se puede encontrar una gran dimensión en coloración roja.
Además, de acuerdo al Estudio Nacional del Fenómeno ‘El Niño’ (Enfen) de Perú, la temperatura del mar en la costa peruana oscila entre 28 y 29 grados centígrados, mientras que la ecuatoriana es de 27 grados centígrados.
Difícil predicción
Para el doctor Holm Tiessen, la predicción de desastres ambientales es difícil por dos factores: los numerosos procesos climáticos que intervienen en América del Sur, que se superponen un proceso con otro, como El Niño Costero con las lluvias amazónicas; y la falta de un modelo eficaz de predicción meteorológica.
No existe hasta el momento un modelo de predicción meteorológica capaz de entender los fenómenos climáticos actuales. “Es cierto que siempre hubo catástrofes, pero no tenemos las mismas condiciones climáticas de hace siglos, ni siquiera del siglo pasado. Antes, por ejemplo, se daban fenómenos extremos cada 500 años, pero la cercanía de un suceso con otro se va acortando, cada año vemos algo nuevo y eso complica la predicción”, resalta.
Y esto es sucede en todo el mundo, manifiesta Tiessen. “No existe un modelo ideal de predicción. Se está trabajando, es una problemática que nadie entiende porque está llena de incertidumbres. Dos años atrás hubo incendios forestales enormes en Siberia, e inundaciones en Pakistán y ninguna estación climática avanzada de Europa pudo predecirlos. El mundo está cambiando, la ciencia está tratando de entender este cambio, está aprendiendo”, dice.
¿Hay manera de disminuir los daños?
La solución es y siempre ha sido la planificación en el campo y ciudades, indica a Mongabay Latam Fernando Neyra, exdirector de Ordenamiento Territorial del Ministerio del Ambiente (Minam) del Perú. “Básicamente lo que está sucediendo en toda la región es un período cíclico de lluvias. Se sabe que, en 1925, en el caso de Perú y Ecuador, hubo un evento similar de El Niño Costero que produjo intensas lluvias. Hay condiciones en el territorio que deben ser analizadas previamente a una ocupación humana y eso no se hace. No hay planificación. Los impactos son controlables en la medida que conozcamos el territorio. Y eso se repite en América del Sur”.
Para Neyra existe un avance científico con la publicación de estudios sobre riesgos en ciudades. Trujillo, Lambayeque y Piura, ciudades del norte del Perú, tuvieron años atrás estudios sobre gestión de riesgo, pero ningún Gobierno las ejecutó, según el experto en ordenamiento territorial. ¿Por qué? De acuerdo a Neyra, la planificación genera efectos a largo plazo y eso no es rentable políticamente. “Prefieren echar tierra y cemento para abaratar costos”.
Neyra agrega que además existe deforestación de los bosques que sirven como barrera natural contra deslizamientos, ‘huaicos’ como se conocen en Perú. “Se deforesta sin ningún tipo de control y se dejan las laderas sin ningún tipo de protección. Por eso vemos lo que sucede. El grave problema acá es la planificación, esto está en crisis en la región sudamericana”.
El ordenamiento territorial sirve para reducir los impactos de los desastres porque te da conocimiento del territorio y cómo intervenirlo, afirma el especialista. “En Colombia por ejemplo un bosque protegió a un barrio en Mocoa”, afirmó.
Para combatir la deforestación y la ocupación ilegal de terrenos, Neyra señala que se deben promover alternativas de desarrollo local. Porque la migración de población se dirige a zonas donde existe movimiento económico.
Finalmente, el exdirector de Ordenamiento Territorial del Minam, señala que de no seguir ejecutándose un plan de ordenamiento territorial los desastres continuarán. “La naturaleza se manifiesta con toda su fuerza cuando llega su momento, la tomes en cuenta o no en tus proyectos de construcción, debemos estar preparados para eso. Ya sabemos qué sucede cuando se le ignora”.
Foto de portada: Vivi Villalba/Twitter.