- Se cree que la rana acuática Yuracaré (Telmatobius yuracare) puede estar extinta. Queda un ejemplar macho en cautiverio hace 10 años pero no se ha podido encontrar una hembra para asegurar la reproducción.
- El hongo quítrido, la introducción de la trucha, anormalidades climáticas y la mano del hombre tienen en grave riesgo al género anfibio Telmatobius.
Los científicos llevan más de 10 años sin ver en su hábitat a la rana acuática Yuracaré, endémica de Bolivia. En este momento se teme que pueda estar extinta en estado salvaje y la esperanza que tienen para preservar la especie es encontrarle una pareja a Romeo, el único ejemplar macho que queda en cautiverio y que está en manos de los biólogos de la Iniciativa Anfibios de Bolivia (IAB).
Lo preocupante es que el tiempo de apareamiento de Romeo parece estarse agotando y el temor de los científicos es no encontrarle pronto una hembra con la cual pueda reproducirse. Y es que la última vez que los investigadores vieron a este anfibio fue en un área comprendida entre la provincia de Chapare, en el departamento de Cochabamba, y la provincia de Caballero, en el departamento de Santa Cruz.
Ante el inminente peligro de que la rana acuática Yuracaré (Telmatobius yuracare) se extinga, en febrero el IAB lanzó una campaña para recolectar 15 000 dólares (la superaron pues consiguieron 25 000) y organizar diez expediciones científicas a los Andes orientales de Bolivia, área de distribución de esta especie.
Estos son los 10 datos que usted debe conocer sobre este anfibio:
Sus características
- La Telmatobius yuracare es una especie de tamaño grande. Los machos miden hasta 57,6 milímetros y las hembras 46 milímetros. El iris de sus ojos tiene una coloración entre verde y café con pequeños puntos amarillos. Su cuerpo es robusto, más ancho que su cabeza. Entre otras características, su piel dorsal y la ventral son lisas; su dorso es de color café verdoso, café grisáceo o beige, con manchas irregulares oscuras; y las superficies ventrales son anaranjadas o amarillentas con o sin manchas difusas de color café.
- Es una especie endémica de Bolivia y solamente es conocida en algunas localidades como Sehuencas, Jatun Potrero y la Siberia, en Cochabamba; y Karhuasi en Santa Cruz, entre la ecoregión de los yungas.
- Otras especies de rana del género Telmatobius también están en peligro en Ecuador y Perú. “(El género) está posiblemente considerado extinto en Ecuador y en los bosques nublados de Perú y Bolivia. Parece ser que todas las especies de ranas de este género están pasando lo mismo. ¡Ya no se encuentra nada!”, expresó Arturo Muñoz, director y fundador de la IAB.
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¿Qué la tiene en peligro?
- El hongo quítrido: Es causante de varias disminuciones y extinciones de anfibios en el mundo. “Cuando llega por primera vez (el hongo quítrido) causa un evento de mortandad masiva. En el bosque nublado no vive mucha gente, entonces no hay muchos reportes directos de mortandad masiva”, explicó a Mongabay Latam Alessandro Catenazzi, investigador del departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad Internacional de Florida.
- La introducción de la trucha: Señalan los investigadores Alessandro Catenazzi y Andrés Merino-Viteri que a pesar de que en Perú, Ecuador y Bolivia no se realizaron estudios específicos sobre el tema, o si los hay no están publicados, se conoce por ejemplo que la voracidad de esa especie introducida está mermando la población de la ranita trepadora serrana y el escuercito de Achala, dos anfibios que solo viven en Argentina.
- Su distribución restringida y la fuerte presión antropogénica: Esto como producto de la agricultura y el uso de pesticidas, o la pesca y el turismo, actividades que han ido destruyendo varias de las localidades donde estaba la especie.
- Anormalidades climáticas: Las posibles causas de la declinación de las poblaciones de los Telmatobius en Ecuador se relacionan con años calientes y con escasas lluvias que coinciden, precisamente, con la época de las declinaciones (1987-1988 y 1993-1994).
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Las opciones
- Se buscará identificar los sitios donde aún se pueda encontrar la especie y en caso de que sea ubicada se trabajará en coordinación con todas las instituciones y poblaciones cercanas para asegurar su protección.
- Programas de crianza en cautiverio para mantener y reproducir especies críticamente amenazadas —como Romeo— para futuras reintroducciones. Un centro de crianza de conservación biosegura ayudará a mantener a los animales a salvo de enfermedades para que algún día la especie pueda ser devuelta a la naturaleza.
- Contar con más recursos económicos para trabajar con un laboratorio australiano que podría congelar los espermatozoides de Romeo y otros tejidos para que, como plan B, puedan probar la fertilización in vitro si las expediciones encuentran una hembra y no se concreta la reproducción natural.
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