- Sus mandíbulas adaptadas para succionar caracoles y babosas, la coloración azul de los ojos de una de ellas y las cabezas achatadas llamaron la atención de los científicos.
- Los hábitats de todas estas especies, catalogadas en su mayoría en estado Vulnerable y En Peligro, están amenazados por la deforestación.
- Los nombres de cada serpiente fueron subastados con el fin de recaudar fondos, para la ampliación de una de las reservas que alberga a algunas de estas especies.
Cuando se descubren nuevas especies de serpientes, los científicos saben que tendrán que responder a la misma pregunta de siempre: ¿alguna de ellas es venenosa? A veces contestan con un sí y otras con una negativa, pero lo que no espera escuchar el entrevistador es que se trata del descubrimiento de un grupo de cinco nuevas serpientes con un apetito voraz por los caracoles y las babosas. Las llaman las “chupa caracoles” y viven en las selvas tropicales y bosques secos de Ecuador, aunque una de ellas también habita los bosques secos de Perú.
Uno de los rasgos más interesantes que poseen estos reptiles recién descubiertos es su destreza para comerse a sus víctimas. “Tienen sus mandíbulas modificadas de tal manera que pueden succionar el viscoso cuerpo de un caracol desde su caparazón”, se detalla en una nota publicada en la página de Tropical Herping, institución que lidera la investigación y que promueve la conservación de anfibios y reptiles en el Ecuador.
Alejandro Arteaga, director científico de Tropical Herping y estudiante de doctorado en el Museo Americano de Historia Natural, logró reunir a un grupo interdisciplinario de más de 10 investigadores y los resultados de este estudio, que empezó en el 2013, se pueden leer ahora en la revista científica Zookeys.
“Siempre sospechamos que los bosques del sur del Ecuador podrían albergar especies nuevas, ya que han sido poco explorados. Por eso, organizamos una expedición a las reservas sureñas de la Fundación Jocotoco. En estas expediciones, el equipo se dividía en grupos y caminaba a lo largo del bosque con las linternas enfocadas en la vegetación, con el objetivo de encontrar animales activos o dormidos”, narra Arteaga.