- La empresa salmonera debía recuperar el 10 % de los ejemplares fugados y solo recuperó un 5,54 %.
- Los antecedentes están siendo analizados por la justicia para determinar responsabilidades.
Siete mil pesos (10,3 USD) por salmón recuperado, ofreció la empresa Marine Harvest luego de que 690 000 peces se escaparan de las jaulas ubicadas en Isla Huar, en el archipiélago de Calbuco, en la región de Los Lagos, durante una tormenta que azotó la noche del 5 de julio.
De acuerdo a la normativa chilena, la empresa salmonera debía recuperar el 10 % de los ejemplares fugados en un plazo de treinta días. De lo contrario, de acuerdo a la Ley de Pesca y Acuicultura, se debía presumir daño ambiental.
Tres meses después, la autoridad confirmó que la empresa recapturó 38 286 ejemplares, lo que equivale a un 5,54 % del total escapado. ¿Cuáles son los daños ambientales de esta fuga?
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Sin depredador
Aunque aún no es posible ver hoy los impactos de esta fuga, Liesbeth Van Der Meer, Directora Ejecutiva de Oceana Chile, asegura que “se ha reportado que los escapes de salmones es considerada la acción modificadora asociada a la salmonicultura que afecta a un mayor número de especies”. Ello, debido a la disminución de las poblaciones de especies nativas. “Esto puede ser a través de la depredación y/o de la competencia por hábitat o alimento con la fauna nativa del lugar; de la transmisión de enfermedades o químicos a otras especies; o del establecimiento o ‘asilvestramiento’ de los salmones en el área”, señala Van Der Meer.
Ivan Arismendi, ecólogo acuático, profesor de Oregon State University quien ha estudiado desde hace 17 años la invasión de estos peces, especialmente la del salmón Chinook y las truchas, explicó a Mongabay Latam que uno de los riegos asociados al escape de salmones, es que estas especies exóticas logren establecer poblaciones viables y autosustentables en el medio natural. Al ser estos especies introducidas, sin depredadores naturales y carnívoros, las poblaciones de especies nativas disminuyen por depredación y por competencia de espacio y alimentación.
El salmón Atlántico y el Coho son las dos principales especies criadas por la industria salmonera en Chile y, según Arismendi, “sabemos que el Coho ya ha comenzado a establecerse”. Por otro lado, el científico señala que las introducciones anteriores han aumentado la riqueza genética y por lo tanto, la probabilidad de éxito en la adaptación es mayor.
Según el Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales OLCA se estima que el 5 % de los peces se escapa anualmente. Una investigación de la Organización WWF, señala que, de acuerdo a datos de Sernapesca, entre el 2010 y 2017 se produjeron 87 eventos de escapes de peces lo que se traduce en casi 3 500 000 ejemplares.
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La resistencia bacteriana
La salmonicultura es una de las industrias de alimento animal que más antibióticos utiliza.
Liesbeth Van Der Meer explica que “debido a las condiciones de hacinamiento que se dan en las jaulas, muchos de los peces se enferman o se contagian con parásitos. Es por ello que se le suministran antibióticos y antiparasitarios”. Según datos del Servicio Nacional de Pesca, durante el 2016, se utilizaron 382 500 kg de antimicrobianos asociados a una producción de casi 728 toneladas de salmónidos. Sin embargo, estas cifras no son homogéneas entre los países productores. Noruega, el principal país productor de salmones en el mundo, utilizó en ese mismo período 700 veces menos antimicrobianos por tonelada que Chile.
El científico Felipe Cabello señala en un informe que “recientemente se ha descubierto que la diversidad bacteriana, en un área de cultivo de salmón, es reducida (…). La disminución de la diversidad biológica, producida por este uso excesivo de antimicrobianos, también facilita las infecciones bacterianas de los peces cultivados, con nuevos y emergentes patógenos”. Es así como Iván Arismendi dice que “la principal preocupación del escape de salmones Antárticos —como el ocurrido en Calbuco— es el contagio de enfermedades a otras especies”.
Por otro lado, el uso excesivo de antibióticos acelera el desarrollo de resistencia antimicrobiana. Un proceso que se produce cuando las bacterias mutan y se vuelven resistentes a los antibióticos utilizados para el tratamiento de las infecciones. Lo anterior es, de hecho, una de las principales preocupaciones de la Organización Mundial de la Salud puesto que “compromete nuestra capacidad para tratar enfermedades infecciosas y pone en peligro muchos avances médicos”.
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La destrucción de los fondos marinos
Cuando Jorge Bustos, dirigente del Consejo Regional de Pescadores Artesanales de la región de Los Lagos, buceaba hace 20 años atrás, el mar no era el mismo de hoy. “Yo puedo comparar y darme cuenta de la situación actual de los fondos marinos. Están destruidos. Los bancos naturales yo diría que están muertos aquí en la zona. Nosotros exportábamos pejerreyes a México y Estados Unidos. Era uno de los mercados más grandes que teníamos nosotros. Hoy día prácticamente no existen. Nos robaron”, dijo a Mongabay Latam.
En efecto, el exceso de alimentos y fecas que van a dar al fondo marino, donde se encuentran ubicadas las jaulas de cultivos de salmones, provocan la eutrofización del agua. Es decir, la proliferación de algas que consumen el oxígeno acabando con la vida marina. Un estudio publicado por la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA) señala que “en 2001, el Grupo de Expertos sobre los Aspectos Científicos de la Protección Ambiental Marina (GESAMP) concluyó que la eutrofización orgánica constituía la mayor amenaza a los océanos y zonas costeras. Ello, por la aparición de zonas con nula o insuficiente disponibilidad de oxígeno disuelto para mantener la vida acuática”.
La salmonicultura se ha ido expandiendo hacia el sur, con aspiraciones de crecer aún más para satisfacer una creciente demanda regional.
Actualmente, según el último listado de concesiones de acuicultura de salmónidos de la Subsecretaría de Pesca, existen 1322 concesiones otorgadas en las regiones australes del país: Los Lagos, Aysén y Magallanes. Al respecto, Cristina Torres, coordinadora de WWF Chile, opina que “si no podemos evitar los escapes, no sé cómo podemos pensar en expansión.”
Actualmente los antecedentes del escape de Calbuco están siendo analizados por el Consejo de Defensa del Estado, la entidad encargada de defender judicialmente los intereses del Estado de Chile, para determinar responsabilidades. Marine Harvest arriesga sanciones que van desde medidas reparatorias, multas, hasta el cierre del centro.
Foto Portada: Greenpeace