- Teddy Cairuna Cauper, líder shipibo de la comunidad nativa de Nuevo Saposoa, en el departamento de Ucayali, nos cuenta en una entrevista cómo utilizan los drones y las alertas de deforestación para enfrentar a los cocaleros y taladores ilegales que incursionan dentro de su territorio.
- En más de una oportunidad han sido amenazados de muerte y en el 2015 uno de sus compañeros fue asesinado.
“Vamos a armar el drone para comenzar”, son las primeras palabras de Teddy Cairuna Cauper, líder shipibo que participa en el monitoreo de bosques de la comunidad nativa de Nuevo Saposoa, en el departamento de Ucayali. Él y tres de sus compañeros han salido de las entrañas del bosque, a bordo de una mototaxi roja, para explicarle a un grupo de periodistas cómo hicieron para reducir a cero la deforestación en su territorio.
Teddy abre una caja y extrae con mucho cuidado un estuche que contiene el drone. Saca el control remoto, coloca el aparato en el suelo y ubica una alerta de deforestación en su celular. Entonces ‘La cucaracha’, como suelen llamar al drone, comienza a elevarse y enrumba hacia el punto de deforestación que acaban de detectar.
Le pedimos que nos permita entrevistarlo y solo entonces acepta dejar por unos minutos su labor de monitoreo. Va por su kushma blanca, pintada con un colorido diseño ‘Kené’, y se presenta con la siguiente frase: “Mi nombre es Teddy de la comunidad shipiba Nuevo Saposoa, que es zona de amortiguamiento del Parque Nacional Sierra del Divisor”.
¿Por qué es importante la conservación de este espacio?
La comunidad no entendía antes lo que eran los temas de conservación, lo que es la protección de nuestros recursos naturales, pero nosotros cuando hemos iniciado el trabajo de monitoreo, con el ingreso del Parque Nacional Sierra del Divisor a la comunidad, hemos sido informados de lo que es el tema de protección de nuestro territorio, lo que es el tema de conservación, el cambio climático. Nosotros no entendíamos qué es el cambio climático, qué es la mitigación, ahora nosotros ya entendemos porque han venido muchos ambientalistas a darnos capacitación.
Nos cuenta que la comunidad tomó la decisión, hace unos años, de proteger con sus vidas las 9679 hectáreas que poseen. Y no es una exageración. Cuenta que los taladores que ingresan ilegalmente a sus bosques los han amenazado en más de una oportunidad y que eso no los ha hecho retroceder. “Las amenazas que hemos venido recibiendo son de parte de las personas que han venido a invadir el territorio. No han sido de Ucayali, han venido de Junín, Tingo María y Madre de Dios. Ellos han venido a ingresar a la comunidad sin autorización y de una vez que están dentro del territorio han empezado a dar amenazas a los miembros de la comunidad”.
Teddy recuerda que incluso han sido amenazados de muerte y que uno de los miembros de la comunidad de Patria Nueva fue asesinado por los cocaleros en el 2015. Eliseo Picón, ese es el nombre del amigo que perdieron. Le cuesta pronunciar su nombre y un pequeño silencio se produce en la conversación.
En la comunidad de Teddy Cairuna viven 50 familias, 250 personas en total, que protegen su territorio de los cocaleros y los taladores ilegales. Nos cuenta el líder shipibo de 38 años que a través del Programa Nacional de Bosques para la Mitigación del Cambio Climático han podido obtener un ingreso de la conservación de 8352 hectáreas de bosque. Con ese dinero compraron su primer drone y, en marzo de 2016, buscaron a los expertos de Rainforest Foundation para ser capacitados en las actividades de monitoreo, vigilancia y manejo de tecnologías, como las imágenes satelitales.
Es así como ocho personas han aprendido a usar el drone y a detectar las alertas de deforestación con la ayuda de sus teléfonos celulares.
¿Cuáles son las especies que buscan los taladores ilegales?
Bueno, lo que ellos buscan es aprovechamiento de madera, las especies son shihuahuacos, quinillas, capironas y otros, esas son las especies más buscadas. Y ahora, ¿Por qué invaden? Mayormente han venido para hacer siembra ilícita de coca. En la comunidad había 25 hectáreas de coca, pero con esta clase de monitoreo y utilizando nuestra tecnología ha disminuido, y ahora la deforestación está cero, cero.
¿Cómo se organizan para hacer el monitoreo?
En las comunidades, tanto Patria Nueva y Nuevo Saposoa, hay un comité de vigilancia o la comunidad nos llama ‘los cazadores de la deforestación’. Entonces nosotros estamos organizados, hacemos nuestros planes de inversión porque para empezar a hacer patrullaje se necesita el recurso económico, también armamos nuestro plan de patrullaje. En nuestro plan se identifican las alertas, cuántos días vamos a estar en el territorio. De una vez que armamos esas importante herramientas hacemos el ingreso, identificamos de acuerdo a la imagen satelital, aquí ustedes pueden ver el color fucsia es la alerta, esto quiere decir que ahorita en Patria Nueva hay una alerta de deforestación y eso insertamos en nuestra tecnología y nos lleva a donde ha ocurrido esta amenaza
Monitorear el bosque es una tarea que asumieron hace tres años, cuando entendieron que debían cuidar sus bosques. Teddy cuenta que les costó adaptarse: “todo cambio tiene su dolor”, sostiene. Pero ahora armados con un drone y sus teléfonos celulares salen a ‘cazar’ a los deforestadores. Este vigilante de la amazonía nos dice que no suelen toparse con los taladores cuando llegan al lugar, pero sí con con tierras quemadas y chacras de coca. Al llegar al sitio realizan un registro visual pero también llenan por escrito un reporte de alertas. Esta información luego es entregada a la fiscalía y confirma con satisfacción que ya han logrado que algunos fiscales vayan a corroborar sus hallazgos.
¿Cómo saben quién está deforestando?
Como somos de la zona, cuando ingresa alguien inmediatamente identificamos quiénes son, de dónde son. Entonces, el documento lo presentamos ante la FEMA (Fiscalía Especializada en Materia Ambienta) o la Dirección General de Fauna Silvestre, ante la policía de medio ambiente. Primero cuando hemos iniciado nuestro monitoreo las autoridades de Ucayali no nos hicieron caso, no nos han creído, pero cuando hemos llevado estas evidencias con coordenadas, con fotos, con audios, entonces eso hemos llevado a la fiscalía ambiental. Entonces ellos tenían que venir a verificar y verificando es que se han dado cuenta que no estamos mintiendo, que estamos informando lo que es real, y con esta información hemos ido ganando espacio (…) Ahora tenemos un convenio, cuando ocurre cualquier amenaza, de acá nomás estamos comunicando y la marina o la fiscalía viene a atender a la comunidad.
¿Qué representa para ustedes el bosque?
El bosque es un aliado porque nos protege en todo, en las enfermedades, cuando alguien se enferma, cuando no tenemos recurso para comprar medicamentos, de nuestro mismo bosque sacamos la medicina. Si nosotros queremos comer pescado o carne del monte, vamos y lo traemos para la subsistencia.
¿Qué sensación te produce cuando llegas a un lugar siguiendo una alerta y lo encuentras talado?
Cuando yo encuentro un árbol talado tengo ganas de llorar, yo me siento mal, me indigno porque nosotros estamos cuidando el bosque porque sabemos qué importancia tiene, por eso no queremos que ingrese ningún talador a tumbar nuestros árboles
¿No te da miedo poner en riesgo tu vida o la de tu familia al enfrentarte a estas personas?
Así es, es muy riesgoso, pero nunca hemos dado un paso atrás, siempre adelante. Ahora nosotros nos sentimos los vencedores, nosotros hemos vencido la batalla, ahora en mi comunidad no hay ningún maderero, no hay ningún cocalero, la comunidad está en silencio, está libre.
¿Y eso les ha costado trabajo?
Ha costado tres años
¿Cuántas caminatas han realizado para encontrar las alertas?
¡Uf! Más de 100 caminatas.
¿Qué es lo que más te gusta del bosque?
Me gusta, es lindo, es una maravilla. Me gustan los árboles, me gusta ver a los animales, me gusta bajar a la quebrada y ver los peces, mirar las plantas medicinales, eso es lo que me gusta bastante.