- El humedal de Moncul podría recibir una carga inusual de sedimentos cuando, el próximo invierno, las lluvias laven el suelo desprotegido.
- Investigadores insisten sobre la necesidad de planificar las plantaciones de especies introducidas para impedir la propagación de megaincendios.
521 incendios registrados en la región de la Araucanía, en el sur del país, han consumido más de 8000 hectáreas. La comuna de Carahue, ha sido la más afectada con 2360 hectáreas arrasadas por el fuego. Le sigue Chol Chol, con 2324 hectáreas y Galvarino con 930, según datos de la Corporación Nacional Forestal (CONAF). Estamos viviendo un verdadero infierno, dijo el alcalde de Carahue.
No hace mucho, Chile vivió un infierno parecido. La temporada de verano de 2017, los más grandes y devastadores incendios jamás antes registrados en la historia del país, consumieron 467 000 hectáreas principalmente en las regiones del Biobío y el Maule. Once personas murieron, 1600 casas fueron destruidas, pequeños productores perdieron sus cosechas y el ganado, en su intento por escapar de las llamas, quedó a medio camino, chamuscado en mitad de la pampa.
Altas temperaturas y grandes extensiones de plantaciones de pinos y eucaliptus son dos factores que estos dos eventos tienen en común. Para Alejandro Miranda, Investigador del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 no se trata de una coincidencia.
Los humedales costeros de la región de la Araucanía, podrían estar en riesgo tras recibir los coletazos de estos incendios desenfrenados.
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Humedales vulnerables
“Todo lo que se ve que se quema, ahí del otro lado del río, en el sector de Montebello, es de las forestales” dice Delfín Valenzuela habitante de Carahue.
La región de la Araucanía, así como la del Biobío y la del Maule, se caracterizan por tener grandes extensiones de plantaciones de eucaliptus y de pino, dos especies introducidas, en los años 70, para la producción de madera y celulosa principalmente. Es así como el paisaje de la zona costera de la región de la Araucanía es dominado por las plantaciones que hoy arden.
“Acá no tenemos remanentes importantes de bosque nativo”, dice Marta Hernández, encargada de biodiversidad de la Secretaría Regional Ministerial (SEREMI) de Medioambiente. “El mayor valor en biodiversidad que tiene este sector son los humedales”, agrega y tres son los que se encuentran cercanos a la zona de incendios. Lago Budi, el estuario del río Queule y el humedal de Moncul, siendo este último el más vulnerable por encontrarse en la comuna de Carahue.
Según asegura Hernández, el impacto sobre ellos aún no es evidente. Sin embargo, “existe el riesgo de que el próximo invierno las lluvias arrastren sedimentos a estas zonas de alto valor”, aportando exceso de nutrientes y provocando así disminución de oxígeno en el agua además de la colmatación del humedal.
Por otro lado, la encargada de biodiversidad añade que “las plantaciones, en algunos casos, llegan hasta la orilla del humedal o incluso dentro de él, entonces no hay ninguna barrera que impida que los sedimentos corran hasta esta zona”.
29 especies de aves acuáticas habitan el humedal de Moncul. Abundan los cisnes de cuello negro (Cygnus melancoryphus), la garza cuca (Ardea cocoi), al menos cuatro especies de patos, entre ellos el real (Mareca sibilatrix), la gaviota cahuil (Chroicocephalus maculipennis), siendo además un importante sitio de nidificación para estas dos últimas especies. Además, el humedal alberga 171 especies de flora, algunas de las cuales se encuentran vulnerables, según el Libro Rojo de los sitios prioritarios para la conservación de la diversidad biológica de Chile. Entre ellas se encuentran las plantas nativas Chupalla (Fascicularia bicolor), Chupón (Greigia sphacelata) o árboles como el Lingue (Persea lingue), el Boldo (Peumus boldus). Incluso es posible encontrar aquí el Pitao (Pitavia punctata) calificado como en peligro de extinción.
Es por ello que la comunidad mapuche Mateo Nahuelpan de Carahue se encuentra trabajando para que el Humedal Moncul sea protegido por la Convención de Ramsar.
Desde la SEREMI aseguran que “es fundamental, pasado un incendio, proteger el suelo para que este no sea arrastrado con las próximas lluvias invernales y que, pasada la emergencia, debemos velar por que se activen las medidas necesarias para avanzar en la restauración y/o recuperación de las zonas afectadas”.
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El riesgo de las plantaciones
El estudio “Cambio climático y su impacto potencial en la ocurrencia de incendios forestales en la zona centro-sur de Chile”, elaborado en 2011 por la Universidad Austral de Chile, la universidad de Oxford y CONAF, confirma que la disminución de precipitaciones y aumento de las temperaturas “contribuiría, dadas las condiciones ambientales más favorables, a incendios más frecuentes y de mayor extensión”. Además, sostiene que “particularmente vulnerables a estos cambios en el régimen de incendios estarían aquellas regiones dominadas por extensas plantaciones y ecosistemas remanentes altamente fragmentados —es decir, retazos de bosque nativo que han quedado aislados— e invadidos por especies exóticas”.
Alejandro Miranda, quien también es investigador en el Laboratorio de Ecología del Paisaje y Conservación, de la Universidad de La Frontera, explica que las plantaciones forestales, por cómo se disponen en el paisaje, generan condiciones favorables para la producción de grandes incendios. “Son cultivos plantados en alta densidad, de manera homogénea, en grandes extensiones, con especies que han evolucionado junto con el fuego y que generan una gran cantidad de combustible fino en el piso”. Así lo confirma el estudio de la Universidad Austral al indicar que la estructura química de estas especies, más la homogeneidad de la vegetación y la continuidad del combustible —entendiéndose el árbol como un elemento combustible— aumenta la vulnerabilidad a los incendios.
Sumado a ello, las altas temperaturas de un ola de calor que ha afectado los últimos días, desde el centro hasta la zonas austral de Chile, más el viento fuerte y cálido, han preparado la receta perfecta para el desastre.
El Consejo de Política Forestal del Ministerio de Agricultura entregó a principios de marzo 2017, después de la gran catástrofe incendiaria, un plan para restaurar el patrimonio afectado por los incendios forestales, el cual incluye un ordenamiento territorial de las plantaciones arbóreas. La idea es generar plantaciones en base a mosaicos, con diferentes especies, para lograr una discontinuidad en el combustible y de esa manera controlar el fuego. Según Rodolfo Contreras, quien fuera entonces jefe de la Secretaría de Política Forestal, aseguraba al momento de la implementación de dicho plan que esa política incluía a pequeños, medianos y grandes productores forestales. Entre estos últimos, la compañía celulosa CMPC, una de las más importantes del país y de Latinoamérica y la dueña de las plantaciones que hoy arden en la Araucanía.
Mongabay Latam intentó comunicarse con CMPC para saber si dicha medida fue implementada en sus predios. Sin embargo, hasta la publicación de este artículo, la empresa no ha respondido a las preguntas. (Después de publicado este artículo CMPC envió sus respuestas las que se han adjuntado al final de la nota)
“En la medida en que no se realice una planificación orientada a generar paisajes más resistentes a los incendios, estas imágenes devastadoras se seguirán repitiendo a lo largo del país”, asegura Miranda.
Actualización
CMPC respondió a las preguntas realizadas por Mongabay Latam horas después de la publicación. Esto es lo que dijo:
“Actualmente la prioridad que tenemos como CMPC es la protección de nuestros vecinos al producirse algún incendio, es por eso que no sólo en la temporada trabajamos junto a ellos u otras organizaciones, sino que durante los 24 meses del año se trabaja fuerte en materias de prevención, esta mirada desde tres grandes líneas: Prevención Vecinal, Silvicultura Preventiva y Uso de Tecnología de Punta”.
“Durante los últimos incendios que se han producido en la región del Biobío y La Araucanía, CMPC ha desplegado tanto recursos aéreos como terrestre, los que han estado desplegados en la zona para combatir y evitar la propagación de incendios”.
“Las zonas en las que se trabaja son en el interfaz urbano-rural, con tal de proteger a las comunidades que ahí habitan, eso con los recursos como helicópteros bell, brigadas terrestres, camiones aljibes, skidders, aviones at, mega helicóptero, entre otros”.
“CMPC junto a Desafío Levantemos Chile reconstruirán las viviendas afectadas por los incendios, específicamente en las comunas de Cholchol, Nueva Imperial y Carahue”.
Foto principal: Sector Montebello. Noche de Domingo 3 de febrero. Foto: Delfín Valenzuela
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