- Se confirmó que al norte del estado de Amazonas, una mujer indígena kokama de 20 años dio positivo en prueba del COVID-19, según el organismo del gobierno federal a cargo de los servicios de salud para los indígenas en Brasil (SESAI).
- Es una de las 27 personas que están siendo monitoreadas después de estar en contacto con el Dr. Matheus Feitosa, quien fue diagnosticado con COVID-19. Feitosa es médico de SESAI y dio tratamiento a 10 indígenas tikuna antes de desarrollar fiebre y entrar en aislamiento voluntario.
El Ministerio de Salud de Brasil confirmó, el 1 de abril, el primer caso de COVID-19 entre los pueblos indígenas de la Amazonía, lo cual generó preocupación frente a la propagación del virus y sus efectos en esta población vulnerable.
Según SESAI, el organismo del gobierno federal a cargo de los servicios de salud para los pueblos indígenas en el país, una mujer kokama de 20 años, que radica al norte del estado de Amazonas, es la primera afectada.
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La mujer indígena es agente de salud y vive en el pueblo de São José, en el distrito de Santo Antônio do Içá, a unos 250 kilómetros (155 millas) de la frontera con Colombia, según informó la prensa. Asimismo, las primeras noticias de este caso indican que la mujer afectada por el COVID-19 se trasladó a la región superior del río Solimões en un viaje de salud de rutina y regresó con fiebre, dolor de cabeza y malestar en la garganta y pecho.
El 31 de marzo, la mujer de kokama publicó este mensaje en sus redes sociales: “El 18 de marzo estaba con un colega que luego desarrolló COVID-19 y tres días después tenía tos seca, perdí el sentido del gusto y el olfato”. Es una de las 27 personas que están siendo monitoreadas después de estar en contacto con el Dr. Matheus Feitosa, quien fue diagnosticado con COVID-19 la semana pasada, según informes de prensa.
En una declaración publicada por el portal de noticias G1, SESAI dijo que, antes de desarrollar fiebre y entrar en aislamiento voluntario, Feitosa se encargó del tratamiento de 10 indígenas en una aldea de tikuna usando guantes y mascarilla, que es una práctica normal para los médicos de esta institución.
De acuerdo con el Ministerio de Salud, Feitosa volvió a trabajar después de unas vacaciones en los estados sureños de Santa Catarina y Paraná “sin mostrar ningún síntoma de coronavirus”. Siete días después le diagnosticaron COVID-19. Según informes noticiosos, Feitosa cree que contrajo el virus durante sus vacaciones o durante su viaje en barco a Santo Antônio do Içá.
Andrey Moreira Cardoso, médico e investigador de la Fundación Oswaldo Cruz (ENSP / FIOCRUZ) e integrante del Grupo de Trabajo para la Salud Indígena en la Asociación Brasileña de Salud Colectiva (ABRASCO), teme que pueda haber una propagación severa del coronavirus en las comunidades. En una entrevista publicada en el sitio web del Instituto Socioambiental (ISA), explica que, aunque todas las personas son inmunológicamente susceptibles a un virus que nunca los había alcanzado antes, las infecciones respiratorias se propagan rápidamente entre los pueblos indígenas debido a que las condiciones de salud, generalmente, son peores que las de la población no indígena.
“El mundo nos ha dicho que el coronavirus afecta a las personas mayores con mayor seriedad”, dijo. “Pero no sabemos si esto es lo que sucederá en las comunidades. Sabemos que los niños indígenas tienen altos niveles de anemia y desnutrición, y que sus pulmones también pueden estar en malas condiciones porque pueden haber sido afectados por incendios [en el bosque] y pueden haber tenido repetidas infecciones respiratorias”.
Urgen medidas de atención
Con la confirmación del primer caso indígena de COVID-19, la Fiscalía Federal solicitó el 2 de abril a las autoridades a cargo de la salud indígena que tomen una serie de medidas de protección, como la inclusión de los pueblos indígenas en un grupo prioritario para la vacunación contra la gripe. Los fiscales también solicitaron que se les proporcione alimentos, materiales de limpieza y pruebas para ver si han contraído el coronavirus, así como asignar equipos de salud en todos los territorios indígenas.
Weydson Pereira, coordinador local de servicios de salud para indígenas en Alto Solimões, dijo en una entrevista con la agencia de noticias Amazônia Real que la población de la comunidad de Lago Grande debe quedarse en sus hogares y evitar el contacto social. En total, casi 900 habitantes de la comunidad indígena han puesto en práctica el aislamiento social desde que recibieron la noticia, precisa el informe. El 1 de abril, SESAI confirmó que las pruebas realizadas en los 12 pueblos indígenas tikuna salieron negativas.
La doctora Sofía Mendonça, coordinadora del Proyecto Xingu de la Universidad Federal de São Paulo (UNIFESP), teme que el coronavirus pueda tener un impacto similar a las grandes epidemias del pasado. “Existe un riesgo increíble de que el virus se propague a través de las comunidades y cause genocidio”, dijo a la BBC.
Mendonça pide medidas urgentes para evitar que el virus llegue a los grupos indígenas aislados. Según FUNAI, la agencia indígena del gobierno brasileño, se cree que existen alrededor de 107 de estos grupos en la Amazonía del país. Muchos de ellos viven en el estado de Amazonas.
Imagen principal: Se envió a funcionarios de salud del SESAI para vigilar a los pueblos indígenas en la comunidad de Lago Grande, en el estado de Amazonas. Foto: Cortesía del departamento de salud de Santo Antônio do Içá.
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