- El Estado de Honduras otorgó una concesión minera para la extracción de óxido de hierro en el Parque Nacional Carlos Escaleras, departamento de Colón.
- Las comunidades organizadas en el Comité Municipal de Defensa de los Bienes Comunes y Públicos denuncian los daños ambientales provocados en los ríos Guapinol y San Pedro, acarreando desplazamiento forzado, procesos de criminalización y muerte. Irma Andrea Lemus fue desplazada y por poco secuestrada.
A pesar que sus tres hijos se aferraban a su cuerpo empapados en llanto, Irma tomó la decisión más difícil de su vida: abordar un autobús rumbo a la frontera de Honduras con Guatemala, para luego seguir su camino a Estados Unidos. Dejó su familia, su casa y su tierra para comenzar el doloroso y largo camino del exilio. Un día antes de su partida, el 16 de marzo de 2019, sintió de cerca la muerte cuando intentaron secuestrarla para asesinarla. Ha recibido amenazas de muerte desde hace varios años, pero las recientes fueron incrementando su frecuencia y la llevaron a abandonarlo todo.
La tarde del 15 de marzo de ese año, cuando regresaba a su comunidad en transporte público, un sujeto desconocido la amenazó con un arma y le pidió que se bajara del autobús sin hacer escándalo, que un vehículo les estaba esperando. Recuerda que vio el rostro de su agresor con miedo, pensando que la vida se le acababa, pero tomó fuerza para escabullirse entre el resto de los pasajeros y pudo pedir auxilio.
Hoy está en Estados Unidos y desde el exilio habló con Mongabay Latam sobre su historia y la de su comunidad, que se ha opuesto a los daños ambientales y sociales que provoca la explotación minera en Honduras. Para Irma Andrea Lemus Amaya, el gobierno del país centroamericano promueve esta actividad extractiva como la única opción para lograr el progreso de las comunidades.
Aunque solo tiene 38 años, Lemus es madre soltera, ambientalista y defensora de derechos humanos en Honduras. Sobrevivió a un proceso de criminalización, amenazas de muerte, atentados contra su vida y un intento de secuestro. Cuenta que cuando iba en su ruta migratoria, intentando olvidar su intento de secuestro, se encontró a dos supuestos empleados de una empresa minera que se instaló, a pesar de la oposición ciudadana, en las montañas del Parque Nacional Carlos Escaleras.