- En Latinoamérica, Honduras ha sido uno de los países pioneros en la exportación de derivados de la palma aceitera. A pesar de denuncias internacionales por daños al ambiente, las autoridades competentes al interior del país no registran sanciones contra empresas palmeras ni productores independientes.
- La empresa Aceydesa es señalada de infracciones ambientales graves en la Mesa Redonda sobre Aceite de Palma Sostenible y uno de sus fundadores es un político del departamento de Colón que ha estado envuelto en escándalos internacionales.
Modificación de escrituras de propiedad para disponer de zonas de protección ambiental establecidas por el Estado, falsificación de datos, soborno a trabajadores y agencias estatales, manipulación del sistema de pesado del fruto y operación sin licencias ambientales son solo algunos de los cargos que figuran en una denuncia presentada contra la empresa Aceites y Derivados S.A. (Aceydesa) ante la Mesa Redonda sobre Aceite de Palma Sostenible (RSPO por sus siglas en inglés), organización creada para promover el cultivo, producción y consumo responsable de la palma aceitera.
Y esta, ciertamente, no es la única denuncia que enfrenta Aceydesa en la RSPO. Existen también quejas dentro del ámbito laboral, que van desde amenazar a empleados para omitir información hasta el incumplimiento de las leyes que regulan el trabajo y la falta de equipos de protección personal para los empleados.
Poca información de esta denuncia es de carácter público, pues la parte demandante solicitó confidencialidad. Según el portal de la RSPO, desde que empezó la investigación de este caso recibido el 6 de abril del año pasado, la empresa demandada sólo se ha comunicado en una ocasión con la Mesa Redonda sobre Aceite de Palma Sostenible. Esto, mediante una carta firmada por la gerencia de Aceydesa con fecha del 7 de julio de 2020.
Según la información publicada por RSPO sobre este caso, solo hasta el 25 de mayo de este año la mesa de quejas de la organización recibió de parte del Organismo de Certificación un informe especial con el que posteriormente se programó una reunión para el 30 de agosto —entre el Organismo de Certificación y la secretaría de la RSPO— para revisar la auditoría realizada. Desde entonces nada más ha pasado y, nuevamente, no se tienen más detalles debido a la confidencialidad del proceso.
Aceydesa, en su página web, indica que es una empresa altamente responsable con la sociedad y la naturaleza y muestra sus certificaciones ambientales. La Alianza periodística Tras las huellas de la palma contactó a Ana Cesiah Molina González, representante legal de Aceydesa y quien firmó la carta que la compañía palmicultora envió a la RSPO, pero dijo que no estaba autorizada a dar información referente al caso ante personas ajenas a la Mesa.
A pesar de todo este proceso que se sigue en contra de la compañía, en Honduras, las autoridades locales no reportan denuncias ni sanciones referente a daños ambientales en contra de Aceydesa o productores que venden la fruta de la palma aceitera a esta empresa procesadora. El Ministerio de Recursos Naturales y Ambiente (Mi Ambiente) entregó, a partir de un pedido de información, tres expedientes relacionados a proyectos de la compañía: Palmas de Atlántida en Ceiba Grande, departamento de Atlántida, y Durango IV y Durango V en Bonito Oriental, departamento de Colón, en los que se establece que las licencias ambientales, estudios de impacto ambiental, escrituras y otros estudios realizados se han entregado a tiempo y siguen vigentes.
Francisco Naranjo, director de la RSPO para Latinoamérica, asegura que esta es la primera vez que se interpone una denuncia en contra de Aceydesa. “La queja actualmente se encuentra en estado de investigación. Durante esta fase se comparte a la compañía las acusaciones hechas por el denunciante y se le pide que responda y presente evidencias que soporten sus respuestas”. Según dice, una vez que la empresa ha respondido, se le comparten esas respuestas al denunciante quien puede responder nuevamente. La ida y venida de preguntas y respuestas se puede repetir hasta que el panel de quejas y reclamos considere que está en posición de tomar una decisión.
Dependiendo de los hallazgos se pueden aplicar sanciones que van desde la implementación de un plan de acción correctivo o incluso la expulsión de la compañía de la RSPO. Sin embargo, Naranjo dijo no poder dar más información sobre el caso en particular porque la queja no ha sido resuelta.
Ante esta denuncia en la RSPO y el proceso iniciado para determinar responsabilidades, solicitamos en la Secretaría de Mi Ambiente en Honduras, ente encargado de monitorear el impacto ambiental y ejecutar sanciones en caso de no cumplir con las leyes, los expedientes donde aparecen los informes de evaluación de impacto ambiental y el cumplimiento de artículos de la Ley General del Ambiente. Según esos expedientes, Aceydesa no ha cometido ningún delito y tampoco hay registro de una denuncia parecida a la interpuesta ante la RSPO.
Para la investigación Tras las huellas de la palma se construyó una base de datos con 231 casos que reúne las multas y sanciones, entre 2010 y 2020, contra 147 empresas y personas vinculadas al negocio de la palma en cuatro de los principales países productores en la región —Colombia, Honduras, Guatemala y Ecuador—. La Alianza periodística Tras las huellas de la palma hizo tres pedidos de información a autoridades hondureñas. Se obtuvieron 2 respuestas pero en 11 años solo se logró identificar un caso contra una persona natural en el departamento de Atlántida.
Honduras fue el país que menos casos registró en la base de datos. Aunque hay denuncias internacionales, no hay acciones al interior del país. Estos son los datos más relevantes:
Una empresa fundada por el cacique político de Colón
Aceydesa fue constituida como sociedad el 13 de septiembre de 1999, con un capital de 20 millones de lempiras (cerca de 825 000 dólares), y fue la primera empresa hondureña, según su página web, en recibir un certificado de la norma RSPO el 4 de diciembre de 2015. Uno de sus socios fundadores es Óscar Ramón Nájera Zapata, quien se desempeña como diputado del Partido Nacional por el departamento de Colón desde el año 1990. Al crear esta sociedad anónima, Nájera Zapata aportó 800 000 lempiras (aproximadamente 33 000 dólares) para adquirir un total de 8 mil acciones.
Nájera, quien es ingeniero agrícola de profesión y produce palma aceitera desde hace más de 50 años, asegura que las acciones que tenía en la empresa se las ha dado a su hija, pues él ahora es productor independiente y ya no se dedica a procesar el fruto de la palma sino a vender las cosechas. Aunque su vínculo societario se haya anulado, le aseguró a la Alianza periodística Tras las huellas de la palma que mantiene un vínculo comercial con la empresa pues vende el fruto a quien mejor pague o le dé mejor trato, entre ellos Aceydesa.
Ni la gerencia ni la encargada de la certificación de Aceydesa respondieron a nuestros pedidos de entrevista para conocer sobre la denuncia en contra de la compañía. Sin embargo, Nájera, quien prepara su campaña política para alcanzar su octava reelección como diputado en el Congreso Nacional, accedió a hablar de la empresa, argumentando que su hija aún es parte de ella y tiene pleno conocimiento de cómo se maneja y de su responsabilidad social y ambiental.
“Aceydesa es una empresa que está generando miles y miles de empleos directos e indirectos, están produciendo unas 300 mil toneladas por año”, dijo y agregó que la planta extractora no está en ninguna zona ambientalmente protegida.
Al consultarle por la queja en la RSPO, precisó que es completamente falso lo que tiene que ver con temas ambientales, ya que la aldea de Los Leones —donde se encuentra la planta procesadora de Aceydesa— está ubicada al otro lado del Refugio de Vida Silvestre Laguna de Guaimoreto, un área protegida del municipio de Trujillo. El diputado reconoce que hay daños en esta área protegida pero, según él, han sido causados por cooperativas palmicultoras a las que el Estado les ha entregado tierras.