- Los musgos son los primeros colonizadores que permiten la formación del suelo que, con el tiempo, será capaz de sostener un árbol.
- Debido a su antigüedad en la tierra, los musgos podrían tener en su memoria genética respuestas que le permitan al ser humano enfrentar el cambio climático.
“Yo uso este musgo como un modelo, como un centinela del cambio climático”, dice Brenda Riquelme, biotecnóloga de profesión, especializada en genética y microbiología, sobre el pequeño musgo que estudia en Puerto Williams para responder preguntas complejas sobre la crisis climática.
Fue durante su postdoctorado que llegó a esta ciudad, la más austral del continente, y se topó con un paisaje muy distinto a los que ella había conocido hasta entonces. Empezó de inmediato a interesarse en las particularidades de los bosques subantárticos y de la isla Navarino. Le llamó la atención en ese momento cómo distintos investigadores del Centro Internacional Cabo de Hornos para Estudios de Cambio Global y Conservación Biocultural (CHIC) —especializados en aves, especies invasoras e insectos de agua dulce y salada— estaban generando datos para entender los efectos del cambio climático en el presente.
Riquelme comenzó entonces a hacerse preguntas biológicas y ecológicas sobre un musgo que capturó su atención: el Polytrichum strictum. Esta planta es capaz de resucitar después de haber estado seca durante años, puede vivir en condiciones climáticas equivalentes a las de la península Antártica y colonizar ambientes inhóspitos permitiendo que con el tiempo se transformen en bosques.
En esta entrevista, la científica chilena cuenta que estas plantas atravesaron un período en la historia de la tierra en el que no había capa de ozono y en donde la temperatura y las condiciones del aire eran muy distintas a lo que los humanos hemos podido conocer. A través de observaciones y experimentos, Riquelme espera encontrar respuestas al cambio climático que podrían estar escondidas en la memoria genética de estos viejos habitantes de la tierra.
—¿Qué es lo más evidente de la crisis climática?
—Este verano fue impresionante. La temperatura estuvo muy alta, aquí no es normal andar con polera y así andábamos. Además llovió poco.
En la turbera los musgos estaban secos, realmente secos y eso es preocupante.
—¿Por qué?
—Las turberas son ecosistemas formados por un musgo llamado Sphagnum magellanicum que tiene una capacidad de retener enormes cantidades de agua, hasta 20 veces su peso seco. En su historia geológica, estos musgos han cubierto y colonizado cuerpos de agua, como pequeños lagos, que hoy día vemos como turberas. Desde un avión o en las imágenes satelitales se ven como parches rojos. Estos ecosistemas, además, moldean las condiciones microclimáticas del lugar y los vuelven húmedos y lluviosos.