- La Red de Varamientos de Manatíes del Magdalena Medio se creó con el objetivo de salvar de la extinción a Los Manatíes del Caribe, mamíferos acuáticos que aportan grandes beneficios ecosistémicos a la región, mediante acciones de salvamento y monitoreos comunitarios.
- Los riesgos que enfrentan estos herbívoros aumentaron significativamente por el desecamiento de ciénagas para agricultura y ganadería y fenómenos de variabilidad climática, como El Niño. Entre enero de 2010 y julio de 2023 murieron 31 ejemplares y se presentaron 40 emergencias.
De arriba hacia abajo, con sus colas aplanadas, nadan por los ríos y ciénagas del Magdalena Medio los manatíes del Caribe (Trichechus manatus manatus). Pero cuando el agua disminuye, los peligros aumentan: varamientos y atascos inesperados son los accidentes más usuales de estos grandes herbívoros catalogados como especie En Peligro (EN) según la Lista Roja de especies de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Si bien desde el 2010 ya se habían empezado a tejer alianzas para atender las emergencias en el departamento de Santander, fue en septiembre de 2023 cuando se creó la Red de Varamientos de Manatíes del Magdalena Medio, extendiéndose también a municipios de Antioquia, Cesar y Bolívar. Unidos por la misión participan de la iniciativa autoridades ambientales regionales, organizaciones no gubernamentales y comunidades locales.
¿Cuáles son los principales accidentes que enfrenta el manatí Caribe y cómo se organiza la Red de Varamientos para su protección? Te lo contamos en tres claves.
Menos agua, más accidentes
Según Eduardo Portilla, pescador del municipio de Barrancabermeja, Santander, que forma parte de la Red de Varamientos, el agua y los manatíes se benefician mutuamente. “Donde él está, el agua abunda y si ese animalito se llega a extinguir, nos vamos a quedar sin agua”, señala.
Su presencia es fundamental para mantener la calidad del agua y la flora y la fauna en los ecosistemas, explica la bióloga Katerin Arévalo de la organización Cabildo Verde, una de las expertas que más ha trabajado con manatíes en la región. La razón no es sólo porque contribuyen al equilibrio de las poblaciones de plantas que consumen sino también porque dejan en sus heces muchos nutrientes para los peces y ayudan con su forma de nadar “a mantener transitables los canales por donde se mueven”, señala la especialista.
Sin embargo, la desecación por la introducción de ganado o cultivos y los fenómenos de variabilidad climática, como El Niño, influyeron en la drástica disminución de las ciénagas -su principal hábitat- y el aumento de los varamientos y atascos. Los trasmallos -arte de pesca típicamente de fondo– también son un gran rival de los manatíes ya que suelen quedar atrapados.
Entre enero de 2010 y julio de 2023 los datos de accidentes son preocupantes: distintas organizaciones atendieron 40 emergencias por varamientos, de las cuales más del 12.5 % fueron accidentes masivos (de dos o más manatíes) y 52.5% sucedieron en el departamento de Santander. Además, un total de 31 animales murieron.
Una misión de salvación compartida entre comunidades y expertos
Los expertos consideran fundamental que quienes se encuentren con un manatí en peligro puedan llamar a una línea de atención o escribir por Whatsapp para hacer el reporte de la situación y así activar acciones de rescate.
“Estamos hablando de salvar individuos para, posteriormente, lograr proteger poblaciones”, señala Carlos Saavedra, coordinador del Proyecto Vida Silvestre que forma parte de la Red de Varamientos.
La Red dispuso una línea de emergencia las 24 horas del día (+57 3229838738) para que cualquier persona pueda reportar una emergencia.
Luego del reporte de un animal accidentado, se activan tres comités: operativo, técnico-científico y de difusión, encargados de determinar las acciones de salvación a realizar. Esto sería muy difícil sin la colaboración entre los especialistas y las comunidades: mientras llega la atención profesional, se instruye a los informantes para que preparen la logística y el posible traslado del animal.
Por eso, las autoridades ambientales regionales y las comunidades locales tienen unos kit de emergencia para brindar asistencia inicial a los animales heridos y varados. Además, muchas de las comunidades que viven en zonas rurales o cercanas a ciénagas han recibido capacitaciones. De esta forma han aprendido, por ejemplo, que es mejor esperar la ayuda de un experto antes de soltar completamente a un manatí atascado ya que puede tener daños no evidentes a simple vista.
Monitoreos comunitarios para la supervivencia
Para evitar nuevos incidentes y aumentar las posibilidades de supervivencia de los manatíes, se realizan monitoreos comunitarios liderados por el Proyecto Vida Silvestre y la organización ambiental Cabildo Verde en las zonas donde ya se han producido varamientos y accidentes.
Son los pescadores quienes realizan estos registros durante las faenas de pesca, anotando en una planilla si observaron manatíes o si notaron algún rastro indirecto de su presencia (como heces, zonas de comederos, sombras del animal al hundirse). Esto último es importante porque, tal como explica Leonor Valenzuela, coordinadora de Análisis y Síntesis de WCS Colombia, organización que forma parte de la labor de monitoreo y la Red de Varamientos, “el hecho de no verlo, no significa que el manatí no esté en la zona”.
La investigadora afirma, además, que los monitoreos han mostrado que en 16 de los 22 cuerpos de agua donde se han hecho faenas de pesca se ha confirmado la presencia del manatí y que 62 de los 80 registros del animal fueron por indicios indirectos. Los sitios con mayor número de registros fueron caño Peruetano, ciénaga de Paredes, ciénaga Quimbay y río Viejito.
Una vez más, la participación de las comunidades es una de las cuestiones destacables: “Los pobladores saben que de verdad forman parte del proceso y que su labor no se limita a pasarnos datos y ya. Tienen el estatus de investigadores locales y eso ha significado mucho para ellos”, señala Valenzuela.
Lee la historia completa aquí
Imagen principal: Colombia tiene dos especies de manatíes, los del Caribe y los amazónicos. Ambas están en grado de vulnerabilidad, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por su siglas en inglés). Foto: Trichechus inunguis_Fundacion Omacha, por Brayan Cruz.