- El líder indígena Gerardo Keimari Enrique fue encontrado sin vida el 7 de octubre en el río Madre de Dios tras recibir amenazas de muerte.
- El mecanismo de protección a personas defensoras de derechos humanos del Ministerio de Justicia y las garantías personales otorgadas por la Prefectura de Madre de Dios no fueron suficientes para proteger su vida.
La mañana del lunes 7 de octubre, el cuerpo de Gerardo Keimari Enrique fue hallado sin vida y tendido boca abajo a orillas del río Madre de Dios —en el distrito del Manu, región Madre de Dios— a unos pocos metros de la comunidad indígena Shipetiari, en medio de la Reserva Comunal Amarakaeri.
El cuerpo fue encontrado por su hermano Javier Keimari, integrante del Comité de vigilancia y control de la comunidad. La Fiscalía Penal Supraprovincial Especializada en Derechos Humanos e Interculturalidad de Cusco realizó el levantamiento del cadáver al día siguiente y trasladó el cuerpo hasta la ciudad de Cusco para realizar la necropsia. Los resultados del estudio que determinará las causas de la muerte se conocerán en los próximos días.
Para Walter Quertehuari, presidente del ente Ejecutor del Contrato de Administración de la Reserva Comunal Amarakaeri (ECA Amarakaeri), organización indígena que coadministra el área junto con el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), la muerte del poblador indígena no es otra cosa que un atentado contra una comunidad que lleva años peleando la ampliación de su territorio.
Unos meses antes de la muerte de Keimari, el 14 de agosto, 17 pobladores matsiguengas de la comunidad Shipetiari, entre ellos la víctima, que cumplían labores de vigilancia comunal, recibieron garantías personales por el riesgo al que estaban expuestos. De hecho, el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos (Minjus) activó el Mecanismo intersectorial para la protección de las personas defensoras de derechos humanos tras el ataque a los vigilantes comunales el 26 de julio, durante un ingreso a campo con un equipo de técnicos del Gobierno Regional de Madre de Dios y del programa de conservación de bosques del Ministerio del Ambiente que cumplían las tareas de georeferenciación del territorio como parte del proceso de ampliación.
“Fuimos interceptados por más de 25 personas quienes se encontraban armados con escopetas y otras armas de fuego, apuntándonos directamente y amenazándonos de muerte, indicando que desistamos de nuestra solicitud de ampliación, ya que ellos habrían solicitado esas áreas durante el año pasado ante la Gerencia Regional Forestal y de Fauna Silvestre para obtener una concesión forestal”, se lee en el parte policial al que Mongabay Latam tuvo acceso.
La denuncia contra 16 personas y los que resulten responsables, por el delito de tentativa de homicidio contra los integrantes de la comunidad Shipetiari, fue presentada el 26 de julio ante la Fiscalía Penal Supraprovincial Especializada en Derechos Humanos e Interculturalidad de Madre de Dios. Alrededor de dos semanas después, la Prefectura de Madre de Dios les otorgó las garantías personales. Estas, sin embargo, no fueron suficientes porque las amenazas contra Gerardo Keimari continuaron. “En setiembre, Gerardo Keimari me contó que lo estaban amenazando porque dicen que él dio los nombres de las personas a las que denunciamos y en menos de un mes aparece muerto. Creemos que su muerte es un atentado contra la comunidad”, dijo la lideresa de la comunidad Shipetiari, Rufina Rivera.
Keimari Enrique trabajaba como hotelero del albergue el Dorado —a una hora por río de la comunidad, cerca de la Reserva Comunal Amarakaeri— y también apoyaba a la comunidad Shipetiari en las tareas de vigilancia comunal. Con su muerte deja a su esposa e hijo de tres años huérfanos.
La lucha por la titulación
La comunidad Shipetiari, que pertenece al pueblo matsiguenga, está situada entre las regiones de Cusco y Madre de Dios. Consiguió su título de propiedad por una extensión de 29 097 hectáreas en 1996 y nueve años después, en 2004, sus pobladores solicitaron la ampliación del territorio comunal.
Al ver que el proceso no avanzaba, deciden en noviembre de 2013 solicitar nuevamente la ampliación del territorio ante la Dirección Regional de Agricultura de Madre de Dios. No fue hasta febrero de 2024 que la Unidad de Comunidades Nativas de la Dirección de Saneamiento Físico Legal de la Propiedad Rural recomienda la conformación del Equipo Técnico Especializado para iniciar el trámite de ampliación de tierras.
El director de agricultura de Madre de Dios, Carlos Ortega, dijo a Mongabay Latam que la ampliación de tierras de Shipetiari es parte de un paquete de titulación de cinco comunidades indígenas que empezaron este año con el apoyo del Programa Nacional de Conservación de Bosques para la Mitigación del Cambio Climático.
“Para esto se contrató a la empresa SITG S.A. para realizar el diagnóstico de las áreas a titular. Shipetiari es la única comunidad donde no pudimos concluir el trabajo de georeferenciación por el atentado contra el personal técnico. Tuvimos que detener momentáneamente el proceso de titulación hasta que se solucione el conflicto interno”, dijo Ortega, quien confirmó las amenazas que existían contra los pobladores de la comunidad.
Incremento de los cultivos de coca
Gerardo Keimari Enrique es el segundo defensor ambiental asesinado en el ámbito de la Reserva Comunal Amarakaeri este año. El primer caso fue el de Victorio Dariquebe Gerawairey, líder indígena harakbut y guardaparque de la reserva, quien murió el 19 de abril por un impacto de bala en la localidad Pillcopata, cerca a su comunidad Queros en Cusco.
Si bien las comunidades Queros y Shipetiari se encuentran en regiones distintas, Cusco y Madre de Dios, ambas forman parte del cinturón de protección de la Reserva Comunal Amarakaeri, en la zona noreste del área y forman parte de la cuenca cocalera Kosñipata.
Según el último monitoreo de cultivos de hoja de coca de Devida, esta zona cocalera, integrada por los distritos de Kosñipata (Cusco), Manu y Madre de Dios, registraba alrededor de 2193 hectáreas de cultivos ilegales hasta el 2023. En el reporte se incluye por primera vez al distrito del Manu, donde se ubica la comunidad Shipetiari.
“Dos asesinatos en una zona donde la expansión de cultivos está avanzando es sospechoso. Hasta ahora vimos que Madre de Dios es impactada por minería ilegal, pero tampoco se hizo un análisis exhaustivo de las pistas de aterrizaje que existen en Amarakaeri”, señaló una fuente que conoce muy bien el área pero que por seguridad pidió la protección de su nombre.
Imagen principal: Gerardo Keimari apoyaba en las labores de vigilancia comunal a pesar de no vivir en la comunidad. Foto: ECA Amarakaeri.