Guinea Ecuatorial no es un país que es muy importante a los estadounidenses. De hecho, la mayoría piensan que ‘Guinea Ecuatorial’ es el mismo que ‘Papúa Nueva Guinea’ cuando se lo menciona, o se siente confundido. Cuando fui a la isla de Bioko, no sabía casi nada de la isla, la nación, o los driles de Bioko (Mandrillus leucophaeus poensis). La subespecie de dril es exclusiva a la isla de Bioko, y encontrarlos fue una experiencia igualmente única. Fui a Bioko inicialmente como asistente de investigación con tortugas, pero acabé por enamorarme de la ecosistema entera, sobre todo los driles de Bioko mientras seguí los investigadores de driles.
Bioko en sí se parece un poco a una judía: si esta judía era de 779 millas cuadradas, formada por unos volcanes dormidos, cubierta de bosque exuberante, flotando en el Atlántico frente a la costa oeste de África. La isla es una parte de la Cordillera de Camerún, una cordillera de montañas inactiva, que se extiende hacia el oeste del continente. Hace diez mil años, el aumento del nivel del mar significó que una península se volvió aislada, creando Bioko, que es la isla principal de Guinea Ecuatorial, una nación pequeña hispanoparlante en el África ecuatorial del oeste. Bioko tiene una población de aproximadamente 260,000 personas, que se diseminan en unas 26 ciudades que están, en su mayoría, cerca la costa. Pero Bioko es también un refugio para la vida salvaje, incluso siete especies de mono y 11 subespecies, que se esconden en el interior silvestre de la isla. La biodiversidad de la vida salvaje y el endemismo (las especies que se encuentran solamente en la isla) son altas porque Bioko está en los trópicos, y porque es una isla con una población humana relativamente baja. Se puede decir que el dril de Bioko es el especie bandera.
“Los driles de la isla de Bioko son unos de los primates más grandes, más raros y menos estudiados del mundo. Aparte de los individuales cautivos, se sabe muy poco de los driles, su comportamiento y su ecología,” nos dijo Justin Jay, del proyecto del Programa de la Protección de la Biodiversidad de Bioko.
Ciertamente, se sabe sólo la información básica del dril de Bioko, que es una subespecie, endémico a la isla. Aunque los driles están relacionados con los babuinos, y tienen muchos aspectos similares, están relacionados más con los mandriles. Una vez se pensaba que eran babuinos, el dril y el mandril ocupan ya su propio género, Mandrillus. Del mandril Charles Darwin dijo, en ‘’El Origen del Hombre’, “ninguna otro miembro en el clase entero de mámales es tanto coloreado en una manera extraordinaria que el Mandril maduro y masculino.”
Un dril de Bioko. Foto, gracias a las Películas de Dril.
Colectivamente, los driles y los mandriles son los monos más grandes del mundo, y los driles son tan coloridos que los mandriles. Los driles tienen genitales de brillantes colores, para atraer, sin duda, unos miembros del sexo opuesto. Son demasiado grande para pasar mucho tiempo en los arboles; en vez de esto, casi caminan sobre el terreno, como hacen sus relativos, los babuinos. Tienen caras sombres, y angulosas, con ojos inteligentes y unos colmillos terriblemente impresionantes. Los driles carecen de los rabos que mucha gente asocia con los monos, y que recuerden más los grandes simios que los Capuchinos. Más allá de esto, sabemos por haber observado que los driles comen la fruta, generalmente los higos, además de artrópodos y otra comida cuando tienen la oportunidad. Del cautiverio, sabemos que tienen una vida social muy activa, incluso unos detalles interesantes que brillan en la oscuridad de la ignorancia; por ejemplo, un dril es uno de los pocos primates donde sonreír, como con los humanos, es amable. Todavía, esos son los driles del continente que se observa en la cautividad, no los driles de Bioko, y por eso, nadie sabe si lo que se observa en los zoos puede aplicarse a los driles de Bioko.
Los científicos observan los driles en Bioko desde Gail Hearn lo visitó por primera vez con dos primatólogas en 1990, para acabar descubriendo que la densidad de primates era la segunda más alta del mundo. Desde entonces, su comportamiento y su abundancia han sido observados para las investigaciones casi continuamente, pero todavía aún queda mucho por saber. Aparte de la información elemental de su historia natural, sabemos que los driles de la isla de Bioko son en vías de extinción.
“La populación , declinando continuamente, de los driles de Bioko se caza actualmente para el comercio de carne silvestre a una velocidad alarmante; en los últimos tres años, se ha vendido más de 4,500 carcasas de dril en el comercio ilegal del carne silvestre de esta isla”, dice el sitio web del proyecto de driles. El alcance de todos los driles es más pequeño que la talla de Virginia del Oeste, pero el alcance de los driles de Bioko es un subconjunto aún más pequeño. Con unos hechos como estos, no es difícil desanimarse de la futura de un primate tan distinto como el dril de Bioko.
Un dril de Bioko. La foto, gracias a las películas de Dril. |
Sin embargo, hay esperanza. Resulta que lo que es importante del dril no es la ciencia que se ha logrado, ni los descubrimientos de las investigaciones del futuro. Lo que es importante es la experiencia personal de ver los driles; es una experiencia que podría finalmente salvar su especie.
Cerca del final de mi tiempo en Bioko, Justin Jay y Adam Spencer, llevando unos equipos de cámara para el proyecto de dril, se quedaran en nuestro campamento. Sus metas eran capturar nuevas imágenes de los driles y del bosque además de rastrear los driles y descubrir el emplazamiento de sus nidos, algo que no se había observado jamás en la naturaleza. El meollo del proyecto, empezó en 2010 por Justin Jay y Shaya Honaryar, es llevar algo de la experiencia de ver estos animales en estado salvaje a los salas y a los salones de clase al mayor número posible de personas. El proyecto intenta capturar imágenes de los driles, crear los documentales de calidad, difundir la película, y correr la voz.
“Nuestro trabajo es importante porque utiliza los medios de difusión como forma de difundir la información que se necesita para la conservación de los driles y otros primates,” explican Jay y Honarvar. “Nuestro mensaje es uno positivo, que recalca la belleza de Bioko para compartirla con los que consideran la isla su casa. Al inculcar orgullo para su patrimonio natural único, y empatía para la vida salvaje, esperamos que, por último, las ciudadanías y el gobierno de Guinea Ecuatorial asuman la responsabilidad de conservar su vida silvestre. Solamente cuando pasa esto los driles empezarán el camino de recuperación y no de extinción.”
La importancia del proyecto no es solo su reunión de hechos sobre la historia natural o ecología pero crear conciencia y propagar reconocimiento de un mono que la mayoría de personas no ha oído nunca hablar.
Un preestreno de una película sobre los driles de Bioko.
Un dril de Bioko (Mandrillus leucophaeus poensis). Foto, gracias a las Películas de Dril.
Un dril de Bioko. Foto, gracias a las Películas de Dril.
Un dril de Bioko. Foto, gracias a las Películas de Dril.
Un dril de Bioko. Foto, gracias a las Películas de Dril.