La deforestación puede disminuir significativamente el potencial hidroeléctrico de la selva tropical, advierte un nuevo estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Science.
El estudio, dirigido por Claudia M. Stickler en el Programa Internacional en el Instituto de Investigación Ambiental Amazónica (IPAM-International), que utilizó modelos climatológicos, hidrológicos y edafológicos para pronosticar el impacto de posibles pérdidas de los bosques en la generación de energía hidroeléctrica en el río Xingu, un importante afluente del Amazonas, donde la tercera presa más grande del mundo, Belo Monte- se encuentra actualmente en construcción. Los autores encuentran que la deforestación podría inhibir las precipitaciones y la descarga de 6 al 36 por ciento, lo que podría limitar la generación de electricidad de Belo Monte a sólo una cuarta parte de su capacidad instalada.
Y sin embargo, a pesar de las posibles consecuencias, los investigadores dicen que los legisladores no están rindiendo cuentas sobre los efectos de la deforestación en la generación de energía.
“El problema es que los diseñadores de las centrales suelen ignorar los efectos de futuras de deforestaciones. O, si lo hacen, se presume que la deforestación aumentará la cantidad de agua que fluye a la presas”, dijo Stickler en un comunicado. “Cuando se ha incorporado los efectos de la deforestación a nivel regional, nuestros resultados muestran todo lo contrario.”
Imagen de satélite de la presa Turucui la deforestación asociada en Brasil. (Foto cortesía de DigitalEarth)
El artículohabla sobre el estado de la relación entre los bosques y las necesidades del río descarga incorporadas en evaluaciones de viabilidad de nuevos proyectos hidroeléctricos. Si los planificadores quieren maximizar la producción de sus plantas hidroeléctricas, entonces, sería aconsejable desarrollar estrategias para controlar o neutralizar la deforestación. En el caso de las presas en el río Xingu, los autores sugieren restablecimiento de la cubierta forestal en pastizales deteriorados de tierras deforestadas desde hace ya tiempo.
“Estos resultados son muy importantes para planificación energética a largo plazo”, dijo Marcos Costa, uno de los autores del estudio de la Universidad Federal de Viçosa, Brasil, en un comunicado. “Estamos invirtiendo miles de millones de dólares en plantas hidroeléctricas en todo el mundo. Cuanto más selvas queden en pie, más agua tendremos en los ríos, y más electricidad podremos obtener de estos proyectos.”
“Terminar con la deforestación debería ser visto como un problema de seguridad energética nacional”, agregó el co-autor del estudio, Dan Nepstad, también de la IPAM-International. Brasil tiene unos 180.000 megavatios (MW) de potencia hidroeléctrica sin explotar, aunque 80.000 MW de ellos se encuentran en áreas protegidas, según The Economist.
Arriba: Visita a las obras de la presa de Belo Monte en Altamira. Foto: © Greenpeace / Marizilda Cruppe. Derecha: Diferencia de potencial de generación eléctrica mensual en la planta de energía Belo Monte en el río Xingu en escenarios alternativos de bosques locales[Cuenca Xingu (XB)] y regionales [Cuenca del Amazonas (AB)] con feedback climatológico. (A) % la diferencia del escenario de referencia en potencial de generación de energía media mensual en 6 escenarios alternativos. (B) Promedio mensual posible de generación de energía eléctrica como un % de capacidad máxima instalada en 7 escenarios alternativos. |
Sin embargo, los autores señalan que las presas aportan una letanía de problemas, incluido el daño ecológico de los ríos y selvas de los alrededores, el desplazamiento forzoso de la población local, el aumento de la presión para la deforestación y nuevos vectores de enfermedad. Un embalse tropical también puede exacerbar el cambio climático, liberando gases de efecto invernadero en forma de metano a partir de materia orgánica en descomposición en el fondo de su depósito. Philip Fearnside, un científico que no participa en el último estudio publicado por el PNAS, ha llamado a las presas del Amazonas “fábricas de metano” por su impacto sobre el clima.
El artículo es oportuno teniendo en cuenta la cantidad de presas que están previstas en las regiones tropicales de todo el mundo. Por ejemplo las regiones del Amazonas han construido o están planeando desarrollar más de 400 presas tan solo en la cuenca del Amazonas. Mientras tanto decenas de presas están programadas para la cuenca del Mekong, el estado malayo de Sarawak, y África Central. Cada una de estas regiones está experimentando altas tasas de pérdida de bosques, poniendo en duda las cuestiones sobre los partes hidrológicos si la deforestación continúa.
“Al igual que otras fuentes de energía, las centrales hidroeléctricas presentan grandes costes sociales y ambientales”, escriben los autores. “Su fiabilidad como fuentes de energía, sin embargo, debe tener en cuenta su dependencia de los bosques”.
CITA: Stickler et al. (2013) La dependencia de la generación de energía hidroeléctrica en los bosques de la Cuenca del Amazonas a nivel local. PNAS 17 de mayo de 2013. www.pnas.org/cgi/doi/10.1073/pnas.1215331110