- Hasta hace poco, esta zona permanecía cubierta de hielo todo el año, pero la retirada de la banquisa debido al cambio climático ha originado ciertas especulaciones de que podría derretirse durante el verano, dejando vía libre a la pesca y otras formas de explotación.
- La falta de información científica sobre los bancos de peces en la zona y de cómo pueden estar respondiendo a un ecosistema que cambia rápidamente, ha impulsado a los países a firmar la declaración.
- El 16 de julio, los cinco países contiguos al océano Ártico —Estados Unidos, Noruega, Canadá, Dinamarca y Rusia— firmaron un acuerdo que prohíbe la pesca comercial en aguas internacionales del centro del Ártico.
El 16 de julio, los cinco países contiguos al océano Ártico —Estados Unidos, Noruega, Canadá, Dinamarca y Rusia— firmaron un acuerdo que prohíbe la pesca comercial en aguas internacionales del centro del Ártico.
Esa región de alta mar de 2,8 millones de km cuadrados rodea el Polo Norte, se extiende más allá de las exclusivas zonas económicas de los cinco estados costeros y no es propiedad de ningún país.
La Declaración Concerniente a la Prevención de la Pesca No Regulada en Alta Mar en la Zona Central del Océano Ártico, conocida también como la Declaración de Pesca Ártica, se firmó en Oslo. Restringe la pesca comercial en el centro del Ártico hasta que haya una mayor comprensión del funcionamiento del ecosistema de la zona basada en datos científicos y se establezcan las normas internacionales de pesca adecuadas.
El acuerdo y sus medidas no son vinculantes legalmente para los cinco estados árticos que lo firmaron, según un post del blog de la Facultad de Derecho de la Universidad de Calgary, pero pone de manifiesto la intención de los países de cumplir las medidas estipuladas en la declaración.
Dado que el ecosistema del Ártico está cambiando rápidamente, los expertos dan la bienvenida al acuerdo.
“La Declaración de Pesca en el Ártico es un buen primer paso ya que establece el resultado de la política que les gustaría lograr a los cinco estados costeros: un retraso en el inicio de la pesca comercial hasta que la ciencia muestre que semejante pesca podría ser sostenible para el ecosistema ártico”, dijo a mongabay.com Scott Highleyman, director del Comité Internacional de Ciencia Ártica para el grupo de investigación estadounidense The Pew Charitable Trusts.
Hasta hace poco, la zona ártica central permanecía cubierta de hielo todo el año, con una extensión de hielo marino creciente durante los inviernos árticos y decreciente en los veranos. No obstante, dado que las temperaturas atmosféricas han aumentado en la última década debido al calentamiento global, el hielo marino ha disminuido más rápido que antes, dejando mucho más océano libre de hielo durante períodos de tiempo más prolongados.
En septiembre de 2012, la NASA informó que el hielo marino del océano Ártico se había reducido a 3,4 millones de km cuadrados, un mínimo récord al final de un verano. De 2007 hasta 2014, se registraron las ocho extensiones más pequeñas de hielo marino de la historia al final de un verano. Los científicos advierten que esta tendencia podría acarrear al Ártico veranos sin hielo en décadas venideras, dejando vía libre en sus aguas a la pesca comercial y otras actividades humanas.
Sin embargo, es poco probable que pronto dé comienzo la temporada de pesca, aun incluso sin el acuerdo.
“Lo que veo es que la pesca comercial en la zona es una probabilidad pequeña en las próximos 20 a 40 años”, dijo a mongabay.com Oran Young, experto en el Ártico de la Universidad de California, Santa Bárbara. “Ahora no se está pescando en la zona y muy probablemente no se vaya a hacer en mucho tiempo”.
Esto se debe a que el Ártico es profundo, sus noches polares son largas y sigue cubierto de hielo varios meses al año”, contó a mongabay.com Clive Tesar, director de comunicaciones del Programa Ártico Global del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) con sede en Ottawa, Canadá.
“Dicho esto, no se sabe exactamente cómo responderán los ecosistemas árticos al progresivo cambio climático. Algún día, esta zona podría albergar potencialmente un sector pesquero, y es importante asegurarse de que las normas están a punto para cuando lleguen los arrastreros”, añadió.
Los expertos creen que la Declaración de Pesca Ártica podría servir como medida de precaución. El acuerdo podría hacer estallar debates sobre cómo podrían gestionarse los pesqueros de la zona siempre y cuando los bancos de peces se consideren suficientes para la pesca comercial.
Por el momento, no obstante, la región sigue siendo, en gran medida, poco estudiada e inexplorada.
“La zona central ártica es un lugar complejo para llevar a cabo la investigación”, dijo Highleyman. “Hasta la fecha, no ha habido evaluaciones científicas sobre poblaciones pesqueras y tendencias de pesca”.
Por ejemplo, apuntó Highleyman, los científicos saben que el bacalao ártico (Arctogadus glacialis) —presa importante para focas, ballenas y aves marinas— vive en la zona central del Ártico. Pero poco saben sobre cuánto bacalao hay o si la especie está aumentando o disminuyendo a raíz del cambio climático y otros factores. “Es vital la investigación en tema pesquero en especies como el bacalao ártico para comprender la dinámica del ecosistema de la zona central del Ártico”, dijo.
Aunque los estudios sobre el estado de los peces del océano Ártico son escasos, los expertos vaticinan que a medida que la banquisa se derrita y se caliente el agua, las especies y cantidades de peces de la zona podrían cambiar. Por ejemplo, un estudio del año 2013 mostró que están surgiendo varias especies de salmón en zonas del Ártico que antes no eran conocidas por albergar salmón.
Sin embargo, la mayoría de los cambios en el ecosistema del Ártico siguen siendo poco estudiados en el mejor de los casos, y se hace muy difícil predecir qué pasará en el futuro por una falta de datos de referencia ecológica, afirmó Highleyman.
A pesar de esta falta de información científica sobre los bancos de peces en la zona, los países se sienten cada vez más seducidos por la perspectiva de la pesca comercial a medida que el centro del Ártico se encamine a los veranos de deshielo.
Esto incluye no solo naciones contiguas o próximas al Ártico, sino también países alejados del Polo Norte, como China, Corea, Japón y la India.
China, en particular, ha mostrado un constante interés por los recursos del Ártico. Esto ha incrementado el interés entre los cinco países costeros con el Ártico, especialmente desde que se ha sabido que China captura agresivamente en aguas internacionales más pescado del que notifica, según los informes de los medios.
La medida más importante que deberían adoptar grandes naciones pesqueras como China sería firmar esta moratoria pesquera comercial, dijo Tesar en un correo electrónico. “Esto demostraría su respeto por el ambiente ártico y los pueblos árticos que dependen del océano [Ártico] para su alimentación y bienestar”.
Highleyman cree que China, en última instancia, se acogerá a la opción de formar parte de un acuerdo que, sentenció, es cooperativo, basado en la ciencia y preventivo. “Pero el gobierno chino no ha anunciado públicamente una política sobre este tema, por lo que debemos esperar y ver qué pasa”, dijo.
El comienzo de las aguas libres de hielo en el centro del Ártico durante períodos prolongados también dará luz verde a rutas marítimas que antes eran impenetrables, lo que ocasionará una serie de problemas al ambiente ártico, dijo Young.
Por ejemplo, la navegación puede aumentar la producción de hollín y partículas de combustión en la zona, según Tesar. El aumento de polvo y hollín acumulado en los glaciares y el hielo puede oscurecer su color, haciendo que absorban más calor del sol de lo que normalmente harían, lo cual puede acelerar el deshielo.
“Aunque actualmente se piensa que la navegación marítima solo aporta un 5 % de la carga de partículas de combustión en el Ártico, podría aumentar a un 20 % en 2050 según algunas proyecciones de futuras navegaciones”, dijo Tesar.
Otro riesgo del aumento de la navegación es una posible liberación de petróleo en el ambiente ártico por medio de fugas o descargas ilegales, añadió.
“Tres cuartas partes del combustible empleado en el transporte marítimo del Ártico son fuelóleo pesado”, dijo. “Es imposible limpiar en unas condiciones con cobertura de hielo, especialmente dada la falta de recursos de reacción próximos e infraestructura. Tiene un efecto devastador en las redes alimentarias marinas del Ártico más simples”.
Dado que el centro ártico queda fuera de la jurisdicción de cualquier país, abrirlo al transporte marítimo y la pesca plantea una serie de preguntas con respecto a cómo se regirán las diferentes actividades de mano del hombre en la zona, tales como el desarrollo energético, la navegación, la pesca y la bioprospección.
Según Young, estas incluyen nombrar quién debería regir dichas actividades y si es necesario que existan acuerdos legalmente vinculantes para regular las actividades o si es suficiente con acuerdos informales.
Teniendo en cuenta lo difícil que es predecir las futuras tendencias en el ecosistema marino del Ártico, el nuevo acuerdo sobre pesca comercial es una medida prudente, dijo Highleyman.
“Para una zona como el centro del Ártico, lo más sensato es mantener el statu quo —nada de pesca comercial— hasta que sepamos más del actual ecosistema y de cómo se está reestructurando en respuesta al calentamiento global”, dijo.
Referencias
- K.M. Dunmall, J.D. Reist, E.C. Carmack, J.A. Babaluk, M.P. Heide-Jørgensen, and M.F. Docker. (2013.) Pacific Salmon in the Arctic: Harbingers of Change. In: Responses of Arctic Marine Ecosystems to Climate Change. Alaska Sea Grant, University of Alaska Fairbanks. doi:10.4027/ramecc.2013.07
Revisión de la traducción: María Ángeles Salazar Rustarazo