- El total de toneladas de carbono almacenadas en las turberas equivalen a 60 años de emisión de gas de efecto invernadero por actividades humanas en todo el Perú.
- Las principales amenazas contra las turberas son el cambio climático y las represas hidroeléctricas.
- Las turberas de los ríos Pastaza-Marañón en la región de Loreto son las que almacenan la mayor cantidad de carbono.
Un nuevo estudio científico ha demostrado que la Amazonía además de ser el pulmón del mundo es un gran almacén de carbono que tiene la particularidad de mitigar el cambio climático. Así lo comprueba el estudio realizado por el Dr. Tim Baker y un equipo de expertos denominado “Las turberas amazónicas: Amenazas y oportunidades para la conservación”.
Las turberas son un ecosistema que se alimenta de las aguas provenientes de las lluvias torrenciales de la Amazonía y que con el pasar de los años, van almacenando sustancias orgánicas debajo del suelo y formando como una suerte de pantanos abiertos. Por eso se han convertido en una poderosa herramienta para mitigar el cambio climático al resguardar carbono en el subsuelo. Las turberas presentes en la cuenca amazónica peruana tienen la capacidad de almacenar miles de millones de toneladas, sostiene el estudio.
“En el Perú hay una gran área de turberas, es decir, un tipo de vegetación que acumula una gran cantidad de materia orgánica en el suelo y eso es importante porque contiene alrededor de 3 mil millones de toneladas de carbono acumuladas en los últimos 6 o 7 mil años. Es importante mantener ese stock de carbono ahí”, dice a Mongabay Latam, el Dr. Baker de la Universidad de Leeds.
El científico explica que Perú no es el único país que tiene turberas en su territorio, también las poseen Indonesia, Malasia y otros países del continente africano. Sin embargo, en estos países las turberas han sido afectadas por la agricultura extensiva, pero en Perú se mantienen intactas, algo que no ha ocurrido en otras partes del mundo.
Ecosistema en peligro
Si bien se trata de formaciones amazónicas intactas, se encuentran en peligro. Las alteraciones que se producen en el ciclo hidrológico, que es el que alimenta a las turberas amazónicas, son la principal amenaza y estas se incrementan con el cambio climático. “Se sabe que en los últimos años se han incrementado los sucesos extremos en los ríos que producen inundaciones, o por el contrario, cuando baja su nivel es muy escaso, lo que afecta el drenaje de la turberas, así pierden el agua y el carbono almacenado”, manifiesta el científico británico.
Otra amenaza son los proyectos hidroeléctricos que cambian el curso natural del agua y afectan el drenaje de las turberas, las líneas de transmisión, incluso hay un proyecto que pretende construir un ferrocarril en medio de la Amazonía. Sin embargo, hay esperanza, comenta el autor del estudio científico. La Amazonía ofrece otros recursos como las palmeras del aguaje, cuyos frutos alimentan a las turberas cuando al caer al suelo entran en un proceso de descomposición orgánica.
La venta del stock de carbono, mediante el mecanismo internacional de REDD u otros en que los Gobiernos europeos están interesados, también son estrategias de conservación sostenibles. “Si queremos cumplir con los acuerdos internacionales de reducir los gases de efecto invernadero debemos mantener este carbono en el suelo”, enfatiza Baker.