- Las áreas protegidas impactadas son el Bosque de Protección San Matías San Carlos (BPSMSC) y la Reserva Comunal El Sira.
- Las principales amenazas son la minería ilegal, la pequeña agricultura migratoria y la tala indiscriminada.
- La deforestación también deteriora el potencial almacén de carbono que significa los bosques en las áreas protegidas de la selva central, advierte especialista.
Las áreas naturales protegidas de la selva central peruana han perdido más de 14 000 hectáreas de bosque desde el año 2013 debido a la deforestación, según los últimos reportes del Proyecto Monitoreo de la Amazonía Amazónica (MAAP).
Existen dos áreas naturales protegidas (ANP) en la selva central cuyas zonas de amortiguamiento son afectadas por actividades ilícitas que poco a poco van deforestando sus bosques. Las ANP impactadas son el Bosque de Protección San Matías San Carlos (BPSMSC) y la Reserva Comunal El Sira, donde viven pueblos indígenas asháninka, ashéninka, shipibo conibo, yánesha, kukama y nomatsiguenga. Las comunidades nativas viven de las fuentes de agua naturales de los bosques. La deforestación los está perjudicando.
“Las comunidades dependen del ciclo natural de los ríos porque de ellos obtienen su pesca y el riego para sus cultivos. Con la deforestación los suelos se deterioran y no son tan fértiles ni húmedos. Además, sin cobertura boscosa el suelo queda indefenso frente a futuras lluvias que maltratan los cultivos”, explica a Mongabay Latam Harry Tueros, ingeniero forestal del programa de la selva central de Desco, ONG que coadministra el Bosque de Protección San Matías San Carlos.
“Los migrantes que desde la década del 80 vienen desde la sierra para cultivar han ido afectando poco a poco el ambiente con la deforestación por la quema de bosques para hacer espacio para su ganado y pequeña agricultura”, dice a Mongabay Latam Jorge Chauca, presidente de la Asociación Nacional Asháninka del río Pichis, de toda la selva central.
Matt Finer, especialista de MAAP, detalla que existen últimos reportes que comprueban la creciente deforestación en la selva central. “Creo que es importante enfatizar en las imágenes de MAAP45 y MAAP37, ambas del 2016, donde mostramos por primera vez que el pasto para ganado y los pequeños cultivos son principales causas de la deforestación en la selva central. Tal vez una de las causas del incremento de la deforestación en la selva central sea la cercanía a carreteras principales entre Lima y Pucallpa”, dice.
Conozcamos a continuación los casos específicos de deforestación en las áreas naturales protegidas de la selva central:
Reserva Comunal El Sira
Está ubicada entre las regiones Huánuco, Pasco y Ucayali. Fue creada en 2001 mediante Decreto Supremo Nº037-2001-AG, sin embargo, desde antes de su creación se tiene conocimiento de la deforestación en la zona. Según información de MAAP, desde 2013 en la Reserva Comunal El Sira se han deforestado 1600 hectáreas.
De acuerdo al jefe de la reserva, Enrique Alfredo Neyra, la principal causa de la deforestación es la pequeña agricultura migratoria. “Desde antes de la creación de El Sira ya existía una población asentada de migrantes, conocidos como colonos. Es complicado retirarlos porque hay una raíz cultural. En su mayoría son de grupos religiosos israelitas que tienen un lazo fuerte con el trabajo y la tierra”, explica a Mongabay Latam.
Sin embargo, los pequeños cultivos no son la única causa de deforestación, también está la minería ilegal. La existencia de esta actividad en la zona está registrada desde el 2006, indica Enrique Neyra, y añade que incrementó en el 2012 debido a la migración de mineros ilegales que escaparon de la región amazónica de Madre de Dios por las intervenciones de las fuerzas armadas.
“En ese entonces (en 2012) existían 65 campamentos, pero en 2015 se han reducido considerablemente. Ahora solo hemos registrado un campamento. Los mineros están en prisión preventiva en la ciudad de Huancayo, pero el impacto ambiental producto de todos esos años de explotación minera todavía permanece”, dice.
Por otro lado, también están remanentes cocaleros vinculados al narcotráfico. “Si bien ha habido una reducción debido a las operaciones de las fuerzas armadas, todavía continúan aquí, y los cultivos crecen en los meses de junio hasta setiembre porque el nivel del río sube y eso les conviene”, agrega el jefe de El Sira.
A esto se suma la tala ilegal que se produce, en su mayoría, en la zona norte de la reserva. “Esto se debe a que en esa zona no existen comunidades nativas. Nosotros hemos organizado 30 comités de vigilancia indígena que nos apoyan mucho. Solo tenemos 18 guardaparques para proteger más de 60 000 hectáreas de toda la reserva”, dice Alfredo Neyra.
En la Reserva Comunal de El Sira existen más de 1000 especies de árboles y 50 especies de orquídeas identificadas. En cuanto a la fauna, hay 400 especies de aves, 143 de mamíferos, 140 de reptiles y 109 de peces.
Bosque de Protección San Matías San Carlos (BPSMSC)
Está localizado entre los distritos de Palcazú, Puerto Bermúdez y Villa Rica en la provincia de Oxapampa, región Pasco. Tiene una extensión de más de 145 000 hectáreas, y más de 13 000 de ellas han sido deforestadas al interior del área protegida, según información del jefe del BPSMSC, Genaro Yarupaitan.
“Hasta el momento se tiene registrado que un 9 % del total del Bosque de Protección ha sido deforestado. Al igual que en la Reserva Comunal El Sira, la principal causa de la deforestación son los cultivos de una a cinco hectáreas de los migrantes que vienen de regiones como Junín o Ayacucho”, explica Yarupaitan, quien añade que la deforestación ha crecido con el aumento de la migración.
Si bien en el BPSMSC no existe la minería ilegal, sí se practica la tala ilegal de madera bastante rentable como la caoba o el tornillo. “Intentamos que esto se reduzca con comités de vigilancia indígenas. Existen 120 comunidades nativas entre asháninkas y yáneshas que viven en el área. Asimismo trabajamos con ONG para promover actividades sostenibles como el cultivo de cacao o café que sirvan de alternativa para que menos población se dedique a estas actividades ilícitas”, sostiene Yarupaitan.
Harry Tueros señala que la deforestación también deteriora el potencial almacén de carbono que significa los bosques en las áreas protegidas de la selva central. “El bosque húmedo de montaña (del BPSMSC) se convierte en la superficie boscosa más extensa en el área, presentando un gran potencial de sumidero de carbono y recolector hídrico por su extensión y especies de flora identificadas en campo”.
Otras zonas deforestadas
Las imágenes satelitales de MAAP también han reconocido zonas donde no existen áreas protegidas, pero sí bosques que vienen siendo deforestados para la formación de pastos para crianza de ganado. Desde 2013 más de 23 000 hectáreas han sido deforestadas con dicho fin en Huánuco, región vecina a las áreas naturales protegidas señaladas en este reporte. El 87 % de la deforestación se encuentra fuera de predios rurales, es decir, en suelos sin fin agrícola.