- La UICN estima que solo quedan 15 000 bonobos en los bosques tropicales de la República Democrática del Congo.
- Los bonobos, a diferencia de los chimpancés y los humanos, viven en sociedades matriarcales y nunca han sido observados matando a un miembro de su propia especie.
- El Senado de California aprobó una resolución que indica que el Día de San Valentín (14 de febrero) también se conocerá como el Día Mundial del Bonobo a partir del 2017.
- La caza de carne de animales silvestres, la destrucción del hábitat y el comercio de vida silvestre son las mayores amenazas para la supervivencia de los bonobos.
Los monos más pacíficos del mundo recibieron un poco de amor ellos mismos en el Día de San Valentín. El Senado de California recientemente aprobó una resolución para crear el primer Día Mundial del Bonobo ayer, 14 de febrero.
Los científicos estiman que solo quedan 15 000 bonobos (Pan paniscus) en estado salvaje; sin embargo, más se podrían estar escondiendo en la selva tropical del Congo. Los conservacionistas temen que la continua presión de la agricultura, la caza y el comercio de vida silvestre lleven a uno de nuestros primos más cercanos a la extinción —actualmente está clasificado por la UICN como En Peligro.
Según la página web del grupo de conservación —el Proyecto Bonobo— el miembro del consejo y Senador Estatal, Isadore Hall, presentó la resolución con el objetivo de educar al público sobre “estos monos únicos, matriarcales, amorosos y en peligro de extinción”.
Estos monos son famosos por favorecer el sexo sobre el conflicto, y ellos son uno de los monos más misteriosos del planeta. Los bonobos habitan en los bosques de la República Democrática del Congo (RDC) —lugar propenso a conflictos— y en ningún otro lugar. Esta especie está separada de su pariente más cercano, el chimpancé (Pan troglodytes) por el arqueado río Congo, lo que provocó unos 2 millones de años de evolución divergente.
Los bonobos y los chimpancés ─y los humanos, de hecho─ comparten alrededor del 99 % de sus genomas. Sin embargo, las similitudes superficiales entre los chimpancés y los bonobos —que solían llamarse ‘chimpancés pigmeos’— ocultan estructuras sociales que difieren ampliamente. Los chimpancés, por ejemplo, viven en sociedades dominadas por machos, mientras que entre los bonobos, las hembras ejercen el poder.
Los conflictos frecuentes de la RDC y la lejanía de su hábitat han hecho que estudiar a los bonobos en la naturaleza sea difícil. Sin embargo, en las últimas décadas, los investigadores y los grupos de conservación han trabajado juntos para aprender sobre nuestros primos filogenéticos y encontrar maneras de salvarlos.
Los primatólogos han descubierto que estos primates mantienen una especie de pacifismo adolescente, lo que llevó al experto de los bonobos Brian Hare a llamarlos “Peter Pans” en una entrevista realizada en el 2010 con el New York Times. Los chimpancés, por el contrario, se desprenden de esta docilidad cuando se convierten en adultos y, al igual que los humanos, se matan unos a otros cuando están atrapados en disputas políticas.
Mientras que los bonobos representan poca amenaza el uno para el otro, su remota existencia en los bosques tropicales del Congo no ha sido suficiente para mantenerlos fuera del alcance de los humanos. Su hábitat está disminuyendo: un estudio del 2013 reveló que menos del 28 % de su rango es adecuado para su sobrevivencia. Cada vez más, los inversores internacionales buscan en la RDC la producción de madera y palma aceitera.
Incluso los choques poco importantes a su ambiente son suficientes para alejar a los bonobos, según la investigación en curso de un equipo de primatólogos japoneses. Basada en cifras del Banco Mundial, la población humana de la RDC en el 2015 fue alrededor de 77 millones. Despejar el bosque para las tierras de cultivo —incluso una parcela pequeña— puede afectar negativamente las comunidades de bonobo. Por otro lado, ya que las fuentes de proteínas pueden ser difíciles de encontrar en el bosque, las personas se ven tentadas a cazar a los bonobos cuando los encuentran.
Todo eso se suma a un futuro que no parece particularmente brillante para estos grandes simios.
Los grupos de conservación han adoptado un enfoque multifacético para cambiar eso. Lola ya Bonobo, 30 hectáreas de bosque tropical cerca de la capital de Kinshasa en la RDC, sirve de centro de rehabilitación para bonobos rescatados, muchos de ellos huérfanos debido al comercio de carne de animales silvestres.
Fundado en 1994, este “paraíso para los bonobos” (la traducción del Lingala de ‘Lola ya Bonobo’) proporciona a estos animales sociales —unos 70 en cualquier momento dado— un refugio seguro, cuidado veterinario y una familia sustituta. El centro también ha reintroducido con éxito a la naturaleza a dos grupos, el primero en 2009. El personal del centro se está preparando para una tercera reintroducción esta primavera.
Una pieza central del enfoque del santuario es su programa de educación. Lola ya Bonobo acoge unos 30 000 visitantes al año y los ayudan a tener una mejor comprensión de los primates y lo que se necesita hacer para salvarlos —muchos de ellos son escolares de la RDC.
La organización escribe en su página web, “Ellos son los futuros tomadores de decisiones, y si alguien puede salvar a los bonobos, serán ellos”.
Video de Kim Harrisberg, con música (“Warmer” de Andy G. Cohen) publicado bajo una licencia Creative Commons Attribution License. Foto de thumbnail en video de Jutta Hof, cortesía del Proyecto Bonobo
Esta historia fue publicada por primera vez en la web en inglés el 14 de febrero de 2017.