- La Sociedad Nacional de Pesquería ya ha emitido su opinión favorable al expediente técnico que sustenta la creación de la Reserva Nacional Mar Tropical de Grau.
- La ministra del Ambiente, Fabiola Muñoz, sostiene que también cuenta con el apoyo de varios ministerios.
- Expertos señalan que la creación del esta nueva reserva dependerá, en gran medida, de la capacidad de persuasión de la titular del sector Ambiente dentro del Consejo de ministros.
El Perú cuenta con menos del 1 % de su espacio marino bajo algún modelo de conservación. Algunos señalan que apenas se ha alcanzado proteger el 0.4% de todo el inmenso mar peruano. Sin embargo, un compromiso asumido a nivel internacional obliga al país a alcanzar una meta que hoy luce ambiciosa: proteger el 10 % de su extensión marina.
En dos años se cumple el plazo y no se han declarado nuevas áreas. Mientras tanto países como Ecuador, Chile y Colombia —que han asumido también compromisos como parte de las conocidas Metas de Aichi para la Diversidad Biológica, un conjunto de medidas para detener la pérdida de biodiversidad— han dado grandes pasos en la protección de sus ecosistemas marinos.
Perú, por el contrario, continúa enfrascado en una negociación con un sector económico que se opone a la creación de un área protegida en la costa norte peruana. Está en juego el futuro de uno de los ecosistemas marinos más biodiversos del país, sostienen diversos científicos y ambientalistas que se han pronunciado sobre el tema desde que la propuesta fue anunciada en el 2014.
En ese momento se hablaba de la creación de la Zona Reservada Mar Pacífico Tropical pero, meses más tarde, el Ministerio del Ambiente propuso cambiar la categoría de protección dentro de la propuesta y trabajar para la designación de la Reserva Nacional Mar Tropical de Grau.
Pero no se trataba solo de un cambio de nombre. A diferencia del proyecto inicial, que planteaba una zona reservada de manera temporal, ahora se propone una categorización definitiva. “La diferencia principal con el expediente anterior está en la categoría y en su modelo de gestión”, explica Pedro Solano, director de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA).
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El problema de los hidrocarburos
La principal oposición proviene de la Sociedad Peruana de Hidrocarburos. Su presidente, Felipe Cantuarias, ha repetido en reiteradas oportunidades que la nueva reserva afectaría las inversiones de las empresas que ya cuentan con concesiones de hidrocarburos en el mar del norte.
El presidente de la SPH dijo a Mongabay Latam que “el modelo actual de áreas naturales protegidas se sustenta en una ley del año 1997 y tiene problemas legales que ponen en riesgo la industria de hidrocarburos que no permite que se cumpla esa buena voluntad de la ministra”. Cantuarias se refiere a las declaraciones de la ministra del Ambiente, Fabiola Muñoz, quien en reiteradas oportunidades ha dicho que “las actividades de hidrocarburos son perfectamente compatibles en cualquier área protegida igual que lo es el turismo y la conservación”.
Sobre este tema, Mongabay Latam conversó con la ministra Muñoz. Al respecto, la titular del sector Ambiente manifestó su total confianza en que la nueva área protegida se concrete en el 2019. “Creo que hacia marzo tendremos lista la propuesta final consensuada con todos los sectores para presentarla ante el Consejo de Ministros”, afirmó.
En cuanto a la posibilidad de crear nuevas áreas protegidas para cumplir con las Metas de Aichi, la ministra Muñoz adelantó que se está evaluando iniciar estudios en el mar del sur de Perú, cerca de Nazca y la isla San Fernando, donde también existe alta biodiversidad, con el fin de establecer una nueva zona reservada. “Queremos unir esfuerzos con otras instituciones para empezar los estudios que permitirían, probablemente, tener otra área marina protegida”.
No obstante, Muñoz lamentó que el sector hidrocarburos aún cuestione la creación de la reserva. “Tiene una interpretación de la norma que no es la correcta”, dice sobre las objeciones legales a las que alude el gremio de hidrocarburos.
La SPH insiste en que el artículo 5 de la Ley de Áreas Naturales Protegidas deja abierta la posibilidad de que se afecten los derechos adquiridos antes de la creación de la reserva. “Este artículo ha sido utilizado en dos casos concretos, el Lote 103 y el Lote 116. En ambos, el poder judicial dejó sin efecto las operaciones de las empresas que estaban a cargo de estos lotes”.
En el primer caso, el del Lote 103, el Tribunal Constitucional declaró fundada en el 2009 una Acción de Amparo presentada contra tres empresas que realizaban actividades de exploración y explotación en la región San Martín, y que afectaban el área de conservación Cordillera Escalera que protege un importante banco de agua.
El segundo ejemplo corresponde a la orden dictada en agosto de este año por la Corte Superior de Justicia de Lima, para que se suspenda la exploración de hidrocarburos en el Lote 116 que se superpone a dos áreas naturales protegidas en la región Amazonas. La razón: no se realizó el proceso de consulta previa a los pueblos awajún y wampis que habitan en este territorio.
“Están reaccionando con los mismos argumentos de hace dos años. No tienen ningún fundamento”, dice el presidente de la SPDA. En cuanto a los casos a los que se refiere la SPH, Solano precisa que “las complicaciones que han tenido las empresas de hidrocarburos tanto dentro como fuera de cualquier área protegida no están relacionadas con la legislación, sino con derrames e incumplimiento de compromisos no solo ambientales sino también sociales”.
Solano cuestiona también a las empresas que tienen lotes de petróleo adjudicados en el mar del norte de Perú y que hasta el momento no han iniciado operaciones. “No han invertido ni siquiera el 1 % de lo ofrecido y las razones que han dado han sido de orden técnico y económico”, menciona en relación a los pozos paralizados que hay dentro de lo que sería la nueva área reservada. “Creo que no tienen la capacidad de invertir y culpan al tema ambiental”.
Según el expediente técnico de la Reserva Nacional Mar Tropical Grau, existen cinco lotes petroleros dentro de lo que se convertiría en área protegida. Sin embargo, a enero del 2018, no se había reportado información sobre el estado de cuatro de estos lotos y solo uno de ellos aparecía como en situación de ‘fuerza mayor’, es decir que se había acogido al mecanismo legal que permite a las empresas suspender sus actividades por factores externos y no cumplir sus compromisos con el Estado.
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A la espera de una decisión política
Si dentro del expediente para la creación del área marina se reconoce que existen concesiones petroleras y que estas serán respetadas, se preguntan los expertos: ¿A qué le temen las empresas?
Mariano Castro, exviceministro de Gestión Ambiental del Ministerio del Ambiente, considera que se trata de “temores infundados”, que han llevado al gremio de hidrocarburos a oponerse a la reserva, puesto que “desconocen la legislación”.
Y añade que dependerá del poder de persuasión que tenga el Ministerio del Ambiente (Minam), dentro del Consejo de Ministros, para convencer a los demás sectores sobre la necesidad de que se declare la cuarta reserva marina en el Perú, después de la Reserva Nacional de Paracas, la Reserva Nacional de San Fernando y el Sistema de Islas, Islotes y Puntas Guaneras.
Una opinión similar tiene Juan Carlos Riveros, director científico de Oceana Perú, para quien la creación de la reserva depende de la capacidad de negociación del Minam y de la voluntad política del gabinete de ministros. Sin embargo, no descarta que la oposición del sector hidrocarburos pueda frenar este proceso. “Es cierto que el poder de este sector es mayor que el ambiental, por ello, se requerirá que se transparente el proceso y las razones por las cuales no se crearía el área, para que sean de público conocimiento”.
Frente a este escenario, Solano prefiere mantener el optimismo. Aunque para él nada asegura la creación de la reserva, su experiencia en el tema le ha enseñado que cuando el Perú define que necesita un área natural protegida, tarde o temprano se termina creando.
El director ejecutivo de la SPDA cita el caso del Parque Nacional Sierra del Divisor que, si bien tomó 15 años, que no es lo ideal, al final se logró declarar en noviembre del 2015.
Pero más voces apoyan hoy esta iniciativa. Elena Conterno, presidenta de la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP), dijo a Mongabay Latam en una entrevista que su gremio “ha manifestado opinión favorable al expediente técnico que sustenta la creación de la Reserva Nacional Mar Tropical de Grau, para la protección de su alta diversidad biológica marina”.
Conterno señaló que la SNP considera que la zona reservada propuesta cuenta con una importante actividad de pesca artesanal y pesca industrial. Menciona como ejemplo el Banco de Máncora, donde se capturan especies como el jurel, la caballa, el atún y anchoveta. Por ello, Conterno espera que las disposiciones finales del expediente señalen, de manera explícita, la continuidad de estas actividades.
La ministra del Ambiente asegura que no se van a restringir dichas actividades. “Hemos demostrado que tanto la pesca artesanal como la pesca industrial son perfectamente compatibles con la conservación en las áreas definidas”.
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Una zona de asombrosa biodiversidad
La nueva reserva comprendería cuatro sectores que representan zonas prioritarias de conservación: Isla Foca que corresponde a un ecosistema insular; Cabo Blanco-El Ñuro, representando el ecosistema litoral rocoso; los Arrecifes de Punta Sal, formado por arrecifes rocosos y el Banco de Máncora, un ecosistema asociado a montañas submarinas.
En ellas se encuentra, por ejemplo, la zona de alimentación y refugio de especies amenazadas como la ballena jorobada, la tortuga carey y el caballito de mar. También es hogar de 12 de las 30 especies de cetáceos que se han registrado en Perú.
El director científico de Oceana precisa que otro elemento importante que se debe tomar en cuenta para la creación de la reserva es su representación, es decir que se trata de una muestra de los tipos de hábitats costeros de la región tropical del norte del país. “Todas las otras áreas protegidas marinas de Perú corresponden a ecosistemas en los que predominan condiciones de aguas frías. Solo ese elemento debería ser suficiente para justificar su creación”, apunta.
Riveros también menciona que las condiciones de protección y conservación de ecosistemas costeros son relativamente escasas y valora que se cuente con el apoyo social de los pescadores. “Es un área con múltiples especies y comunidades biológicas que solo existen en esa región, muchas de ellas poco conocidas o recién descubiertas”.
En el expediente de la Reserva Nacional Mar Tropical de Grau se detallan los estudios y evaluaciones que desde el año 2004 se han realizado en los sectores que ahora están incluidos dentro de la propuesta de área protegida. Se explica, por ejemplo, que en el año 2008 Isla Foca fue incluida en la red mundial de Áreas de Importancia para la Conservación de Aves (IBAs).
Según los estudios que ha realizado el biólogo marino Yuri Hooker, coordinador del Laboratorio de Biología Marina de la Universidad Peruana Cayetano Heredia la Isla Foca es una zona en la que se mezclan aguas tropicales y templadas para formar ecosistemas especiales y significativos. Esta característica podría indicar que se trata de un área con alto endemismo.
El documento que sustenta la creación de la reserva marina también menciona que en los últimos cinco años se han intensificado los estudios sobre biodiversidad marina en los sectores de Cabo Blanco-El Ñuro y los Arrecifes de Punta Sal, evaluaciones que han permitido identificar “numerosas nuevas especies”.
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El camino hacia el consenso
“El objetivo de crear esta área es asegurar que la gran biodiversidad de esa zona se mantenga. Es una muestra representativa de la costa norte del Perú”, señala Muñoz sobre la importancia que tiene para el país que se concrete la categorización de esta reserva marina.
La ministra asegura, además, que cuenta con el apoyo de los ministerios de la Producción, de Comercio Exterior y Turismo, de Economía y Finanzas y de Energía y Minas y que en los próximos meses corresponde terminar las reuniones con otros sectores para conseguir el consenso necesario antes de la presentación en el Consejo de Ministros prevista para marzo del próximo año.
Actualmente, el documento que sustenta su creación es público y, de acuerdo a lo que se indica en la website del Sernanp, ha sido el resultado de un proceso de concertación y diálogo en el que participaron 500 representantes de 70 instituciones del Estado, autoridades regionales y locales, empresas privadas, ONG y población local.
“Una nueva reserva tiene que ser un motivo de celebración, como cuando el Perú fue al mundial, es un orgullo porque significa que tenemos otro Machu Picchu, otro Paracas, otro Huascarán”, dice Solano.
El camino está trazado, y si no se presentan más inconvenientes, la Reserva Nacional Mar Tropical de Grau podría sumarse pronto a la lista de las más de 5000 áreas marinas protegidas que hay actualmente en el mundo.
Foto portada: Yuri Hooker