- Los animales fueron encontrados en lo alto de la cordillera de los Andes, pero se espera que su distribución incluya zonas bajas puesto que, de lo contrario, las nevazones durante el invierno podrían acabar con ellos.
- Puesto que se trataría de una población binacional chileno-argentina se espera que se establezcan medidas transnacionales de protección.
Entre los habitantes de las localidades cercanas al río Puelo, una boscosa zona cordillerana de la región de Los Lagos, al sur de Chile, se rumoreaban historias de encuentros inesperados con huemules, pequeños ciervos en peligro de extinción, endémicos y exclusivos de este largo país y de su vecina Argentina.
Las historias, generalmente relatadas por los más ancianos, hablaban de encuentros lejanos, de hace unos 40 o 50 años, de cuando ellos eran jóvenes. Los científicos decidieron comprobar si esos relatos se ajustaban a la realidad actual y salieron a dejar cámaras trampas en la cordillera. El resultado sorprendió a todos: entre 14 y 18 de estos animales— también conocidos como ciervos sur andinos —entre los que se encuentran machos, hembras, crías y juveniles viven en lo alto de las montañas en un lugar que, hasta ahora, no estaba mapeado como una zona remanente para el huemul (Hippocamelus bisulcus).
La historia en 1 minuto. Video: Mongabay Latam.
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El insperado hallazgo
“Encontramos entre seis y ocho en un sector y entre ocho y diez en otro”, detalla el veterinario Cristian Saucedo, Director de Conservación Patagónica de la fundación Tompkins Conservation que desarrolló el proyecto de investigación, junto a la organización Puelo Patagonia y el financiamiento de National Geographic.
El veterinario asegura que las imágenes dan cuenta de que existe reproducción, pues observaron crías en el registro, un macho joven al que le calculan dos años —por el tamaño de su cornamenta— e igual proporción de hembras y machos. “Todo ello es alentador”, dice Saucedo, sin embargo añade que “todavía es prematuro poder asegurar si la población está en buenas condiciones”. Ello porque los científicos aún desconocen cuál es la supervivencia de los individuos y se encuentran todavía evaluando detalles de los animales como, por ejemplo, la condición del pelaje como indicador de su estado nutricional.
Por lo pronto, se cree que se trataría de una población binacional, considerando que los animales fueron detectados en una zona muy cercana a la frontera con Argentina. Mauricio Berardi, jefe del departamento de Guardaparques Nacionales, perteneciente a Parques Nacionales —organismo público encargado del patrimonio natural de Argentina—, explica que “la cordillera de los Andes no es una barrera infranqueable para esta especie, que además está muy bien adaptada al ambiente montañoso y escarpado de la región”.
La zona en la que fueron encontrados los huemules no es un área natural protegida. Del lado Argentino, en cambio, la cuenca del río Puelo cuenta con el Parque Nacional Lago Puelo, el Parque Provincial Río Turbio y la Reserva Provincial Arroyo Motoco. En particular dentro del P.N. Lago Puelo existen cuatro sectores con presencia permanente de huemul, espacios que vienen siendo monitoreados, desde el año 1993, por investigadores del Programa Conservación del Huemul de la Administración de Parques Nacionales. Y aunque del lado argentino el huemul se mueve en un espacio seguro, solo se han identificado entre cinco y diez ejemplares por sector.
Aunque los huemules de Puelo fueron encontrados en las zonas altas de la cordillera, los científicos deben todavía determinar el espacio que estos animales ocupan para evaluar las condiciones de vida y salud de esta población. Y es que los huemules, durante el invierno, necesitan descender hacia zonas más bajas con mejores condiciones de refugio y alimento.
Cristián Saucedo explica que probablemente, hace 80 años, antes de que se colonizara la zona baja de Puelo, los animales estaban distribuidos a lo largo del valle. Con la llegada de los asentamientos humanos, los huemules migraron hacia la zona alta de la cordillera, aunque ello no significa que en ese lugar “se sienten más cómodos y seguros”, explica. Estos frágiles mamíferos se ven obligados a permanecer ahí para no ser atacados por los perros o por una enfermedad del ganado, asegura Fernando Vidal, experto en huemules y director del Departamento de Vida Silvestre de Fundación Huilo Huilo.
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Las amenazas
Contando todos los ejemplares repartidos entre Chile y Argentina, actualmente la población de huemules no supera los 2000 ejemplares, razón por la que es considerada una especie En Peligro de extinción, según la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). En Chile, en las regiones patagónicas de Aysén y Magallanes, se encuentran los principales relictos de este amenazado animal y, fuera de esa área, antes de este importante hallazgo en Puelo, solo se tenía conocimiento de la existencia de otras dos zonas de refugio natural: los nevados de Chillán, en la región de Ñuble; y Futaleufú y el área de reproducción en cautiverio y reintroducción al medio silvestre en Huilo Huilo, ambos lugares ubicados en la región de Los Lagos.
Sin embargo, esto no siempre fue así. Hace unos treinta años, antes de que las poblaciones de huemules se redujeran alarmantemente, estos animales ocupaban el territorio desde Rancagua, a tan solo una hora de Santiago, la capital, hasta el sur austral del país.
La fragmentación del hábitat de los huemules en distintas zonas de refugio, aisladas unas de otras, constituye hoy una de las principales amenazas para esta especie. “El efecto de la falta de conectividad entre las poblaciones se traduce en problemas para la conservación de la especie, dado que la situación actual no permite el intercambio efectivo de genética entre los pocos animales existentes. Esto se traduciría en un sistema inmune debilitado y una menor tasa reproductiva”, explica Fernando Vidal.
Además, otra de las grandes amenazas del huemul es el contagio de enfermedades del ganado ovino. El médico veterinario Miguel Díaz, jefe de planificación nacional de áreas protegidas en la Corporación Nacional Forestal (Conaf), organismo público chileno encargado de la administración de las áreas naturales protegidas, señala que una de estas enfermedades es la Linfoadenitis caseosa, que provoca abscesos con acumulaciones de pus en distintas partes del cuerpo de los huemules. Otra de las patologías que han sido detectadas ataca las patas de los ciervos provocando la pérdida total o parcial de las pezuñas. “Es muy doloroso por lo que son incapaces de moverse para buscar alimento, refugio o arrancar de sus depredadores”, dice Díaz. Así, esta enfermedad termina muchas veces con la muerte del animal.
“Un sistema inmune deprimido por baja variabilidad genética producto de la poca conectividad entre poblaciones, es un ingrediente nefasto para la situación sanitaria que debe enfrentar el huemul día a día”, señala Vidal.
Por otro lado, Cristián Saucedo agrega que “los perros que se ocupan para la ganadería o para cazar jabalíes son una tremenda amenaza para los huemules porque son perros de presa que persiguen, que rastrean y no es raro que estén mal alimentados entonces aprenden a cazar por su cuenta”.
Por último, Saucedo agrega que el jabalí causa una modificación importante del hábitat por lo que también constituye una amenaza importante y “aunque que no hay evidencia de que coma crías de huemul, sí es una posibilidad. De hecho, en todos los lugares que tuvimos registros de huemul no tuvimos de jabalí y donde tuvimos registro de jabalí no tuvimos de huemul”, dice.
Con todo, estos animales son verdaderos sobrevivientes de las amenazas históricas que han enfrentado y los científicos temen que este importante descubrimiento tenga como riesgo secundario “avalar la hipótesis de personas inescrupulosas que de seguro dirán ‘¡ven, hay huemules ahí afuera!’”, advierte Fernando Vidal.
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La protección del huemul
“Pensamos que si se sigue expandiendo el esfuerzo de búsqueda es probable que encontremos nuevo núcleos”, asegura Saucedo quien explica que el hallazgo pone no solo de manifiesto la importancia que tiene Puelo para el huemul, sino para todo el ecosistema. “Al proteger y permitir la existencia de una población de huemul se está instalando una especie de paraguas para asegurar la existencia de toda la trama de la vida menor: hongos, insectos, aves, mamíferos menores”.
“Es una luz de alerta que indica que la zona de Puelo es muy importante para la biodiversidad y nos hace ser especialmente cuidadosos a la hora de pensar en las actividades que pudieran desarrollarse en el territorio”, dice el experto.
Vidal asegura, además, que luego de esta exitosa etapa de prospección, viene otra que “sí o sí contempla el trabajo con comunidades, propietarios y organizaciones con la finalidad de otorgar un mejor hábitat para los animales ‘sobrevivientes’, especialmente garantizar mejores lugares de invernada”.
El hecho de que la población de huemules encontrada en Puelo sea binacional “es una buena noticia”, opina Saucedo, pues “de alguna manera obliga a Chile a ingeniárselas para complementar el esfuerzo de protección que está haciendo Argentina”.
Berardi asegura que en lo formal existe un Plan Binacional de Conservación del Huemul, aprobado por ambos países, donde se fijan las líneas de trabajo general que ambas naciones se comprometen a seguir. “Contar con información actualizada del lado chileno permite orientar los esfuerzos de conservación del lado argentino, mejorando la implementación de las áreas protegidas existentes, y del lado chileno podría servir para definir sectores a proteger ya sea por el Estado o por actores privados comprometidos con la conservación de la especie”. De hecho, Saucedo señala que “hay muchos privados dispuestos a desarrollar actividades compatibles”.
Además, Berardi agrega que “se podría trabajar en intercambios y capacitaciones conjuntas (entre Chile y Argentina) y en la reducción de amenazas comunes, mejores prácticas ganaderas y programas de difusión y educación regionales”.
Miguel Díaz de la Conaf indica que aunque actualmente no existen los recursos públicos para poder implementar estrategias de conservación en el área, sí existe la intención de trabajar en conjunto con las organizaciones para poder levantar fondos internacionales y nacionales que permitan asegurar la protección de la población de huemules de Puelo.
“Solo protegiendo el lado Argentino es insuficiente y solo protegiendo el lado chileno es insuficiente”, dice Saucedo. “En la medida que los animales puedan tener diferentes exposiciones al sol, distintas laderas, diferentes gradientes de altura, van a poder tener más posibilidades de responder frente a cambios ambientales”, explica. De lo contrario frente a una gran nevazón, los huemules podrían quedar recluidos en un sector de la cordillera y morir, como ya ha ocurrido en Chillán, donde se ha dado cuenta de la extinción de ciertos núcleos de huemul.
Para Saucedo, si se genera una estrategia, es posible que la población de huemules de Puelo aumente y con ello también mejore el ecosistema completo. “Eso ya no está en una categoría de excentricidad sino de necesidad global. Al ritmo al que las especies se están extinguiendo, los esfuerzos que hagamos para proteger especies que están en peligro son vitales”.
Foto principal: Huemul. Foto: Puelo Patagonia/NatGeo/ Tompkins Conservation
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