- En menos de un mes, se registraron dos ataques en contra de la embarcación de Sea Shepherd Conservation Society, organización que monitorea y retira redes de pesca de totoaba en el Golfo de California.
- A principios de marzo, se difundió un video en donde se observa a una vaquita marina atrapada en una de las redes que se utilizan en la pesca ilegal de totoaba.
En el Golfo de California se libra una batalla para salvar de la extinción a la vaquita marina. En menos de un mes, la embarcación de la organización Sea Shepherd Conservation Society ha sido atacada —con disparos y bombas molotov— por pescadores ilegales que despliegan redes para pescar totoaba en la zona de refugio para la protección del que se considera el mamífero marino más amenazado en el mundo.
Desde hace seis años, integrantes de la organización Sea Shepherd, en coordinación con autoridades mexicanas, recorren las aguas del Golfo de California para identificar y extraer las redes que se utilizan en la pesca ilegal de totoaba (Totoaba macdonaldi), y en las cuales quedan atrapadas las vaquitas marinas (Phocoena sinus).
En lo que va del 2020, Sea Shepherd ha reportado dos ataques directos. El primero se registró durante la mañana del 8 de febrero, cuando pescadores ilegales, a bordo de cuatro lanchas, realizaron una persecución y disparos en contra de la embarcación de la organización en donde también se encontraban inspectores de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), así como elementos de la policía federal y de la Secretaría de Marina.
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El segundo ataque sucedió justo cuando se conmemoró el Día Mundial de la Vida Silvestre, el 3 de marzo. El barco de Sea Shepherd, al realizar un monitoreo de rutina por el Alto Golfo de California, se encontró con dos pequeñas embarcaciones cuyos tripulantes trataban de sacar una red de pesca. Al lugar llegaron entre 20 y 25 lanchas más. Los pescadores ilegales lanzaron rocas, plomos de las redes y una bomba molotov en contra del barco de la organización conservacionista.
Entre los atacantes se encontraba, por lo menos, un menor de edad, de acuerdo con el comunicado que Sea Shepherd publicó en su página de internet. En ninguno de los dos ataques se registraron heridos.
Después del ataque de febrero pasado, la capitana del barco de Sea Shepherd, Jacqueline Le Duc, dijo que esas acciones mostraban “cuán agresivos son los pescadores ilegales. Nos demuestra que están armados y que tenemos que tomar en serio cada lancha con la que nos encontramos, porque no tenemos idea de lo que son capaces”.
Sobre la participación de menores de edad en el segundo ataque, Jacqueline Le Duc, señaló que se debería enseñar a las generaciones más jóvenes la importancia de la conservación de la naturaleza, “no la explotación de la misma”.
No es la primera vez que la embarcación de Sea Shepherd sufre agresiones. En enero de 2019, fue atacada por los tripulantes de alrededor de 50 lanchas, quienes también les lanzaron rocas y bombas molotov.
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Pesca ilegal en zona clave
Los ataques en contra de los miembros de Sea Shepherd y autoridades mexicanas se registraron dentro de la zona decretada como refugio para la vaquita marina, un área que forma parte de la Reserva de la Biósfera del Golfo de California y que es considerada Patrimonio Mundial por la Unesco.
Esta zona es prioritaria para la conservación de esta especie, ya que es donde se han registrado recientes avistamientos. En octubre de 2019, por ejemplo, organizaciones que trabajan en el lugar reportaron la presencia de vaquitas madres y crías, lo cual otorgó un aire de esperanza para salvar a esta especie.
La incertidumbre sobre el futuro de la vaquita marina comenzó a ser más evidente desde 1997. Ese año se estimó una población de 560 vaquitas marinas en la parte norte del Golfo de California. En tan solo diez años, la población cayó en un 58 %. Para 2015 se consideraba que quedaban menos de 60 vaquitas. Hoy el número se estima en menos de 20.
Fue en 2015 cuando el gobierno mexicano creó el refugio para la protección de la vaquita marina en la parte central del norte del Golfo de California y se prohibió el uso de redes de pesca en esa zona.
Esta prohibición afectó a pescadores locales, quienes se suponía que recibirían compensaciones económicas del gobierno mexicano, pero estos pagos se suspendieron a partir de 2019.
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Atrapada en una red
Además de los ataques en su contra, Sea Shepherd difundió un video, grabado a principios de marzo de este año y de diez segundos de duración, en el que se observa a una vaquita marina atrapada en una red de pesca de totoaba. La organización informó que una fuente anónima le hizo llegar las imágenes, por lo que no es posible conocer qué sucedió con ese ejemplar.
El video mostró que no son suficientes las acciones para evitar la pesca ilegal de totoaba, un pez endémico del Golfo de California y que también se encuentra en peligro de extinción, por lo que su pesca está prohibida desde 1975. Aun así, esta especie se captura para comercializar su vejiga natatoria seca por su supuesto valor medicinal.
Un kilo de vejiga natatoria seca de totoaba puede alcanzar hasta 46 000 dólares en el mercado chino, de acuerdo con datos del Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita Marina (CIRVA).
Para capturar la totoaba, los pescadores ilegales colocan redes en las que también quedan atrapadas otras especies, entre ellas la vaquita marina, un cetáceo endémico del Golfo de California que no llega a medir más de 1.5 metros de largo y que se reproduce después de los seis años de vida.
Tan solo en febrero pasado, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) informó que en la zona del Golfo de California retiró 11 redes de pesca, las cuales en conjunto tenían una extensión de 3211 metros de longitud. Y en noviembre de 2019, se extrajeron 13 redes.
Durante los seis años que lleva trabajando en el Golfo de California, la organización Sea Shepherd ha retirado más de mil redes de pesca ilegales.
En marzo de 2019, el Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita Marina (CIRVA) —creado en 1997 y conformado por investigadores de Europa, Canadá, Estados Unidos y México— publicó un informe en el que señaló que las pocos ejemplares que aún quedan de esta especie se encuentran en un área muy pequeña, de aproximadamente 24 x 12 kilómetros.
Los miembros del comité señalaron que la única esperanza para salvar a la vaquita marina es eliminar toda la pesca con redes en esa área. “Esa no es una tarea imposible”, resaltaron. Sin embargo, también alertaron sobre el aumento de la pesca ilegal en la zona y de los ataques en contra de quienes monitorean y vigilan el área. “Estos eventos —señalan en el informe— ilustran el continuo fracaso de los esfuerzos de aplicación y la falta de cumplimiento de la ley mexicana por parte de los pescadores ilegales”.
Los integrantes del CIRVA recomendaron intensificar los esfuerzos de remoción de redes de pesca; tener vigilancia y monitoreo las 24 horas; proteger a los equipos que hacen los trabajos de retiro de redes; además de arrestar y llevar a juicio a los pescadores ilegales.
La falta de efectividad para detener la mortandad de vaquitas marinas llevó a que, a principios de marzo, el gobierno de Estados Unidos ampliara el embargo pesquero que tiene desde agosto de 2018 para la región del Alto Golfo de California, en México. La prohibición de las importaciones, que antes solo contemplaba camarón, curvina, sierra y chano, ahora se extiende a sardina, arenque, anchoas y macarela capturados por embarcaciones pequeñas y de mediana altura.
Ante la crítica situación que se vive en el Golfo de California, el gobierno mexicano se ha limitado a emitir un par de escuetos boletines de prensa, a través de la página de internet de Profepa, en los que se condenan las agresiones en contra de sus inspectores, los efectivos de la policía federal, funcionarios de la Secretaría de Marina y de la tripulación del barco perteneciente a Sea Shepherd.
Hasta la segunda semana de marzo no se había anunciado que existiera algún detenido por los ataques que ha sufrido en los últimos dos años los tripulantes de la embarcación de Sea Shepherd.
*Imagen principal: Ataque en contra de la tripulación del Sea Shepherd el 3 de marzo de 2020. Foto: Sea Shepherd.
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