- Dos proyectos prevén la construcción de una vía que partiría en dos el parque Nacional da Serra do Divisor y promovería la privatización del territorio, abriendo el camino a la deforestación, la ganadería y la extracción de mineral.
- Las propuestas son impulsadas por dos parlamentarios bolsonaristas del Estado del Acre y por el mismo presidente Jair Bolsonaro. A esto se suma la propuesta de una legisladora que propone bajar la categoría de protección del parque, lo que abriría las puertas a la deforestación y la extracción minera.
*Mongabay Latam y Folha —a través del proyecto Historias sin fronteras— narran lo que está pasando en la frontera entre Perú y Brasil.
En todo el mundo, el choca-do-acre solo ha sido observado en una cumbre, al interior del Parque Nacional (Parna) da Serra do Divisor. El hábitat de esta ave arisca y de plumaje oscuro se limita a un bosque de vegetación baja, uno de los diez tipos de selva existentes en esta unidad de conservación, ubicada en la frontera de Brasil y Perú.
Hábitat de otros animales endémicos y de al menos 1163 especies de plantas, la Serra do Divisor es una de las regiones con mayor biodiversidad del mundo. A pesar de ello, dos proyectos en paralelo prevén la construcción de una carretera que dividiría el parque en dos y promovería la privatización del territorio de Parna, abriendo el camino para la deforestación, el ganado y la extracción de mineral.
Las propuestas son impulsadas por dos parlamentarios bolsonaristas del Estado del Acre. La idea de la carretera fue asumida por el gobierno de Jair Bolsonaro (sin partido), que ya dio los primeros pasos para la construcción del lado brasileño, pero aún no se ha pronunciado sobre el proyecto de ley en trámite en el Congreso que revoca el Parna da Serra do Divisor.
La prolongación de la BR-364, que hoy termina en Mâncio Lima (a 670 km de Rio Branco), empezó a ser discutida en la década de 1970, durante la dictadura militar, y está prevista en el decreto de la creación del Parna, en 1989, durante el gobierno de José Sarney (PMDB). Pero el proyecto parecía haber quedado en el olvido con la inauguración, en 2010, de la Carretera Interoceánica (Autopista del Pacífico) que une el estado de Acre en Brasil con la costa peruana.
La llegada de Bolsonaro al poder reactivó la propuesta. En 2020, tres ministros de su gobierno estuvieron en Acre para abordar el tema. En junio, Ricardo Salles (Medio Ambiente) visitó el área donde tendría inicio la obra. En septiembre, Ernesto Araújo (Relaciones Exteriores) y Rogério Marinho (Desarrollo Regional) visitaron Cruzeiro do Sul, la ciudad más grande de la región del Valle del Juruá, por donde cruzaría la vía. Ellos se reunieron con políticos locales y peruanos.
También en septiembre, el propio Bolsonaro defendió el proyecto en un live en Facebook, afirmando que abriría una vía desde Brasil al Pacífico, haciendo eco al discurso del entonces presidente Lula (PT, izquierda) de los años 2000, cuando hizo la primera carretera junto con su colega peruano Alejandro Toledo, hoy fugitivo de la justicia.
El Departamento Nacional de Infraestructura de Transporte (DNIT) estima lanzar en junio la Norma de Referencia para la contratación del proyecto presupuestado en al menos R$ 500 millones (unos 92 millones de dólares estadunidenses), según estimación oficial. La autoridad informó que todavía no hay una extensión o ruta detallada de la carretera federal, pero que el lado brasileño tendrá unos 120 km, de los cuales 20 km (17 %) se extienden al interior del parque da Serra do Divisor.
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En la región, el proyecto divide opiniones
Líderes indígenas y ribereños afirman que hasta el momento no han sido consultados sobre la carretera —como lo determina la legislación— y prevén impactos socioambientales negativos. “Al día de hoy, usted es la primera persona que me ha preguntado sobre la carretera”, dice a Folha el cacique Joel Puyanawa, mientras descansa cómodamente en su hamaca en el centro cultural de su pueblo.
Separada del casco urbano de Mâncio Lima (AC) por un camino de tierra de 10 km, la Tierra Indígena Poyanawa, con aproximadamente 680 habitantes, se encuentra en el área de influencia directa de la carretera. Salles estuvo allí el 27 de junio, pero Puyanawa no se reunió con él. Ante los líderes indígenas, el ministro de medio ambiente defendió el proyecto vial y dijo que “el tiempo es de integración”.