- La población de atún de aleta amarilla del océano Índico está al borde del colapso y algunos expertos dicen que la UE, que es la que más se ha beneficiado de la pesquería durante décadas, debería hacer más para salvarla.
- Los barcos que controla la UE, incluso aquellos que tienen bandera de pequeños países costeros como Seychelles, transportan una parte importante del atún del océano Índico que abastece un mercado por valor de miles de millones de dólares.
Hasta el 9 de enero de 2014, el Playa de Anzoras, un buque atunero de 2200 toneladas que lleva el nombre de una playa de España, construido en España y de propiedad de españoles, navegaba bajo bandera de ese país. El 10 de enero, sin embargo, abandonó la bandera española en favor de la de Seychelles, un estado archipiélago situado en el océano Índico.
Ni España ni Europa continental comparten costa con el océano Índico, donde opera el Playa de Anzoras. Aun así, la Unión Europea domina las pesquerías de atún de esa zona y es la que más se beneficia de ella. Según los registros revisados por Mongabay, este dominio se explica, en parte, por barcos como el Playa de Anzoras, el cual tiene bandera de Seychelles, pero, en última instancia, está controlado por empresas europeas.
Durante más de tres décadas, los barcos controlados por la UE han extraído la mayor parte del valioso atún de aleta amarilla de la región (Thunnus albacares). Ahora, la población está al borde del colapso. Un plan para detener la sobrepesca y restaurarla ha fracasado.
Este mes de marzo, las conversaciones sobre el asunto acabaron en un punto muerto. La UE quiere que otros miembros de la Comisión del Atún del océano Índico (IOTC, por sus siglas en inglés), la agencia intergubernamental que se encarga de gestionar las pesquerías de atún en la región, estén sujetos a mayores restricciones, mientras que algunos observadores señalan el fracaso de la UE de cumplir con las reglas y salvar una población de la que se beneficia enormemente.
El océano Índico está rodeado de países en desarrollo, muchos de los cuales solo se independizaron del dominio colonial europeo en el último siglo. Algunos ven el control sobre recursos como el atún por parte de los países de la UE como la persistencia de una relación de explotación.
Nirmal Shah, director ejecutivo de la organización sin ánimo de lucro Nature Seychelles y exdirector de la Autoridad de Pesca de Seychelles (SFA, por sus siglas en inglés), le dijo a Mongabay que “la actitud de la UE es hipócrita y neocolonial. Tienen algunos de los países más ricos del mundo involucrados en la sobrepesca y están culpando a los países más pobres”.
Dejar “baratijas” por un “tesoro”
La pesca de atún es lucrativa y alienta un mercado valorado en miles de millones de dólares. El océano Índico es la segunda pesquería de atún más productiva del mundo, y la mayor parte de este atún se captura en el océano Índico occidental.
En 1982, la ONU reconoció los derechos soberanos de los estados sobre las zonas marinas a 200 millas náuticas (370 kilómetros) de sus costas, lo que creó zonas económicas exclusivas (ZEE). Seychelles, un país incipiente que se independizó del Reino Unido en 1976, se podía beneficiar enormemente. Entre ellas, las aproximadamente 100 islas dispersas al sur de la línea ecuatorial en el océano Índico occidental forman una ZEE de 1,37 millones de kilómetros cuadrados (530 000 millas cuadradas), tres veces el tamaño de California.
Las aguas de Seychelles son un lugar privilegiado para la pesca del atún, donde las principales capturas son de aleta amarilla, patudo (Thunnus obesus) y listado (Katsuwonus pelamis).
A medida que la rentabilidad de las pesquerías de atún en el océano Índico disminuyó, países europeos como España y Francia buscaron nuevos caladeros. La formación de las ZEE forzó a estos países a firmar acuerdos con los países costeros más pobres para alimentar el creciente apetito del continente por los productos del mar. (La UE ocupa el segundo lugar después de China en consumo de productos del mar).
“Tenemos este increíble huerto de manzanos, y ahora mismo no tenemos escaleras para subir a ellos y recolectar las manzanas”, así es cómo lo describió Jeremy Raguain, que trabaja para la Fundación de las Islas Seychelles. “La UE y otros países, los cuales tienen tecnologías y barcos muy avanzados, dicen: ‘mira, tenemos las escaleras para coger estas manzanas que de otro modo no podrías obtener’”.
En el océano Índico occidental, la Comunidad Económica Europea (CEE), precursora de la UE, alcanzó acuerdos con Madagascar y pequeños países insulares como Seychelles, Mauricio y Comoras, los cuales no tenían la capacidad financiera o técnica para recolectar sus propios recursos marinos a escala comercial, en parte debido a décadas de colonización.
España firmó un pacto con Seychelles en 1983 que permitía a sus barcos pescar especies migratorias como el atún en aguas de Seychelles, y los primeros cerqueros españoles emperazon a operar allí en 1984. Sin embargo, con su entrada en la CEE en 1986, las actividades pesqueras españolas, como las de Francia, quedaron sujetas a acuerdos entre la CEE y Seychelles.
Durante mucho tiempo estos acuerdos han sido criticados por perjudicar a los países más pequeños y pobres.
Hay beneficios directos para estados como Seychelles. Las tarifas de acceso a la pesca son una fuente importante de ingresos para el país. Según el último acuerdo con la UE, esto asciende a 5,3 millones de euros (6,3 millones de dólares) anuales.
Los propietarios de barcos de la UE también pagan entre 80 y 85 euros (entre 97 y 102 dólares) por tonelada de atún. Puedes comprar atún de aleta amarilla enlatada por unos 17 dólares por kilogramo en Amazon. A ese precio, una tonelada de atún —1000 kilogramos— costaría 17 000 dólares.
“Sí, aportan algo de dinero. Sí, nos pagan por las licencias. Sin embargo, mira lo que nos dan en comparación con las ganancias que obtienen estas personas”, dijo Shah. “Nos dan baratijas por nuestro tesoro”.
Según un análisis de The Pew Charitable Trusts, un grupo de investigación política con sede en los EE. UU., el atún de aleta amarilla enlatado o envasado capturado por buques cerqueros en el océano Índico genera mil millones de dólares cada año de los clientes. Casi el 80 % de este atún es capturado por buques controlados por Europa.
En su mayoría, estos barcos son cerqueros, algunos de los barcos de pesca industrial más grandes del mundo. Despliegan redes de cerco, de hasta 2 km (1,2 millas) de longitud si se despliegan por completo, las cuales rodean el banco de peces y se cierran en el fondo como un bolso con cordón.
Una red esparcida por los océanos
Actualmente hay 15 buques cerqueros con pabellón español y 12 con pabellón francés autorizados para pescar en el océano Índico.
Sobre el papel, Seychelles tiene una flota de cerco que opera en el océano Índico que rivaliza con la de España, el país pesquero más grande de la UE. Sin embargo, en la práctica, toda la flota de 13 barcos que enarbola la bandera de Seychelles está en manos europeas.
Los registros de la UE y otros acuerdos de pesca revelan que Pesquería Vasco Montañesa SA (Pevasa), miembro fundador del Grupo Pevaeche de España, es la propietaria del Playa de Anzoras. Albacora SA posee otros cuatro buques con bandera de las Seychelles, S. Echebastar posee tres, Inpesca posee dos y Atunsa, uno. Todas estas empresas tienen su sede en el País Vasco español, un bastión tradicional de la industria pesquera en Europa.
La empresa francesa SAPMER SA controla los dos buques restantes en la flota de Seychelles. También posee tres barcos que componen toda la flota de cerco de Mauricio, otro pequeño país insular en el océano Índico occidental.
El grupo Albacora, que tiene cuatro barcos en la flota de Seychelles y unos ingresos anuales que superan los 100 millones de dólares, es un actor importante en las pesquerías de atún. Posee embarcaciones, conserveras y empresas de comercialización del atún. Después de sus inicios a principios de la década de los 70 en España como empresa familiar, ahora opera en los océanos Atlántico y Pacífico, además del océano Índico, donde tiene embarcaciones con pabellón tanto de la UE como de Seychelles.
El uso de una bandera de conveniencia es una práctica generalizada pero controvertida. Permite a los propietarios de embarcaciones ahorrar en impuestos, eludir las regulaciones laborales y evitar una supervisión más estricta y controles medioambientales cada vez más estrictos que sus propios países pueden requerir.
Por primera vez, el acuerdo firmado el año pasado entre la UE y Seychelles hace que se reserven unos 175 000 euros (209 000 dólares) al año que los propietarios de los buques de cerco europeos pagan a un fondo medioambiental. También busca abandonar progresivamente el uso de los perjudiciales dispositivos de concentración de peces (DCP), que son ayudas a la pesca que han contribuido a la sobreexplotación de las poblaciones del atún de aleta amarilla. Sin embargo, las disposiciones del acuerdo no se extienden al Playa de Anzoras o los otros 12 barcos con bandera de Seychelles, incluso si sus beneficiarios, los que en última instancia se benefician de los barcos, son europeos.
Aunque los registros de la UE tienen registrada a la empresa española Pevesa como la propietaria del Playa de Anzoras, los registros de la IOTC identifican al propietario del barco como Sea Breeze Ventures Limited, con sede en el país caribeño de Belice. Según el Directorio de empresas de B&D, esta empresa tiene un empleado. Mientras que la conexión entre Pevasa y Sea Breeze sigue sin estar clara, lleva la impronta de un acuerdo habitual en la industria pesquera en el cual una empresa más grande establecida, el beneficiario efectivo, establece una o más empresas en un paraíso fiscal como propietarios nominales de su flota o una porción de la misma con fines comerciales.
Todos los buques de Seychelles respaldados por España parecen tener propietarios nominales con sede en jurisdicciones como Belice que aparece regularmente en la lista de la UE de paraísos fiscales. Ni Pevasa ni las otras empresas europeas que poseen barcos cerqueros con bandera de Seychelles respondieron a los intentos de Mongabay de solicitar un comentario para esta historia.
La bandera de un barco determina que país es responsable por dicha embarcación, y en el caso del atún de aleta amarilla, la cuota de qué país pueden explotar sus propietarios. Al navegar bajo la bandera de un país insular pequeño con un propietario nominal con sede en un paraíso fiscal, un barco puede maximizar los beneficios y minimizar la supervisión regulatoria.
“El uso de banderas de conveniencia es un vacio legal”, dijo Vanya Vulperhorst, directora de campaña en la oficina europea de la ONG Oceana, con sede en Washington, D. C. “Es una manera de eludir los requisitos de la UE”.
“Realmente es un error si estás intentando obtener pesquerías más sostenibles”, añadió.
El atún de aleta amarilla en números rojos
El atún de aleta amarilla del océano Índico no es solo una de las pesquerías más rentables del mundo; también es una de las más amenazadas.
Según una evaluación encargada por la IOTC, tan pronto como en 2026 la población podría colapsar. La agencia de gestión del atún tiene 31 miembros, entre ellos actores locales como Seychelles y otros como la UE, China y Japón que operan flotas pesqueras en aguas distantes en la región.
En 2016, la agencia lanzó un plan de recuperación para el atún de aleta amarilla, en el cual requería a los estados miembros que redujeran sus capturas de cerco en un 15 % desde sus niveles de 2014. Un informe de la IOTC de 2021 encontró que los barcos cerqueros con pabellón de la UE sobrepescaron atún de aleta amarilla en 2017 y 2018, después de la implementación del plan de recuperación.
“Todos tienen la misma responsabilidad de cumplir con sus cuotas”, dijo Glen Holmes, un experto en pesca de The Pew Charitable Trusts. “Sin embargo, la UE como un bloque de países con suficientes recursos tiene la obligación moral de fijar el estándar más alto”.
La flota de cerco con pabellón de las Seychelles también excedió su cuota de atún de aleta amarilla en 2017 y 2018. Al ser un pequeño país insular en desarrollo, una condición especial bajo la ONU, a Seychelles se le permitió elegir el año de referencia sobre el cual calcular su cuota objetivo. En lugar de 2014, cuando su captura fue solo de 23 463 toneladas, eligió 2015, cuando su captura fue de 39 072 toneladas. Esto resultó en una cuota objetivo mucho más alta bajo el plan de recuperación —otra ventaja para los buques de propiedad europea que enarbolan la bandera de las Seychelles—.
Mauricio también está reconocido como un país insular pequeño en desarrollo y eligió 2018 como su año de referencia, cuando su captura fue de 11 322 toneladas, a diferencia de 2014, cuanto su flota capturó solo 4844 toneladas de atún de aleta amarilla. Como resultado, hoy en día su flota de cerco puede capturar unas 10 500 toneladas de atún, más del doble de lo que capturaba en 2014.
Christopher O’Brien, el secretario ejecutivo de la IOTC, le dijo a Mongabay que no había sanciones para los países que sobrepasan su cuota.
Los expertos argumentan que ni las reducciones de captura actuales son suficientes para salvar la población.
“El plan de recuperación de la población de atún de aleta amarilla que puso en marcha la IOTC en 2016, hasta ahora, no ha logrado reducir las capturas de la línea de base en absoluto y mucho menos en el 25 % necesario para salvar a la población del colapso”, concluyó un informe de la Fundación Blue Marine de 2020 escrito por Jess Rattle.
El fracaso del plan de recuperación ha impulsado a la IOTC a celebrar una serie de reuniones especiales para crear consenso en torno a las medidas para frenar la sobrepesca. En la reunión celebrada el pasado mes de marzo, la UE propuso que se incrementaran marginalmente las reduciones de capturas con cerco del 15 % al 18 %. Maldivas, otro país insular pequeño, está presionando para conseguir más: una disminución del 35 % para los cerqueros de países desarrollados y 28 % para los de países en desarrollo.
“La propuesta de la Unión Europea es menos ambiciosa”, dijo Holmes. “Hay menos cambios en la propuesta de la UE que en la de Maldivas. La propuesta de Maldivas, casi con toda seguridad, disminuiría la captura total a un nivel que reduciría o evitaría la sobrepesca”.
Julio Morón Ayala, director general de OPAGAC, que representa a la industria española de pesca de atún, incluyendo a Albacora, le dijo a Mongabay en una respuesta por correo electrónico que su organización quiere que las flotas de los países miembros de la IOTC que en la actualidad están exentos de las reducciones también estén sujetas a los recortes en la captura.
“Desde 2016, la regulación de la IOTC ha establecido un mayor recorte en las artes de cerco (15 %) en comparación con otros (entre el 10 % y el 5 %) y exime a la mayor parte de los países costeros”, dijo Ayala. “Así que la UE ha implementado y está implementando un recorte importante en la captura de atún de aleta amarilla, pero el resultado final es que otras artes de pesca han incrementado sus capturas lo que compensa la reducción alcanzada”.
Los países que actualmente están exentos de los recortes son casi todos países en desarrollo del océano Índico, incluidos Yemen y Madagascar, algunas de las naciones más pobres del mundo. La mayoría no operan flotas industriales, sino pesquerías a pequeña escala en sus propias ZEE que abastecen principalmente a las poblaciones locales. Ninguna de las cuotas de captura de atún de aleta amarilla de cada país se acerca a la de la UE. Sin embargo, la cuota combinada de esta docena o así de países ha crecido en los últimos años.
Los expertos dicen que, sin el cumplimiento adecuado de las regulaciones, la actividad pesquera ilegal también agotará las poblaciones de peces en la región.
Zonas grises de la regulación
Incluso si se reducen las cuotas, su cumplimiento seguirá siendo difícil.
La IOTC cuenta con la autoevaluación de los estados miembros para seguir la pista de las capturas, así que las transgresiones son difíciles de identificar independientemente. En 2018, salió a la luz una discrepancia en los informes de capturas de España solo después de que la Fundación Blue Marine la señalara. Más tarde la IOTC confirmó que España notificó un 30 % menos del atún de aleta amarilla que realmente había capturado ese año.
La capacidad de Seychelles, un pequeño país costero cuyos ingresos gubernamentales totales rondan alrededor de los 400 millones de dólares, para vigilar empresas multimillonarias con beneficiarios efectivos en el extranjero es cuestionable, como sugiere la implicación de la flota de Seychelles en la sobrepesca del atún de aleta amarilla. Un informe de la IOTC encontró una formación escasa y falta de apoyo al programa de observadores del país, con el que el personal aborda los barcos para recoger datos y monitorizar sus prácticas. El programa está parcialmente financiado por la industria.
“Los operadores pueden elegir libremente dónde registrar sus buques”, dijo en un comunidado la Oficina de la UE para Seychelles en respuesta a las preguntas de Mongabay sobre los barcos que usan banderas de conveniencia. La oficina solo se interesa si los buques cambian de pabellón con regularidad para “escapar las obligaciones o eludir su cuota”. Dado que muchos de los buques han enarbolado la bandera de Seychelles durante varios años, no se califica como abusivo, según decía el comunicado.
“Seychelles tiene que ejercer las responsabilidades de su país de abanderamiento en cuanto a sus flotas e informar sobre su historial de cumplimiento a las OROP [organizaciones regionales de ordenación pesquera] que cubren su ZEE”, seguía.
La Autoridad Pesquera de Seychelles y el Ministerio de Pesca no respondieron a varios intentos de Mongabay de obtener un comentario.
Los propietarios de los barcos ven los acuerdos como inversiones y señalan los beneficios que ofrecen a los países costeros. “Desde que nuestras operaciones comenzaron en los años 60, algunas empresas no solo invierten en países costeros a través de las flotas, sino también a través de plantas de procesamiento de atún en el interior”, dijo Ayala de OPAGAC en un correo electrónico. “En el océano Índico, donde la flota de la UE opera desde 1987, se ha desarrollado la industria del atún en Seychelles, Mauricio, Madagascar y Kenia, donde más de 15 000 puestos de trabajo dependen directamente de las operaciones de atún”.
Sin embargo, los trabajadores extranjeros están sobrerrepresentados en este sector. De los aproximadamente 2000 empleados de Indian Ocean Tuna Ltd. (IOT), la fábrica de conservas más grande de Seychelles, por ejemplo, casi el 70 % son extranjeros.
El grupo Thai Union que es el propietario de la fábrica de conservas suministra a algunas de las principales marcas de productos del mar de Europa, incluidos John West, Petit Navire, Parmentier y Mareblu.
La pesca de ultramar pasa desapercibida
No solo es la propiedad de los buques cerqueros de Seychelles lo que está en la sombra; a menudo operan sin ser detectados. Un análisis reciente mostró que, en violación de las leyes internacionales, la mayoría de los atuneros cerqueros controlados por España no transmiten de manera continuada sus ubicaciones a través del sistema de identificación automática (AIS, por sus siglas en inglés).
El AIS, que rastrea buques a través de su identificación alfanumérica única, permite a los marineros trazar las ubicaciones de otros barcos y ayuda a la navegación. Sin embargo, también es fundamental para que los países costeros puedan monitorear la actividad de los barcos para asegurarse de que no entran en las áreas protegidas o pescan donde no deben.
El análisis, llevado a cabo por la ONG Ocean Mind con sede en el Reino Unido y compilado por la Fundación Blue Marine, examinó el uso del AIS por parte de los atuneros cerqueros durante un periodo de 850 días entre 2017 y 2019 en el océano Índico occidental. Este análisis reveló bajas tasas de transmisión AIS tanto para los barcos de pabellón español como para los de pabellón de Seychelles.
El Playa De Anzoras transmitió su ubicación menos del 40 % durante el periodo de 850 días. Lo hizo mejor que la mayoría. El Artza, propiedad de Atunsa, no transmitió su ubiciación ni una sola vez. Para los otros nueve barcos controlados por empresas españolas, la cifra varía entre el 3 % y el 33 %. Los números fueron similares para los 14 barcos con pabellón español considerados en el informe.
Subsidiar la pesca insostenible
El hecho de que los beneficiaros efectivos de estos barcos tengan su sede en Europa también les permite beneficiarse de las subvenciones a la pesca de la UE. Entre los años 2000 y 2010, la industria pesquera global de España recibió más de 8 mil millones de dólares en subvenciones. El grupo Albacora no solo se ha beneficiado de subvenciones de la UE sino también del gobierno de España.
Los críticos dicen que este tipo de subvenciones estatales permite que la pesca no rentable siga siendo viable y lleva a la sobrepesca.
La UE ha continuado subvencionando la pesca durante años, a la vez que intenta purgar la parte que lleva a la sobreexplotación. Se ha generado alarma a causa de informaciones que dicen que la UE pretende reintroducir subsidios a la pesca supuestamente perjudicial como parte del Fondo Europeo Marítimo y de la Pesca.
“Entre 2021 y 2027, alrededor de siete mil millones de euros de dinero público se inyectará en la economía oceánica. Sin embargo, innumerables estudios e informes muestran que la mayor parte del fondo se usa para fomentar la sobrepesca y alimentar la desaparición de la naturaleza en el mar”, escribió un grupo de más de 100 científicos en una carta abierta publicada en noviembre de 2020.
También ha suscitado preocupación en Seychelles, cuyo sector pesquero se ve enormemente impactado por las acciones de la UE. “Para nosotros en el océano Índico occidental, de donde viene el 40 % de las capturas de atún de la UE, esto puede significar el fin de nuestras poblaciones de atún”, dijo Shah a las agencias de noticias locales.
Dijo a Mongabay en una entrevista en marzo que la reputación de la UE estaba siendo “mancillada” debido a las acciones de dos países: España y Francia. “Ni siquiera son dos países, sino las empresas privadas en dos países de la UE a las que apoya, defiende y paga la UE”, dijo.
El atún y los beneficios que fluyen hacia fuera
Los intereses europeos dominan las pesquerías de atún del océano Índico no solo en términos de suministro sino también de demanda.
Casi todo el atún procesado de Seychelles, Mauricio y Madagascar es exportado, y las exportaciones son principalmente destinadas a la UE. Las conserveras en esos países son todas abastecidas por la flota de cerco industrial europea. Según un informe de 2017 del grupo de expertos IDDRI de la UE, los armadores, principalmente europeos, tienen asegurado un “mercado cautivo” para sus capturas.
Estas exportaciones de atún tienen acceso libre de impuestos a los mercados europeos bajo los acuerdos de asociación económica, lo que les ahorra un arancel del 24 %. “Bajo las normas de origen que forman parte de estos acuerdos, las conserveras en Seychelles, Mauricio y Madagascar solo pueden usar pescado capturado por sus flotas o por las flotas de la UE”, dijo Liam Campling, experto en comercio mundial centrado en las pesquerías de atún, en la Universidad Queen Mary de Londres. “Las normas de origen han sido un apoyo masivo para la flota de aguas distantes de la UE porque significa que tienen un mercado cerrado”.
Dado que casi todo el atún viene de barcos controlados por la UE, no está claro cómo se benefician los tres países de estas exenciones fiscales.
“Si los europeos realmente quisieran hacer frente al problema del atún de aleta amarilla, pueden hacerlo”, dijo Campling. “Sin embargo, no quieren recibir el impacto económico”.
De cierto modo, la mayor fábrica de conservas en Seychelles, Indian Ocean Tuna Ltd. (IOT), personifica la relación desigual alrededor del atún que se ha arraigado entre algunos de los países del océano Índico y la UE. Es propiedad de Thai Union/M.W. Brands, un proveedor líder de atún enlatado con sede en Tailandia. Compra atún casi exclusivamaente de barcos propiedad de la UE, envía la mayor parte de su atún de vuelta a la UE libre de impuestos y emplea princialmente a extranjeros.
El atún y el dinero que se obtendría de este sale de Seychelles cada año y no está claro si las ganancias del país superan sus pérdidas. Lo que es seguro es que esas ganancias están en peligro.
“Si ocurriera lo peor y las poblaciones de peces declinan hasta un punto donde no podemos pescar más, la flota de cerco de la UE casi con toda seguridad iría a pescar a otro océano”, dice Rattle de la Fundación Blue Marine, “mientras que los estados costeros que quedan abandonados no pueden ir a ningún otro sitio, así que quedarían atrapados sin peces”.
También, para Shah, no son solo las ganancias económicas inmediatas lo que esta en juego. “¿Os parece bien, ganéis el dinero que ganéis, destruir nuestros recursos naturales?” dijo. “¿Qué ocurrirá con las oportunidades futuras de los habitantes de Seychelles?”
Esta es la primera historia de una serie de dos partes sobre el efecto que la pesca europea de atún tiene sobre la economía y el medioambiente marino de Seychelles, un país archipelágico en el océano Índico.
Malavika Vyawahare es redactora de Mongabay. Encuéntrela en Twitter: @MalavikaVy
Artículo original: https://news-mongabay-com.mongabay.com/2021/04/red-flag-predatory-european-ships-help-push-indian-ocean-tuna-to-the-brink/
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