- La ballena fin es una de los 15 especies de cetáceos que se encuentra regularmente en el archipiélago de Humboldt.
- Contrario a lo que se creyó durante mucho tiempo, esta ballena no solo está de paso por el lugar donde pretende instalarse el megapuerto de Dominga, sino que se alimenta ahí.
Maritza Sepúlveda creció en San Felipe, una comuna situada al interior del Chile central alejada del mar. A pesar o tal vez por eso, su curiosidad por el océano fue temprana y siempre supo que de grande sería bióloga marina, como el famoso Jacques Cousteau que infaliblemente veía, todas las semanas, por televisión.
Apenas en el segundo año de la carrera, Sepúlveda se embarcó durante siete días en un barco rumbo a la isla de Rapa Nui para participar de una investigación de corales. “Yo sabía bucear y el profesor necesitaba un buzo”, recuerda. Durante ese tiempo solo vio el mar y aprendió a contar ballenas junto a un grupo de estudiantes mayores que ella que estaban desarrollando un trabajo con cetáceos. “Ahí surgió mi interés por los mamíferos marinos”, dice.
Hoy, Maritza Sepúlveda, bióloga marina y doctora en ecología, trabaja en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Valparaíso impartiendo clases de ecología y de mamíferos marinos, y desarrollando investigación en el laboratorio de Ecología de Mamíferos Marinos de la misma universidad.
La bióloga chilena es miembro de la numerosa comunidad de científicos que han entregado, en los últimos años, información a las autoridades sobre la importancia de proteger el Archipiélago de Humboldt. En este lugar considerado Sitio Prioritario para la Conservación, donde se encuentran las reservas marinas Isla Choros y Damas y la reserva nacional pingüinos de Humboldt, el polémico proyecto minero Dominga pretende instalar un mega puerto.
Mongabay Latam conversó con ella para saber con mayor precisión cuáles son las amenazas que este proyecto extractivo significa particularmente para los mamíferos marinos que habitan el archipiélago.
¿A qué se enfrentan los mamíferos marinos con la construcción de Dominga?
La empresa dice que no hay efecto en las reservas porque el megapuerto va a estar instalado 37 kilómetros al sur, pero el tema es que los animales se mueven, se mueven muchísimos kilómetros. En 2015 pusimos transmisores en seis ballenas fin (Balaenoptera physalus), la especie de grandes cetáceos más abundante en la zona. Los instalamos en las reservas, pero todas las ballenas, sin excepción, se fueron a alimentar al área costera donde se quiere instalar el mega puerto. Entonces no tiene sentido no considerar esa zona, porque es todo un gran conjunto. Son ocho islas que en su globalidad tienen una estructura de la configuración de especies. Es como un rompecabezas. No puedes solo proteger dos piezas, sino no armas el rompecabezas.
¿Cuál fue el objetivo de seguir a esas especies?
Ese fue un proyecto que en realidad tenía como foco aportar al turismo sustentable que se hace en la zona para que los pescadores artesanales, que son los que hacen el turismo, pudieran predecir dónde los animales estaban para realizar los avistamientos.
Pero en realidad, lo más relevante y lo más interesante, fue justamente poder conocer dónde se están alimentando las ballenas y constatar que los animales permanecen en el lugar. Según la literatura, se suponía que las ballenas fin migraban hacia la Antártica, que ocupaban esa área (del archipiélago de Humboldt) como una zona de tránsito y que después seguían hacia el sur, pero de los seis animales que monitoreamos, solo uno hizo ese viaje. Los otros cinco se quedaron en el lugar todo el tiempo.
¿Cuánto tiempo?
Uno pone estos transmisores y después cruza los dedos para que transmitan el mayor tiempo posible. La ballena que más tiempo nos transmitió lo hizo durante cinco meses. Pusimos los transmisores en noviembre del 2015 y algunos animales pasaron hasta el otro año, hasta mayo o junio, y nunca se fueron, pasaron todo el verano ahí. Eso fue muy relevante para decir que los animales no necesariamente migran y que las ballenas no solo están allí de paso, sino que se quedan ahí para alimentarse.
¿Cómo saben que se estaban alimentando?
Hay dos tipos de movimiento que pueden hacer los animales: un movimiento recto o un movimiento que se llama ARS (Area-Restricted Searching en inglés). Este último es una búsqueda en un área restringida donde los animales hacen movimientos erráticos en torno a un mismo punto. El movimiento lineal nos dice que los animales se están desplazando. El movimiento errático, en cambio, nos dice que el animal está buscando algo. Las posibilidades son que se está reproduciendo o que se están alimentando.
Como sabemos que el verano no es la época en la que estos animales se reproducen y que esta zona tampoco es un área de reproducción para ellos, entendemos entonces que lo que están haciendo es alimentarse.
En la publicación científica también lo que hicimos fue superponer estas áreas ARS con las zonas de concentración de clorofila, que tiene que ver con la productividad del océano, y lo que observamos es que hay un calce.
En esta imagen se muestran los recorridos. Cada color es un animal. Por un lado tenemos dos ballenas que se movieron en mar abierto, pero la mayoría de los animales se movieron a lo largo de la costa, incluyendo el lugar donde se quiere instalar Dominga, entonces la probabilidad de encuentro con las embarcaciones es alta.
En esa otra imagen, lo que está en rojo son las áreas ARS donde los animales permanecieron durante más tiempo. Esas áreas coinciden con las zonas de mayores concentraciones de clorofila y por ende más productivas.
¿Esa información fue considerada en la línea base del proyecto?
No, no está. El proyecto ingresó a evaluación ambiental mucho antes. Entonces ellos no tienen esa información en la línea base. Ahora, cuando se rechazó el proyecto por primera vez, en esa oportunidad, yo preparé un documento corto, como de cuatro páginas, con los resultados de esa investigación y se lo hice llegar al intendente de la región de Coquimbo que estaba en ese momento. No sé si la información contribuyó, espero que sí, pero el intendente, cuyo voto fue clave en el rechazo del proyecto, dijo que utilizó argumentos científicos y que por eso se oponía al proyecto.
Yo no fui la única. Yo contribuí con esto de las ballenas, pero también hubo otras instituciones que contribuyeron con información científica que sirvió para apoyar el rechazo.
Además de las colisiones con barcos, ¿a qué otras amenazas estarían expuestas las ballenas?
Existen impactos directos e impactos indirectos. Un impacto directo es algo que va a ir de lleno al animal y el choque con embarcaciones es uno de ellos porque el animal o queda muy malherido o muere porque no estamos hablando de un bote pequeño. Estamos hablando de un gran barco.
Por otro lado están los sonidos, las emisiones de ruido. Es como si la ballena estuviera todo el tiempo en una discoteque (discoteca). Imagínate vivir en una discoteque. ¿Cómo te comunicas con tus pares? La comunicación se te dificulta. Los animales necesitan del sonido para darse cuenta de su ambiente. Ahora, no es que el animal vaya a morir por un impacto de sonido, pero son impactos acumulativos. Si esto se mantiene en el tiempo, va a causar perjuicios sobre el animal a un mediano o largo plazo en términos de estrés, de problemas de comunicación, impactos que no los tenemos cuantificados, pero que sabemos que existen.
Por otro lado, en lo que respecta la desalinizadora que está contemplada en el proyecto Dominga, la toma de grandes volúmenes de agua y después la devolución al mar del agua como salmuera, con alto contenido de sal, cambia las condiciones físicas y químicas del lugar. Eso trae consecuencias para las especies, sobre todo para los invertebrados que están en el fondo o en la columna de agua. Se van a pique esas especies, hay problemas con las pesquerías, pero también con toda la base de alimento de los mamíferos marinos.
Por último, el riesgo de la introducción de elementos contaminantes, como metales pesados o eventualmente petróleo, puede ser muy perjudicial para todos los animales.
¿Cuál es el estado de conservación de la ballena fin?
Enfrenta serios problemas de conservación. Está considerada vulnerable por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y En Peligro de extinción por la legislación chilena.
¿A qué se debe esa diferencia?
La UICN mide el estado de conservación de los animales a nivel global. Pero la ballena fin es una especie cosmopolita. En ciertos lugares no tiene tantos problemas, pero en Chile sí.
¿Por qué?
Esta fue la ballena más cazada de todas en la época de las balleneras. Entonces las poblaciones se fueron a pique. Ahora, en los últimos años, aparentemente hay una recuperación de las poblaciones porque estamos viendo más ballenas. Pero todavía son muy incipientes, poco abundantes. Por eso es que la tenemos considerada en peligro de extinción.
Además de la ballena fin, ¿qué otras especies de mamíferos es posible encontrar en la zona?
Aparte de la ballena fin, tenemos otras dos especies que llegan: la famosa ballena azul y la jorobada.
También está el delfín nariz de botella. Esta especie, el famoso Flipper, está en todo el mundo, pero en ese sector, encontramos la única población residente. Son animales que viven ahí y que no se van a otro lado. Se han hecho estudios y se ha visto que un mismo individuo ha estado en el lugar por más de 30 años. De hecho, una colega hizo un estudio genético de esos delfines residentes y encontró que son genéticamente distintos a los otros delfines nariz de botella. Entonces, si tu impactas esa población, pierdes diversidad genética.
Son al menos 15 especies de cetáceos que se encuentran regularmente. Incluso hemos visto cachalotes.
Además tenemos el famoso chungungo o nutria de mar. Es uno de los mamíferos marinos con más problemas de conservación. Está considerado como vulnerable, pero es un animal sumamente susceptible de impactos porque tiene una zona de distribución superreducida. Son animales que no se mueven más allá de los cuatro kilómetros. Están ahí y no se pueden escapar. Si hay un derrame de petróleo, no se pueden ir. Si les afecta el alimento, tampoco se pueden ir. Y ahí justamente, en las reservas marinas, encontramos la densidad más alta de chungungos de toda la zona norte. Entonces, si afectas este lugar afectas una zona importantísima para esta especie que solo se encuentra en Chile y en Perú.
Además hay dos especies de lobos marinos que cohabitan, que están juntos en las mismas rocas. Por un lado, el lobo común, que tiene ahí una colonia reproductiva importante, y el lobo fino austral, una subespecie de Perú que tiene en el archipiélago de Humboldt su distribución más austral. Desde hace tres o cuatro años estamos viendo que este lugar se convirtió en lobera reproductiva para esa especie.
En definitiva, es una zona tremendamente diversa en mamíferos marinos que no encuentras en otros lugares en Chile.
¿Por qué las áreas marinas protegidas no se crearon desde un comienzo más amplias, considerando verdaderamente el territorio que ocupan las especies?
Cuando se crearon estas áreas, el objetivo no fue la protección de las ballenas, sino la protección de los recursos bentónicos. Entonces protegen una milla alrededor de las islas. Una milla son 1,8 kilómetros. Eso para una ballena, para un mamífero marino, es nada. Hicimos estudios desde las islas viendo la zona de ocupación y menos del 20 % de los avistamientos están dentro de la reserva. La gran mayoría de los avistamientos de ballenas están fuera. Entonces es una buena medida, pero es insuficiente para estos animales y es por eso que tuvimos la semana pasada una reunión con el gobernador, con el alcalde y con otras autoridades de Atacama para justamente promover un área marina protegida de múltiples usos.
El Ministerio del Ambiente también lo anunció. ¿Se trata de lo mismo?
No sabemos.
¿Qué se sabe del anuncio del Ministerio del Ambiente?
No se sabe mucho. No se sabe cuál es el polígono que están considerando. No sabemos si va a proteger desde la zona costera hasta mar abierto. Se piensa que probablemente no, que se diseñe el área de tal manera que quede la costa expuesta para el desarrollo de la actividades y que deje zonas de tránsito para que puedan transitar los buques. Eso no es lo que queremos. Nosotros queremos dos cosas. Lo primero es que la zona de protección sea completa, desde la costa hasta mar abierto. Lo segundo es que incluya a la Región de Atacama porque los animales de esa región también van para allá. Es tan obvio y simple como decir que los animales no reconocen regiones administrativas. No tienen idea si están Atacama o están en Coquimbo. Entonces, no puedes dejar fuera todo ese sector que es parte del archipiélago. Entonces esa es nuestra lucha, donde ahí, nosotros como científicos, estamos apoyando con todos los datos necesarios para sustentar esta área marina protegida, completa y birregional.
*Referencias:
Sepúlveda, M., Pérez‐Álvarez, M. J., Santos‐Carvallo, M., Pavez, G., Olavarría, C., Moraga, R., & Zerbini, A. N. (2018). From whaling to whale watching: Identifying fin whale critical foraging habitats off the Chilean coast. Aquatic Conservation: Marine and Freshwater Ecosystems, 28(4), 821-829.
Heredia‐Azuaje, H., Niklitschek, E. J., & Sepúlveda, M. Pinnipeds and salmon farming: Threats, conflicts and challenges to co‐existence after 50 years of industrial growth and expansion. Reviews in Aquaculture.
Sepúlveda, M., Arismendi, I., Soto, D., Jara, F., & Farias, F. (2013). Escaped farmed salmon and trout in Chile: incidence, impacts, and the need for an ecosystem view. Aquaculture Environment Interactions, 4(3), 273-283.
Imagen principal: Guido Pavez.
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