- Investigadores señalan que la diversidad genética y la conectividad de las poblaciones de vida silvestre tienen un papel importante en el mantenimiento de la estructura y la resiliencia de los ecosistemas.
- También indican que la información genética brinda pistas sobre la salud de las poblaciones de vida silvestre y permite respaldar los esfuerzos de conservación y manejo de las especies.
En el año 2010, Roberto Salom-Pérez empezó a recolectar las primeras muestras de ADN de ocelotes (Leopardus pardalis) en Costa Rica. Este trabajo de recolección de material genético se realizó en especímenes de museos y zoológicos, así como en ocelotes silvestres e incluyó muestras de tejido, heces, cabello, sangre, dientes y huesos.
“Se necesita tener mucho cuidado para colectar y almacenar cada una de las muestras. No es común estar cerca de ocelotes en la vida silvestre y mucho menos extraer una muestra, por ello, incluso tuvimos que recoger muestras de ocelotes que habían sido atropellados, y también contamos con la gran ayuda de un perro entrenado para detectar las heces de los felinos y así aumentar nuestro número de muestras”, cuenta Salom-Pérez, coordinador Mesoamericano en la organización Panthera, quien lideró esta investigación.
Tras una década de trabajo en recolección y análisis de las muestras, se publicó la investigación académica ‘Diversidad genética y estructura poblacional de ocelotes (Leopardus pardalis) en Costa Rica‘, en el Journal of Mammalogy (Revista de Mastozoología). Este es el primer estudio genético en ocelotes en Costa Rica y el segundo en Mesoamérica.
Lee más | Atrevida: la ballena que sorprende a la ciencia con un viaje inesperado por las aguas argentinas
¿Por qué estudiar la genética de los ocelotes?
“La diversidad genética y la conectividad de las poblaciones de vida silvestre tienen un papel importante en el mantenimiento de la estructura y la resiliencia de los ecosistemas. Una reducción en la diversidad genética y el aislamiento de las poblaciones puede disminuir la supervivencia a largo plazo de una especie, al reducir su capacidad de adaptarse a los cambios ambientales o amenazas relacionadas con los humanos y disminuir su capacidad para reproducirse”, explica Salom-Pérez sobre la importancia de los estudios genéticos de los animales en estado silvestre.
Salom-Pérez comenta, además, que en el caso del ocelote, sus características específicas —alta abundancia, áreas de distribución relativamente grandes y su presencia en muchos hábitats— lo convierten en una especie valiosa para estudiar los efectos potenciales de la fragmentación extensiva y la alteración del hábitat en los felinos en vida silvestre. “Especialmente en los casos en que las bajas densidades poblacionales y la falta de datos dificultan el estudio de otras especies de interés para la conservación, como el jaguar y el puma”, precisa.
“Los ocelotes se pueden encontrar en ambientes donde los jaguares y pumas no están presentes”, explica Salom-Pérez sobre por qué el estudio genético de los ocelotes puede servir para conocer más sobre otros felinos. “Si las poblaciones de ocelotes no están conectadas, es muy probable que las poblaciones de jaguares y pumas también estén aisladas, pero no ocurre lo contrario. Esto se debe a que los ocelotes pueden adaptarse y usar hábitats que los jaguares y pumas no pueden”, agrega.
El ocelote es el felino neotropical más abundante en el continente americano, que puede vivir en diversos hábitats. Se encuentra desde el sur de Estados Unidos hasta el norte de Argentina y está catalogado como una especie de Preocupación Menor en la Lista Roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Los resultados de este estudio indican que la diversidad genética de los ocelotes en Costa Rica es relativamente alta y podría estar relacionada con un tamaño grande de su población, así como con la alta cobertura forestal del país y la diversidad del hábitat de esta especie. “Al comparar con otros estudios, los ocelotes costarricenses tienen niveles de diversidad genética más altos que los ocelotes en el norte, es decir, que las poblaciones más importantes en el sur de EE. UU. y el norte de México”, indica la publicación científica.
Al respecto, Salom-Pérez comenta que una diversidad genética relativamente alta en Costa Rica y que las poblaciones de ocelotes en el país se mantengan conectadas significa que “la especie podría enfrentar mejor los desafíos futuros como el cambio climático y las enfermedades”.
El estudio encontró que no existen grandes obstáculos para el movimiento de los individuos de ocelote.
Según se explica en la investigación, los ocelotes se distribuyen en una amplia variedad de hábitats y han sido reportados en pastizales, tierras agrícolas, bosques cerca de poblaciones humanas, áreas protegidas y bosques fragmentados. “Esta plasticidad del hábitat permite que los ocelotes se muevan a través de áreas alteradas por humanos, fronteras de alta densidad, áreas urbanas, cruces de caminos y carreteras y, al hacerlo, mantener niveles relativamente altos de flujo de genes”, se explica en el documento.
El estudio también concluyó que la diversidad genética de los ocelotes en Costa Rica es mayor que la de los jaguares y pumas. “Nuestro estudio proporciona información fundamental para comprender el estado de las poblaciones de ocelotes costarricenses. Estudios futuros en esta y otras especies amenazadas o clave, deberían incorporar el seguimiento genético y la genética de la conservación para informar adecuadamente las decisiones de manejo y garantizar la supervivencia de las mismas a largo plazo, y así mejorar la resiliencia de los ecosistemas”, explica el artículo científico.
Para Salom-Pérez, esta investigación es vital para ayudar a los científicos a comprender mejor cómo los ocelotes están enfrentando amenazas como los atropellos por vehículos y la pérdida y fragmentación del hábitat.
Además, los análisis genéticos proporcionan una comprensión crítica de la salud de las poblaciones silvestres, “información que ayuda a los gestores de la conservación de la biodiversidad a tomar decisiones para minimizar la pérdida de diversidad genética y dar a las especies más oportunidad de soportar impactos o perturbaciones”, se precisa en el documento.
Más estudios en felinos silvestres
Claudia Wultsch, investigadora asociada de la Universidad de Nueva York y científica asociada del Museo Americano de Historia Natural, explica que muchas especies de vida silvestre, incluidos los felinos silvestres, enfrentan la pérdida de diversidad genética y la endogamia debido a la disminución del tamaño de la población y al aislamiento de sus poblaciones en paisajes alterados por humanos, así como a los niveles crecientes de pérdida y fragmentación del hábitat.
“Esta es una amenaza central para muchas poblaciones de vida silvestre, incluidos los ocelotes, ya que los bajos niveles de diversidad genética pueden vincularse con un menor éxito y aptitud reproductiva, una mayor susceptibilidad a enfermedades infecciosas y parásitos, y una capacidad limitada para adaptarse a entornos cambiantes”, explica Wultsch sobre la importancia de realizar estudios genéticos en las especies de vida silvestre.
Esta información —señala la investigadora— brinda información crítica sobre la salud de las poblaciones de vida silvestre y permite respaldar, en gran medida, los esfuerzos de conservación y manejo de las especies silvestres. Wultsch también explica que los estudios de genética de la conservación están subrepresentados para muchas especies de felinos en la naturaleza debido a que los esfuerzos por hacer monitoreo genético a gran escala no son frecuentes.
“Muchas especies se beneficiarían de los esfuerzos de monitoreo genético a gran escala, lo que ayudaría a detectar poblaciones en riesgo que sufren bajos niveles de diversidad genética y endogamia. Además, los estudios de genética del paisaje, que son aún menos comunes, proporcionarían información importante sobre cómo la variación genética y la conectividad en las poblaciones de felinos silvestres se ven afectadas por diversos factores antropogénicos, ambientales y del paisaje”, agrega la científica.
Salom-Pérez comenta que si bien la comunidad científica estudia cada vez más la diversidad genética de las poblaciones de vida silvestre, “todavía este tipo de estudios son ignorados en gran medida en muchas estrategias globales de conservación”.
Imagen principal: Ocelote en Costa Rica. Foto: Panthera.
— — —
Videos | Comunidades forestales defienden una de las murallas verdes que aún sobreviven en el Valle de México
Si quieres conocer más sobre la situación en Latinoamérica, puedes revisar nuestra colección de artículos.
Si quieres estar al tanto de las mejores historias de Mongabay Latam, puedes suscribirte al boletín aquí o seguirnos en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.