- Los incendios ya se registran al interior de la reserva Tucabaca, donde la afectación es de 3300 hectáreas.
- El fuego en el Parque Nacional Otuquis, en pleno pantanal boliviano, está controlado. En el lugar se afectaron 123 100 hectáreas; hay riesgos de reactivación.
- Bolivia se acerca al millón de hectáreas afectadas por los incendios forestales. En el parque Noel Kempff Mercado la cifra de hectáreas afectadas creció a 78 300.
El fuego en la Reserva Municipal de Vida Silvestre Valle de Tucabaca, en plena Chiquitania de Bolivia, está indomable. El área protegida fue una de las más dañadas durante los graves incendios de 2019 y ahora las llamas ingresan rápidamente al lugar. Hasta el momento hay, por lo menos, 3300 hectáreas afectadas en la zona.
Al este del país, en el Parque Nacional y Área de Manejo Integrado Otuquis, el fuego ya fue controlado, aunque todavía hay riesgos de reactivación. Hasta el 8 de septiembre, las quemas habían afectado 123 100 hectáreas dentro de esa reserva.
En todo el país, cerca de un millón de hectáreas han sido afectadas por los incendios.
Riesgo en la Chiquitania
El Valle de Tucabaca, que forma parte del municipio de Roboré y está camino a la frontera con Brasil, es parte del bosque seco de la Chiquitania. La reserva municipal, creada en el año 2000 y que tiene una extensión de 262 305 hectáreas, protege un sector importante de este ecosistema, en el que sus serranías y caídas de agua son el principal atractivo. En sus montañas nacen los ríos que abastecen a toda la región y a la zona sur del Pantanal boliviano.
Ese espacio nuevamente está en riesgo por los incendios forestales de este año. En las faldas del valle de Tucabaca ya está presente el fuego; comuneros, bomberos y militares bolivianos trabajan para sofocarlo.
Desde la Gobernación de Santa Cruz se confirmó que el fuego está en las faldas del área protegida y que avanza rápidamente. Por ahora, según la institución, al menos dos kilómetros de esta reserva están afectadas por el fuego.
“Si no logramos controlar los incendios en máximo diez días, vamos a tener un incendio de sexta generación en Roboré. No tenemos la capacidad económica ni logística, nos hacen falta vehículos. Nos quedamos sin una gota de agua y hemos tenido que empezar a salir por el pueblo a tocar puertas para conseguir agua. El fuego ingresó a la reserva de Tucabaca y vimos que por lo menos hay tres kilómetros afectados”, relató el presidente del Comité Cívico de Roboré, Rubén Darío Arias.
De los ocho focos de incendio, cinco están dentro del área protegida de Tucabaca. Arias denunció que el fuego es provocado por avasalladores o invasores que pretenden que el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) reconozca a comunidades fantasmas.
El Observatorio del Bosque Seco Chiquitano de la Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano (FCBC) preparó para este medio un reporte de las cicatrices que hay en la reserva de Tucabaca por los incendios forestales. Entre el 1 de septiembre y el 11 de septiembre de esta gestión, se constató que se quemaron 3300 hectáreas dentro del área protegida. Sin embargo, las quemas en el municipio de Roboré registran una superficie de 8700 hectáreas.
En 2019 esta reserva también se vio afectada, ya que dos tercios de su territorio fueron quemados en esa tragedia ambiental, la peor que vivió Bolivia. Ese año los incendios intencionales se descontrolaron rápidamente, lo que resultó en un megaincendio catastrófico con una intensidad que no se había visto antes. Aproximadamente seis millones de hectáreas fueron quemadas. Tucabaca fue una de las áreas protegidas más afectadas.
En Roboré, municipio cercano al valle de Tucabaca, se detectaron ocho incendios activos y temen que la situación pueda empeorar, debido a la fuerza de las ráfagas del viento y los cambios de dirección. Alejandro Quezada, subgobernador de la provincia Chiquitos de Santa Cruz, informó que los bomberos hacen lo imposible por apagar los incendios, pero las condiciones climáticas, como el viento y la precariedad de lluvias, dificultan las tareas.
En la reserva municipal de Tucabaca se ha registrado un incendio en la zona sureste del área protegida entre el 1 al 12 de septiembre. Según la plataforma de monitoreo satelital Global Forest Watch (GFW), se han reportado 11 alertas de incendio.
Fuego controlado en Otuquis
En Otuquis, el fuego ya está controlado. Los bomberos prácticamente trabajaron solos. Al principio no tenían recursos para aplacar las llamas y hubo días que retrocedieron en su desafío de aplacar el fuego.
Esta zona es hábitat de Ciervos de los pantanos (Blastocerus dichotomus), capibaras (Hydrochoerus hydrochaeris), londras (Pteronura brasiliensis), lagartos (Suborden Lacertilia), borochis (Chrysocyon brachyurus), sicuris (Eunectes beniensis), una variedad de peces y aves migratorias.
Otuquis fue creado en 1997 y desde el 2001 es considerado un sitio Ramsar, al ser parte del pantanal boliviano, uno de los humedales de agua dulce más grandes del mundo. Por su diversidad biológica, es un lugar ideal para la observación de fauna y la fotografía de naturaleza.
En un reporte del Observatorio del Bosque Seco Chiquitano de la Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano (FCBC), se señala que el parque Otuquis sufrió por el avance del fuego en su territorio. Hasta el pasado 12 de septiembre, en el área protegida se quemaron 123 100 hectáreas.
Asimismo, según la plataforma de monitoreo satelital Global Forest Watch, el parque Otuquis sumó, entre el 31 de agosto y el 10 de septiembre, un total de 222 alertas de incendio. Las alertas dan cuenta de que las llamas se concentraron en la zona sur del área protegida, cerca de la frontera con Paraguay y la reserva de biósfera Gran Chaco, ubicada en ese país.
Yovenka Rosado, directora de Recursos Naturales de la Gobernación de Santa Cruz, explicó a Mongabay Latam que el fuego en el parque Otuquis avanzó rápidamente y que hubo jornadas en las que era imposible acceder a las zonas donde las llamas se prendían sin control. La funcionaria detalló que hasta el 9 de septiembre las hectáreas afectadas estaban a punto de llegar a 50 mil.
“Los bomberos están trabajando de día y de noche para combatir las llamas, tomando en cuenta que estos puntos son de magnitud. En el parque Otuquis existían dos puntos de quema de magnitud y por eso solicitamos al Gobierno central recursos, tanto humanos como herramientas, para llegar a los puntos de calor. Se necesitó con urgencia un helicóptero para que pueda dispersar agua desde el aire”, explicó Rosado.
Combate por tierra y aire
El parque Otuquis tiene una superficie de más de un millón de hectáreas, alberga a 1647 especies de plantas, 700 especies de mamíferos, 400 de peces y otras 1100 de mariposas. Esta área protegida se encuentra en el sudeste del departamento de Santa Cruz, en las provincias German Busch y Cordillera. Involucra territorio de los municipios de Puerto Suárez, Puerto Quijarro, Charagua y un pequeño sector del río Pimiento. Está muy cerca de la frontera con la República de Brasil.
El viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes, detalló a este medio que en el parque Otuquis se desplegó personal especializado para combatir las llamas. La autoridad nacional remarcó que se logró contener el fuego en esta área protegida y que ahora existen otras reservas afectadas, como el parque Amboró.
“Debo informarle que el fuego en el parque Otuquis, que está en el municipio de Puerto Suárez, ha sido extinguido. Ya no tenemos incendios en este importante parque. Se ha hecho un trabajo importante desde el 1 de septiembre, cuando tuvimos la noticia de este incendio. El día dos ya habíamos movilizado personal de la Armada Boliviana, el día cuatro hicimos un sobrevuelo y el día cinco instalamos un centro de monitoreo en la zona. Se combatió el incendio por tierra y aire, descargando agua desde el aire. Se hicieron 156 descargas y se utilizaron 108 mil litros de agua. Le puedo decir que es una buena noticia, ya que Otuquis está libre de incendios”, resaltó Calvimontes.
El año pasado Otuquis sufrió más de lo que está sufriendo ahora. En 2021 se afectaron 128 271 hectáreas, cuatro mil más de las que se registraron en esta temporada. Todavía hay personal en la zona con el fin de evitar reactivaciones, indicó Calvimontes.
Cerca del millón de hectáreas incendiadas
En Bolivia hay cuatro departamentos que reportan incendios forestales. Santa Cruz tiene 12 activos, Beni tiene uno y Tarija y Chuquisaca uno más, haciendo un total de 16 municipios afectados con 15 incendios activos. “Lo que más preocupa son las áreas de reserva forestal. Por ejemplo, en el caso de Santa Cruz, donde se amenazaba al Parque Amboró”, señaló el viceministro.
Calvimontes aclaró que entre el personal movilizado para combatir los incendios forestales hay 132 instructores, 848 combatientes forestales, haciendo un total de 980 bomberos atendiendo los siniestros en el país. A ellos se suma la movilización de 10.513 efectivos militares para colaborar en las tareas de mitigación del fuego.
“Este año, de enero a la fecha, casi 900 000 hectáreas se han quemado, comparados con los más de 5 millones de hectáreas del 2019 se ve una reducción significativa. Sin embargo, nuestra meta de esta gestión es evitar que la cifra afectada llegue a los 1.5 millones y para ello estamos redoblando los esfuerzos”, aseguró la autoridad.
El comandante de la Unidad de Bomberos Forestales de la Gobernación de Santa Cruz, Benjamín Calle, también lanzó la buena noticia: el fuego en Otuquis ha sido controlado en las últimas horas y se espera que en los siguientes días el incendio entre en la etapa de liquidación. Actualmente las brigadas monitorean la zona.
En el Parque Nacional Noel Kempff Mercado la situación también está controlada. Ahí, hasta el 12 de septiembre, se quemaron 78 300 hectáreas.
El oriente boliviano vive días difíciles por los incendios forestales y sus efectos. En muchas ciudades se reportaron afecciones oftalmológicas y respiratorias.
El temor de que se reactive el fuego en lugares como en el Parque Otuquis sigue presente.
* Imagen principal: Incendios en cercanías de la comunidad de Quitunuquiña, municipio de Roboré en el departamento de Santa Cruz. Foto: Claudia Belaunde.
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