- En grupos de Facebook de Progreso, Yucatán, se vende caracol rosado ilegalmente usando la palabra clave “jícama”.
- Aunque el caracol rosado está en veda permanente desde 1988, pescadores furtivos lo siguen capturando y vendiendo sin restricciones.
- Este molusco se busca por su carne, sus conchas y las perlas valiosas que puede contener.
- De acuerdo a la información oficial, existe un subregistro de las autoridades sobre la pesca ilegal del caracol rosado y los esfuerzos actuales son insuficientes para contrarrestar los impactos en la especie.
Una mujer que vive en una localidad del municipio de Progreso, en Yucatán, al sur de México, ofrece en grupos de Facebook ceviches que ella misma prepara. Son de camarón, pulpo o jícama, dice. La jícama es un tubérculo muy común en el país, pero en esta red social funciona como un código, una palabra clave que significa que lo que se vende es o contiene caracol rosado (Aliger gigas, antes Lobatus gigas y Strombus gigas), un molusco que debe su nombre al rosa de su concha.
En 1988, el gobierno mexicano declaró que este caracol había sido explotado de forma intensiva y prohibió su captura en el estado de Yucatán. La prohibición, o veda permanente, se mantiene hasta la actualidad. Sin embargo, esta investigación demuestra que se pesca y comercializa de manera ilegal.
“A mí me lo vienen a vender aquí”, asegura la mujer que prepara en su casa los platillos con caracol rosado y los envía a domicilio. “Como sé que la gente lo consume y como soy vendedora de ceviches, lo compro para mi venta. Algunas veces, cuando no me sale el ceviche, ya lo vendo por kilo”, cuenta.
La cevichera compra el kilo de caracol rosado a 200 pesos mexicanos (11 dólares) y después de limpiarlo y quitarle las partes que considera no comestibles, vende la carne a 230 pesos el kilo (12 dólares). Cuando lo prepara en ceviche, vende la porción de 800 gramos a 170 pesos (9 dólares) y lo ofrece por redes sociales con la palabra clave que todos usan: jícama, aunque no sabe por qué le dicen así.
“Es rico y la gente lo consume mucho. Sé que está en veda, pero cualquiera de los pescadores te lo puede vender. Es como la captura del pulpo que está en veda [temporal], pero cualquier persona te lo viene a vender o lo puedes conseguir en cualquier lado”, asegura la mujer.
A la pregunta de si mucha gente se dedica a la venta de ceviche de caracol, la mujer no vacila: ”Sí, la verdad que en Progreso, sí”, dice.

La versión de la cevichera es confirmada en diferentes grupos de venta en redes sociales. Mongabay Latam identificó seis usuarios que ofrecen caracol rosado preparado en ceviche o sólo la carne en grupos de Facebook integrados por personas de la cabecera municipal de Progreso o de las localidades del municipio. En las ofertas de venta, todas publicaciones de este año, adjuntan fotos de caracol picado con tomate, cebolla y otras verduras, la pulpa sola empaquetada en bolsas y cientos de especímenes en congeladores.
Otra vendedora que tiene una pequeña coctelería en la cabecera municipal de Progreso, a medio kilómetro del nuevo malecón internacional, ofrece en sus redes sociales aguachiles, cócteles y ceviche de caracol en botes de un litro. Cuando este medio se puso en contacto con ella, dijo que vendía la orden con 200 gramos de molusco más verduras a 310 pesos. Comentó que era muy fresco, pero no quiso dar detalles sobre el lugar de donde provenía.
Entre los mensajes de venta de ceviche, una cuenta de Facebook ofrece caracol rosado desde 2021. Una de sus publicaciones más recientes, de junio pasado, incluye fotos de caracol congelado, con varios especímenes por empaque y cientos de bolsas almacenadas en congeladores.
Alejandro Medina Quej, ecólogo marino y profesor e investigador en el Instituto Tecnológico de Chetumal, monitorea esta especie de caracol desde 2010 en Quintana Roo. El experto revisó las fotografías de todas las publicaciones identificadas en Facebook donde se ve carne de caracoles y confirmó que todas muestran a hembras y machos de caracol rosado.
Ninguna de las dos mujeres entrevistadas sabe con certeza o quiere decir de dónde proviene el caracol rosado que utilizan para preparar sus ceviches. No obstante, ambas lo ofrecen cerca del puerto de Progreso, a 140 kilómetros del Parque Nacional Arrecife Alacranes, un área natural protegida de gran importancia, ya que conforma la estructura coralina más grande del Golfo de México, así como el único arrecife conocido y descrito del estado de Yucatán.
Este parque fue declarado área natural protegida en 1994, con el objetivo de conservar su diversidad biológica, proteger el acervo genético y fomentar el uso sustentable de sus recursos. Sin embargo, enfrenta un problema constante de pesca ilegal de caracol rosado, según información de la Secretaría de Marina, testimonios de líderes pesqueros y del propio director del parque obtenidos por Mongabay Latam.

Pesca de caracol en el parque
Uno de los casos más recientes de pesca ilegal en esta área natural protegida ocurrió el 13 de mayo de 2025. La Secretaría de Marina informó que, junto con la Armada de México y la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca), detuvieron a tres hombres en una embarcación que transportaba 132 kilos de caracol rosado dentro del Parque Nacional Arrecife Alacranes.
Las personas detenidas habían zarpado días antes desde la caleta de Progreso, pero al quedarse sin combustible tuvieron que pedir ayuda a la Marina. El personal naval, al abordar la embarcación, lo primero que advirtió fue que ésta no tenía nombre ni matrícula. Una inspección más detallada reveló un doble fondo donde escondían el caracol rosado.
Los tres hombres, la embarcación y los caracoles fueron puestos a disposición de la Fiscalía General de la República (FGR), que inició una investigación.
Cristóbal Enrique Cáceres, director del Parque Nacional Arrecife Alacranes, explica que el área funciona como una incubadora natural, ya que en ella se concentran todas las especies comerciales en su etapa reproductiva. “Cuando las crías crecen y llegan a un estado juvenil, se acercan a la costa y son las que alimentan [a las personas que habitan en] toda la costa norte de la península de Yucatán”, asegura el funcionario.
Los pescadores autorizados para capturar langosta han informado al director sobre embarcaciones no autorizadas extrayendo langosta y otras especies, como el caracol. “Una de las especies por la que normalmente los furtivos van es el caracol, que está en veda permanente para el estado de Yucatán, y es una especie muy solicitada en los restaurantes y por la gente en general”, comenta el funcionario.

Cáceres añade que la detención de la embarcación con caracol en mayo pasado forma parte de las acciones de protección dentro del Arrecife Alacranes que se han implementado a partir de un convenio, que comenzó en 2024 y que fue renovado este año, entre la Comisión Nacional de Áreas Protegidas (Conanp) y el Gobierno del estado de Yucatán. Señala que, desde noviembre pasado hasta mayo, han detenido siete embarcaciones que realizaban pesca ilegal en el parque.
A partir de esa alianza, se incorporaron seis guardaparques del gobierno de Yucatán al equipo existente de cinco de la Conanp, para un total de 11 personas dedicadas a la vigilancia y conservación del parque. Además, Arrecife Alacranes fue equipado con dos embarcaciones y equipo de buceo. También se mejoró la estación de campo del área protegida con la instalación de paneles solares e internet satelital, lo que permite mantener comunicación constante con el continente.
Según el director del parque, gracias a la alianza con el gobierno estatal, hoy pueden cubrir un área más amplia para monitorear las especies que habitan el arrecife y realizar más recorridos, por períodos más prolongados, para vigilar que no haya pesca ilegal.
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“Entre 2024 y 2025, hemos visto una notoria disminución de embarcaciones furtivas en el sitio”, asegura Cáceres. “Los pescadores furtivos saben que ya estamos ahí y que nuestras embarcaciones tienen la capacidad para poder alcanzarlos. Ya saben que se arriesgan a ser detenidos y consignados a la autoridad correspondiente. Ya les da un poco de temor y sí ha generado una disminución en la pesca furtiva del sitio”, insiste el funcionario.
Sin embargo, los datos de la Secretaría de Marina y la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca), las dos entidades que tienen a su cargo la administración, conservación, desarrollo y vigilancia del parque nacional, no reflejan la la información entregada por Cáceres. Hay un subregistro de la pesca ilegal en la zona.
La Secretaría de Marina informó que, desde 2014 a la actualidad, sólo tiene registros de dos incidentes de pesca ilegal en la zona, ambos relacionados con delitos contra la biodiversidad y específicamente con caracol rosado. El primero de ellos corresponde a los tres hombres varados en el parque por falta de gasolina; el segundo, ocurrió el 2 de enero de 2023, cuando se decomisaron 15 kilos de este molusco aunque fue en Chicxulub Puerto, municipio de Progreso, y no dentro del Parque Nacional.

Por su parte, Conapesca señaló que, tras una búsqueda exhaustiva en sus archivos, no encontró registros de pesca ilegal dentro del parque entre 2014 y 2025. En contraste, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), la entidad encargada de hacer cumplir la justicia ambiental en México, proporcionó un listado de 12 embarcaciones identificadas pescando ilegalmente en el parque durante ese mismo periodo, aunque no especificó qué especies.
En la última década, según datos de la Profepa, sólo se impusieron cuatro sanciones con multas que oscilaron entre los 100 000 pesos mexicanos (5343 dólares) y 120 000 pesos mexicanos (6412 dólares) por pesca ilegal en el parque nacional. No obstante, ninguna de esas multas fueron pagadas y ninguna persona resultó detenida.
Los pescadores que vigilan
Tres líderes pesqueros, cuyas agrupaciones se dedican a la captura de langosta en Yucatán y que son afectados por la pesca furtiva de esta especie durante época de veda, coinciden en que hay pesca ilegal de caracol rosado en el Parque Nacional Arrecife Alacranes. Ellos mismos o sus colegas de las cooperativas de pescadores la han visto mientras hacen labores de vigilancia en la zona, como parte de un acuerdo de colaboración con la Marina y Conapesca.
Mariano Canul Uicab, presidente de la Federación de Sociedades Cooperativas Pesqueras del Centro-Poniente del estado de Yucatán, dice en entrevista que aunque vedaron el aprovechamiento de esta especie, jamás la cuidaron para evitar que fuera capturada de forma ilegal.
“Lo cerraron, el caracol aumentó, y los furtivos llegaron y lo vieron. No faltó quien, con dinero, dijera ‘hay mucho caracol, vamos a trabajar, te compro una lancha’”, relata el líder pesquero.
José Luis Carrillo Galaz, presidente de la Confederación Mexicana de Cooperativas Pesqueras y Acuícolas, explica que los pescadores de su agrupación tienen un comité de inspección y vigilancia comunitario en el parque. Ellos aportan embarcaciones, personal e insumos para llegar a la zona y, en coordinación con la Marina y Conapesca, realizan recorridos en áreas donde hay presencia de pesca ilegal. Es así cómo han detectado que se pesca caracol todo el año.
“De manera permanente hay embarcaciones menores trabajando caracol, langosta y mero en época de veda. El mes pasado vimos dos embarcaciones capturando caracol y langosta. Eso es de manera común y permanente”, cuenta.
El líder pesquero explica que, al ser una zona de reserva protegida, siempre hay abundancia de recursos, lo que la convierte en un punto muy atractivo para los pescadores ilegales. Muchos de ellos se arriesgan a llegar desde la costa continental hasta el parque porque saben que ahí podrán capturar muchos animales.

“Es muy importante que la Marina realmente se involucre aún más en el tema de la pesca ilegal. Sabemos que cumple con algunos objetivos como es el tema de narcóticos, sobre el tema de seguridad, pero el tema de la pesca ilegal, ya es un asunto de seguridad nacional y como tal la Marina debería considerarlo”, sostiene Carillo. El pescador se refiere a los enfrentamientos que ya se han registrado entre pescadores furtivos y quienes trabajan con permisos.
Los pescadores que integran la Federación de Cooperativas Pesqueras Turísticas Acuícolas y Artesanales de Yucatán también decidieron hacer labores de vigilancia en el parque tras identificar pesca ilegal de especies en vedas permanentes y parciales, entre ellas el caracol rosado.
“Hay muchas personas haciendo pesca ilegal en esas áreas. Las embarcaciones son en muchos casos locales de Progreso y sus comisarías aledañas. Son lanchas rápidas de 25 pies con motores que van desde los 90 a 250 caballos de fuerza, sin cubiertas. Son lanchas ribereñas, pero con motores nuevos, equipadas con radios y antenas satelitales, tienen internet automáticamente”, describe Ana María Frías Salazar, presidenta de la federación.
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Además, agrega que los pescadores furtivos utilizan compresores de aire para bucear. Esta es una técnica muy depredadora, ya que estos equipos permiten un flujo continuo de aire a los buzos, lo que aumenta sus horas de inmersión y, con ello, el tiempo dedicado a la pesca. La líder pesquera explica que, mediante este método, arrasan con todo lo que encuentran en el fondo marino: especies de escama, langosta o caracol. Según Frías, se han detectado embarcaciones que transportaban hasta 400 kilos de caracol.
La líder pesquera señala que han interpuesto denuncias con diversas autoridades por la venta de la carne del caracol en redes sociales. Como confirmamos para este reportaje, explica que la carne se comercializa en grupos de Facebook, donde se ofrecen en diferentes presentaciones: entero, pelado, picado y confirma que la palabra clave para encontrarlo es “jícama”.
Frías explica que ha habido un auge en la pesca de caracol, impulsado no solo por su carne, sino también porque en algunos casos se han encontrado perlas en su interior. Señala que estas perlas pueden alcanzar precios muy altos, que van desde los 50 000 pesos mexicanos (2672 dólares) hasta los 400 000 pesos mexicanos (21 373 dólares).

«A veces no van tanto por vender la pulpa del caracol, sino por lo que muchas veces se encuentra en su carne. Lo de las perlas es un negocio cerrado, lo mantienen más encubierto, pero nosotros nos enteramos porque en el ambiente es un secreto a voces”, asegura.
De acuerdo con Frías, el principal problema se encuentra en la flota menor, compuesta por lanchas pequeñas. Estas embarcaciones operan sin chips de rastreo, lo que impide tener control sobre ellas o saber cuántas ingresan al parque nacional.
«No creemos que sea suficiente lo que están haciendo, porque al final de cuentas no hay actas y no hay gente detenida. Al año solamente hay dos o tres embarcaciones detenidas. No ha habido castigos ni penas severas para los infractores, y hay quienes son hasta reincidentes dos o tres veces. Los agarran y al día siguiente ya salieron”, dice.
Hasta la publicación de este reportaje, la Secretaría de Marina y Conapesca no respondieron a las preguntas enviadas por Mongabay Latam ni a las solicitudes de entrevista para conocer sus acciones respecto a la pesca y comercialización ilegal de caracol rosado en Yucatán, detectadas mediante esta investigación. Ambas dependencias fueron contactadas con el fin de obtener sus comentarios sobre esta problemática, sin que al momento se haya recibido respuesta.
Cambio de administración para proteger mejor
No sólo los pescadores regulados han intentado proteger el caracol. Alejandro Olivera, representante en México del Centro para la Diversidad Biológica, cuenta que en 2021 esta organización presentó una petición a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), para que incluyera al caracol rosado en la norma oficial mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010, una regulación que enlista a las especies en riesgo de extinción. Hasta el momento, la solicitud no ha sido atendida.
“Nos hemos estado enfocando en especies como los pepinos [de mar] y el caracol porque vemos que las poblaciones se encuentran muy mermadas y que la gestión de Conapesca los ha llevado a esta situación”, comenta Olivera.
Si el caracol rosado se incluye en la NOM-059, su manejo pasaría de Conapesca a Semarnat, lo que, según Olivera, permitiría una gestión más efectiva y orientada a la conservación. Explica que esto facilitaría la aplicación de medidas como el monitoreo constante de la especie y la entrega regular de informes técnicos, lo que ayudaría a protegerla. Añade que el caracol rosado no solo se captura por su carne, sino también por sus conchas, que se venden como ornamento.
“El caracol rosado tiene la función de comer, filtrar y limpiar todo el fondo marino. Además, controla el crecimiento de algas o pastos y es alimento para muchas otras especies. Entonces, es clave para mantener los sistemas sanos. Es una lástima que una especie que alguna vez fue tan abundante en toda esa región no se haya podido gestionar adecuadamente y su población se haya reducido drásticamente”, dice el especialista.
La disminución del caracol rosado en toda su área de distribución en el Caribe llevó a que, en 1992, fuera incluido en el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), con el propósito de controlar su comercio internacional y dar seguimiento a su explotación.
Dado que en otros estados de México el caracol rosado sí se puede extraer bajo ciertas condiciones, como en Quintana Roo, por ejemplo, donde la veda es temporal, la especie se exporta a otros países. Entre 2014 y 2023, México exportó 477 conchas de caracol rosado y tres toneladas de su carne a varios destinos, aunque no existe información para saber si esos especímenes provenían de lugares donde su captura está autorizada o de Yucatán. Estados Unidos, Alemania, Japón, España, Canadá, Nueva Zelanda y China fueron los principales compradores, según la base de datos de CITES.
El investigador Alejandro Medina Quej señala que las dependencias gubernamentales encargadas de proteger el caracol rosado deben ampliar su vigilancia a restaurantes, tiendas y mercados para asegurar el cumplimiento de la veda.
El investigador asegura que un buen ejemplo de protección de esta especie se da en San Pedro, Belice, donde las autoridades establecen una cuota de captura, se respeta la veda y se permite un mes adicional para comercializar el producto en restaurantes y mercados. Pasado ese tiempo, se retira de los menús porque ya no se permite su venta. Esta regulación se cumple gracias a una vigilancia constante, lo que ha contribuido al buen manejo del recurso, asegura.
“Si se aplica de esta forma, evitamos ese comercio. Hay que dar seguimiento no solo a la pesca, sino también a la comercialización”, concluye el especialista.
*Imagen Principal: caracol rosado. Foto: Revista Science-Shane Gross /NPL/Minden