¿Qué sucede en el Canal de la Patria y por qué preocupa?
El Canal de la Patria, una obra pública de riego de unos 250 kilómetros, ubicada en la provincia de Santiago del Estero, en Argentina, se ha convertido en un verdadero peligro para los animales silvestres. Más de 250 ejemplares han muerto ahogados debido a fallas técnicas y ambientales graves. Esta situación ha generado una profunda preocupación en organizaciones ambientales y expertos, ya que varias especies en peligro de extinción están siendo afectadas.
¿Cuáles son las causas que hacen del canal una trampa mortal?
El diseño del canal presenta un problema clave: sus paredes son de hormigón, resbaladizas e inclinadas, lo que impide que los animales logren salir una vez que entran a beber agua. Además, la estructura no incluye corredores de fauna para facilitar el tránsito seguro de las especies en el área.
¿Quiénes están interviniendo frente a este problema ambiental?
Tres organizaciones no gubernamentales – Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), Vida Silvestre y Aves Argentinas – han llevado el caso ante la Corte Suprema de Justicia argentina. Exigen que se tomen medidas urgentes para proteger a la fauna del Chaco americano. Reclaman al Estado nacional y a la provincia de Santiago del Estero por supuestamente violar derechos ambientales y humanos.
¿Qué especies están siendo las más afectadas?
Entre los animales más afectados hay fauna en estado vulnerable, como el oso hormiguero gigante. También se han reportado muertes de tortugas terrestres argentinas, corzuelas pardas, pecaríes de collar, mulitas, osos meleros y matacos bola, entre otras especies relevantes para el ecosistema local.
¿Qué dicen los expertos sobre el impacto ambiental del canal?
“Al construirse con cemento, los animales entran a tomar agua, en medio de una región seca, pero luego no pueden salir. No cuenta con corredores de fauna”, señala Cristian Fernández, coordinador del área de Asuntos Legales de Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN).
Imagen principal: una escalera instalada en el canal, que no contó con los estudios técnicos y ambientales necesarios para evitar el ahogamiento de al menos 250 animales silvestres, muchos de ellos en peligro de extinción. Foto: cortesía Denise Griguol / FARN