Pozos petroleros abandonados, ríos y lagos contaminados, hoyos con crudo en medio de una escuela. Aunque no lo creas, estas son algunas de las escenas tóxicas detrás de los más de tres mil pasivos ambientales que ha dejado la industria petrolera en Perú. Lo peor: ninguno ha sido limpiado y el Estado aún no ha identificado a las empresas responsables.
Norte del Perú, el epicentro de los pasivos ambientales
La nueva base de datos construida y analizada arroja datos significativos y alarmantes: la región más impactada por pasivos ambientales sigue siendo el norte del Perú, donde se registran 3225 casos de afectación petrolera, de los cuales 3127 se localizan en Piura y 98 en Tumbes. Otras zonas dañadas se detectaron en Loreto con 14 áreas contaminadas y Puno con 10.
Si nos enfocamos en el norte peruano, el caso de Negritos en el distrito de la Brea en Piura es el más crítico. No solo porque es el primer pasivo ambiental de la industria petrolera en Perú, sino porque han pasado más de 150 años y aún no ha sido remediado.Desde las primeras perforaciones en 1873 hasta la privatización y adjudicación de lotes petroleros en la década de 1990, a ninguna empresa se le ordenó rehabilitar los sitios afectados. Más de la mitad de todos los pasivos ambientales del país, se encuentran precisamente en La Brea. Del total ubicado en este distrito,40 pasivos registran un nivel alto de riesgo a la salud, 88 con un nivel alto de riesgo físico—asociado a la infraestructura petrolera abandonada— y 18 presentan un nivel alto de riesgo a la calidad ambiental. Esto coincide con las cifras de un informe de la organización internacional Oxfam.
Un equipo periodístico de Mongabay Latam recorrió el asentamiento humano Villa Hermosa, en la localidad de Negritos, en Piura, y las escenas que presenció son trágicas. Niños reubicados de su escuela porque el olor a petróleo y gas era intolerable, casas familiares que se van resquebrajando por la presión del gas que intenta salir a la superficie, calles con forados abiertos por las autoridades para confirmar lo que todos ya saben: Villa Hermosa está asentada sobre decenas de pasivos ambientales.
La presidenta de la Asociación de Defensores del Ambiente y Derechos Humanos de Sechura (Adeadsec), Rosa Gómez Nunura, explica que la batalla para exigir la reparación ambiental en el norte peruano persiste sin éxito desde el 2010. Lo único que ha cambiado es que el gobierno ha comenzado ahora a promover nuevas concesiones en el norte peruano.“Estamos hablando desde Cabo Blanco (Tumbes) hasta Chimbote, donde el Estado peruano, lejos de amparar la protección de nuestros ecosistemas parece querer concesionar toda nuestra bahía”, cuestiona.
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