Una Antigua tecnología amazonica podría salvar el mundo
Una Antigua tecnología amazonica podría salvar el mundo
Rhett Butler, es.mongabay.com
Traducido por Emilio Constantino
16/9/2008
Terra preta o Tierra Negra, el antiguo suelo a base de carbón vegetal utilizado por los antiguos habitantes de la Amazonía para crear tierras agrícolas permanentemente fértiles en la selva, está siendo seriamente considerado como una de las maneras de lucha contra el calentamiento global y a su vez suplir demandas locales de energía, reporta un artículo de la revista Scientific American.
El suelo, que se distingue de la tierra amazónica convencional por su color negro y su riqueza mineral, se cree fue hecho por pueblos pre-colombinos mediante un proceso de adicionar carbón vegetal y huesos de animales al suelo regular para crear un híbrido altamente fértil, ideal para la agricultura. El carbón vegetal es el ingrediente esencial de la Terra Preta, el cual da al suelo una sustancial calidad al fijarse la materia orgánica a los compuesto por medio de la oxidación, reteniendo humead y nutrientes. A pesar de estos beneficios, el carbón carece de nutrientes substanciales por sí mismo, por lo cual los Indígenas enriquecían el suelo con desechos orgánicos como los huesos de tortugas, pescado y aves, dándole a la Terra Preta cantidades mucho mas altas de calcio, nitrógeno, fósforo y azufre que la tierra típica. Entonces, cuando se maneja adecuadamente, la Terra Preta puede eliminar el agotamiento por estrés agrícola mucho más tiempo que el suelo común.
Aunque la fórmula exacta para re-crear la Terra Preta se perdió con la desaparición de los pueblos amazónicos, los científicos del suelo están mirando a la pirolisis, un proceso en el cual la biomasa es quemada a altas temperaturas en ausencia de oxígeno, para producir el agrocarbón – o agrichar -, “un subproducto del carbón vegetal que puede ser usado como fertilizante, y bio-combustible, el cual es una mezcla de hidrocarburos oxigenados que pueden ser utilizados para generar calor o electricidad”, escribe Anne Casselman para Scientific American.
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“Debido a que este sub-producto del carbón, o agrocarbón, no se degrada fácilmente, puede agarrar por miles de años casi todo el carbón que contiene, en vez de liberarlo a la atmósfera como el gas de invernadero Dióxido de carbono. A la larga, podrá incrementar la producción agrícola debido a su habilidad de retener los nutrientes y la humedad”, continúa diciendo.
Casselman anota que hay además otros beneficios.
“Hay otras cosas interesantes: Aumentar la producción de bio-combustibles puede reducir la dependencia de un país por el petróleo extranjero. En los trópicos, al incrementar la productividad del suelo se incrementa el período productivo por año, lo cual puede ayudar a reducir la presión sobre la deforestación de sitios candentes o Hot Spots de biodiversidad. Los nuevos mercados para productos agrícolas, los cuales en efecto se convierten en fuentes de combustible, podrían mejorar las economías rurales de todo el mundo, así como la demanda de etanol a incrementado el precio del maíz”, escribe ella.
“El uso de este agro-carbón también promete combatir las zonas muertas del mar, como la del Golfo de México, causada por la escorrentía de nutrientes agrícolas ricos en nitrógeno y fósforo. El agrocarbón reduce la necesidad de fertilizantes artificiales al ayudar a que el suelo retenga los nutrientes. Adicionalmente, puede fabricarse a partir de los mismos desechos y vertimientos que de otra manera contaminarán los océanos”.
A pesar del potencial del abrochar similar a la Terra Preta, solo ha habido un interés limitado fuera del círculo económico. Pero esto podría cambiar pronto. El senador Ken Salazar, un demócrata de Colorado, está adelantando un artículo sobre el Agrocarbón y tratará de anexarlo a la Ley Nacional Agraria, dice Casselman.
“Incluirlo en la Ley Nacional Agraria garantizaría virtualmente subsidios para la investigación y la aplicación del proceso Agrocarbón”, anota.
De todas maneras, reporta Casselman, algunos son escépticos de que los científicos de suelos serán capaces algún día de replicar la Terra Preta.
“El secreto de la Terra Preta no es sólo aplicar carbón y gallinaza – debe haber algo más”, como le dice Bruno Glaser, un científico de suelos de la Universidad Bayreuth en Alemania. “Necesitará de 50 a 100 años para obtener una combinación similar entre carbón vegetal estable y los ingredientes.”
“Soy escéptico sobre el adicionar una fuente pura de carbón”, le dijo Stanley Buol, un profesor emérito del departamento de suelos de la Universidad del Estado de Carolina del Norte, a Casselman. “Este será negro y se verá bueno, pero ¿contendrá suficientes iones inorgánicos, como fósforo y nitrógeno, esenciales para el crecimiento de las plantas?”