- Con la exportación de madera y nueces la líder indígena ha logrado mejorar la vida de más de 300 indígenas en la comunidad de Tres Islas.
- En 2015 exportaron más de 4000 toneladas de nueces equivalentes a 31 millones de dólares.
- Payaba denuncia que la minería ilegal es la actividad extractiva que daña sus fuentes de alimentos, los ríos. Con el comercio sostenible lucha día a día para que la minería y la tala ilegal se acaben en la región de Madre de Dios.
En la región de Madre de Dios también existe la tala de madera responsable que genera riqueza económica. Así lo dijo frente a conservacionistas, diplomáticos y líderes indígenas de alrededor del mundo en la cumbre internacional de la Alianza para los Bosques (Rainforest Alliance) de 2016 celebrada en la ciudad de Nueva York, la líder indígena Juana Payaba Cachique de la comunidad de “Tres Islas”, que reúne a más de 300 indígenas shipibo y ese’eja.
A través de la comercialización de madera certificada y de productos no maderables como la nuez de Brasil, la comunidad de “Tres Islas” ha logrado mejorar la calidad de vida de sus 320 miembros posesionarios de 32 000 hectáreas en tierra boscosa.
Con el apoyo de la asociación Alianza para los Bosques, que visita a las comunidades desde hace 6 años, “Tres Islas” ha podido acceder a crédito y al mercado internacional.
Juana Payaba, coronada con un penacho de plumas, pudo exponer frente a todos su experiencia con el comercio sostenible. El año pasado la comunidad exportó 4000 toneladas de nueces de Brasil descascaradas por un valor de 31 millones de dólares. Incluso ha creado su marca comercial “Ohee”. Muchos de sus productos ahora se consumen en restaurantes gourmet en todo el país.
Un ejemplo contra la tala y la minería ilegal
Sin embargo, Juana Payaba no quiere que su historia de éxito verde se quede en Tres Islas, ubicada en la subcuenca del río Madre de Dios, en el distrito y provincia de Tambopata, sino que se expanda a toda la región.
Su comunidad conoce de cerca el problema que invade poco a poco a la Reserva Nacional de Tambopata. “La minería de oro ilegal, que contamina los ríos, las fuentes de alimentos”, así responde Payaba cuando se le pregunta cuál es la mayor amenaza para su localidad.
Con su ejemplo quiere demostrar a las demás comunidades y pobladores que sí se puede crecer económicamente, respetar la multiculturalidad y los derechos indígenas.
No obstante, la comunidad tiene otros problemas. Tienen posesión sobre el suelo, no sobre el subsuelo por ley, por lo que las empresas mineras presionan a la comunidad para que accedan a que se explote su tierra. “La solución a esto no vendrá del Gobierno, sino de nuestro compromiso”. Por eso la lideresa insta a otras organizaciones a unirse para promover alternativas de producción sostenibles.
“Estoy convencida de que podemos hacer esto juntos y asegurar un futuro mejor para las próximas generaciones”, aseguró.