- El bagre gigante (Pangasianodon gigas) que habita el Mekong al sureste de Asia es el pez de agua dulce más grande del mundo. El ejemplar más grande de esta especie pesa, increíblemente, 650 libras (300 kilogramos), y puede crecer hasta alcanzar los diez pies (tres metros) de longitud.
- Se cree que la especie ha decrecido en número en un 80 % en las últimas décadas, aunque no exista un cálculo aproximado de la población del pez. El repentino aumento en la construcción de represas hidroeléctricas en el Mekong podría causar la extinción de la especie.
- Una gran cantidad de represas, ya sea en construcción o planificadas, amenazan la especie al bloquear el camino de migración natural del bagre, lo que podría causar su extinción. La represa Xayaburi, la cual ya se terminó de construir, representa la amenaza más cercana a la especie.
- La radiotelemetría y las técnicas medioambientales del ADN son esenciales para el estudio y el monitoreo de esta especie en su hábitat. Algunos conservacionistas que trabajan en la represa Sambor que se planea construir en Camboya tienen la esperanza de poder ayudar al gobierno a diseñar un proyecto que pueda mejorar enormemente la conexión acuática.
La humanidad rara vez parece entusiasmarse por la conservación de las especies de peces. Esto quizás suceda porque los peces son en gran parte invisibles para nosotros, criaturas moradoras de la tierra, salvo cuando llegan en un plato como nuestra comida. Sin embargo, si hay algún pez que merece un lugar en la lista de Animales Casi Famosos Asiáticos en peligro de extinción, ese es el sirulo gigante del Mekong (Pangasianodon gigas).
El bagre gigante es el pez de agua dulce más grande del mundo, y el ejemplar más grande de la especie pesaría unas 650 libras (300 kilogramos) y podría medir hasta unos diez pies (tres metros) de longitud. Esta especie habita a lo largo del río Mekong, al sureste de Asia, y la salud de estos peces está relacionada de una forma inexplicable con la salud del río.
Lamentablemente, el pronóstico no es bueno. Se cree que la población del bagre gigante ha disminuido en un 80 % en las últimas décadas. La especie se encuentra en la lista de la UICN como especie en Peligro Crítico. Sin embargo, nadie sabe cuántos ejemplares de la especie sobreviven en el Mekong hoy en día. El futuro desarrollo en el río no es favorable.
Lo que le suceda al río Mekong, le sucederá al bagre gigante
“Al ser uno de los peces de agua dulce más grandes de la tierra, el bagre gigante es un símbolo de la salud y de la integridad del río Mekong”, afirma Zeb Hogan, ecologista de la Universidad de Nevada en Reno, quien ha estado estudiando la especie por casi veinte años. “En un río como el Mekong, el pez más grande desaparece primero, por lo que la disminución en número del bagre gigante nos advierte sobre el peligro de la pesca excesiva y de otros problemas en el medio ambiente”, explica Hogan.
Aunque el río Mekong no sea tan famoso como el río Amazonas, con abundancia de especies, es el hábitat de más de 1200 especies descritas de peces y, también, un auténtico tesoro de biodiversidad que compite con el gran río de Sudamérica.
Sin embargo, el Mekong y sus especies acuáticas enfrentan muchas amenazas relacionadas entre sí, y que se extienden desde las represas y la pesca excesiva hasta la contaminación y el cambio climático.
Uno de los problemas más subyacentes es el crecimiento de la población al sureste de Asia, lo cual afecta a toda la línea divisoria de aguas del Mekong. El hecho de tener que alimentar a más personas conlleva a la pesca excesiva, al igual que el hecho de que aumente la riqueza implica que las personas van a comer más, sin importarles el problema. A su vez, alimentar a una población que crece constantemente conlleva la expansión y la competencia agrícola sobre un recurso limitado que es el agua, como también el incremento de la contaminación a causa de los pesticidas, los fertilizantes y las heces de animales.
Muchas personas pescan, pero hay pocos peces
La pesca excesiva es uno de los mayores problemas para las vías fluviales internas a nivel global, y ya es clara la señal de una crisis en aumento en las estadísticas de pesca en el río Mekong. El número de personas que pescan en el lago Tonle Sap, una de las partes de la cuenca del río Mekong cuya ecología se encuentra en estado crítico, por ejemplo, ha aumentado, ya que de 360 000 personas en 1940, alcanzó la increíble cantidad de 1.3 millones en 1995.
Durante ese tiempo, la pesca por persona disminuyó a la mitad. El tipo de pesca también cambió. En el pasado, se pescaban predominantemente los peces grandes, pero los peces pequeños son los que más abundan en la pesca de hoy en día en el lago Tonle Sap, lo cual indica que los peces grandes y en etapa de madurez han desaparecido de la población.
“Los ecosistemas de agua dulce son increíblemente importantes para la salud y el bienestar de las personas y de la fauna, pero también son uno de los ecosistemas que está bajo la mayor amenaza a nivel global”, advierte Erin Loury, biólogo pesquero en FISHBIO y miembro de la Red de Pesca del Mekong.
El cambio climático también está teniendo un impacto a lo largo de la región, ya se han registrado una disminución de lluvia y el aumento de la temperatura del agua. Azotado por el fenómeno climático conocido como “El Niño”, Vietnam sufrió graves sequías en 2015 y a principios de 2016, lo cual causó que el Delta del río Mekong alcanzara el nivel más bajo que se ha registrado en 100 años. Países vecinos como Camboya y Tailandia también han sufrido olas de calor extremas y escasez de agua, razón por la cual China se vio forzada a abrir las puertas de sus represas en el río Mekong para proporcionar más agua a los países que se encuentran río abajo en la cuenca del Mekong.
Todos estos problemas no solo amenazan al bagre gigante del Mekong, sino también a millones de personas a lo largo del sureste de Asia, quienes dependen del río para subsistir. “El río Mekong es uno de los ríos más productivos de la tierra y del cual dependen más de 70 millones de personas”, resalta Hogan. Tanto el destino de estas personas como el del bagre gigante dependen de la forma en la que se maneje el desarrollo del río Mekong.
La prisa por construir represas en el río Mekong
Las represas podrían ser la única y la mayor amenaza para el ecosistema del río Mekong y para la migración del bagre gigante. Los gobiernos y pueblos del sureste de Asia quieren, cada vez más, evitar el uso de los combustibles fósiles altamente contaminantes como fuente de energía, ya que consideran que la energía hidráulica es una alternativa viable y atractiva.
El gobierno de la República Democrática Popular Lao ha declarado que su propósito es convertirse en “el motor del sureste de Asia”, y, ciertamente, el río Mekong tiene el potencial suficiente para conseguirlo. El potencial de energía hidráulica estimado de toda la cuenca del río Mekong es de 53 000 megavatios, lo cual es casi un tercio de la energía necesaria que se espera para el año 2025 para Camboya, la República Democrática Popular Lao, Tailandia y Vietnam en conjunto.
Ya hay seis represas construidas en la parte más alta del río Mekong en China y tienen la capacidad de aprovechar alrededor de 11 000 megavatios de la energía del río. Otras dos represas más están actualmente en proceso de construcción río abajo en Laos, y hay al menos veintisiete represas más planeadas a lo largo del río principal del Mekong, principalmente en Laos y en China.
El caso de la represa Xayaburi
A pesar de que muchas de estas represas prometan proporcionar energía renovable para la creciente población a lo largo del sureste de Asia, dichas represas afectarán gravemente los ecosistemas acuáticos, especialmente a los peces.
En 2010, los gobiernos de Laos y de Tailandia comenzaron a trabajar en la gigante represa Xayaburi, la cual se esperaba que produjera 1285 megavatios. El suministro eléctrico en Tailandia, conocido como EGAT, ha acordado comprar un 95 % de la electricidad que se esperaba que produjera la represa Xayaburi, pero, según los cálculos Tailandia no necesita tanta energía para satisfacer la demanda nacional. Esto quiere decir que una parte de esa energía podría exportarse.
Camboya y Vietnam, que se encuentran río abajo de la represa, se han opuesto fuertemente al proyecto, como también organizaciones medioambientales a nivel local y global.
En 2012, habitantes de ocho provincias de Tailandia antepusieron una demanda en contra de cinco organismos del gobierno, incluido el EGAT, por su participación en la construcción de la represa Xayaburi. En la demanda se acusaba a las agencias del gobierno de no realizar una evaluación adecuada de la salud y del impacto ambiental antes de que se aprobara el proyecto y que se comenzara la construcción de la represa.
El veredicto del jurado fue que las agencias estatales habían respetado la ley de Tailandia. Sin embargo, el controversial caso sacó a la luz el impacto medioambiental de la energía hidráulica en el río Mekong. Los habitantes locales están extremadamente preocupados por la posibilidad de que la represa Xayaburi, y otras represas que se planea construir en el río Mekong, empeoren las inundaciones estacionales y afecten el ciclo reproductivo de los peces, y, finalmente, hagan que los agricultores y los pescadores abandonen sus tierras y sus medios de subsistencia.
Las represas y las especies de peces migratorios no van de la mano
Las represas crean una barrera física que puede interrumpir las migraciones de los peces, tanto como su reproducción a lo largo del río. Entre octubre y diciembre de cada año, el bagre gigante del río Mekong emprende su migración desde los lagos en la parte baja del río Mekong en Vietnam, río arriba hacia Camboya, Laos y Tailandia, en donde se reproduce.
“El bagre es una especie altamente migratoria”, explica Hogan. Debido a que estos movimientos anuales a lo largo de la línea divisoria de aguas pasan mayormente desapercibidos, Hogan ha utilizado un sistema de radiotelemetría para la localización y el monitoreo de la migración del bagre adulto a lo largo del río. “La especie migra del lago Tonle Sap hacia las aguas del río Mekong al final de la temporada lluviosa”, explica Hogan. No se sabe mucho sobre la migración de retorno de los peces adultos, pero los bagres jóvenes migran río abajo en forma de larva y siguen el caudal del río hasta llegar a Camboya en julio y agosto.
Un nuevo estudio publicado este año proporcionó aún más pruebas de que el bagre gigante del Mekong es un gran pez viajero que usa el río en toda su longitud y su hábitat para asegurar el ciclo de vida de la especie. Eva Bellemain y sus colegas en SpyGen han utilizado el ADN ambiental para monitorear los movimientos del bagre gigante a lo largo de las aguas del Mekong.
“El ADN ambiental (ADNa) es ADN que ha sido liberado por un organismo en el medio ambiente por medio de heces, cabello, orina, piel, gametos, etc.”, explica Bellemain. “Este ADN puede extraerse de muestras del medio ambiente como la tierra y el agua” y se puede usar para detectar a una especie en particular en un lugar determinado, sin que sea necesario ver o atrapar al animal.
“Identificamos el ADN del bagre gigante en el lugar donde se presume que se reproduce la especie en las aguas del río Mekong, cerca de la frontera que divide Tailandia del norte y la República Democrática Popular Lao”, explica Bellemain. El hecho de que haya ADN del bagre gigante en ese lugar señala a los investigadores que el pez suele frecuentar ese sitio.
“Lamentablemente, este lugar se encuentra río arriba de la primera represa que se construyó en la parte baja del Mekong, cerca de la represa Xayaburi”, afirma Bellemain. Aún se sigue evaluando si el bagre gigante será capaz de completar su ciclo migratorio y reproductivo una vez que la represa Xayaburi se termine de construir.
La represa Xayaburi será la primera construcción río abajo del lugar en donde se reproducen los peces, lo cual bloqueará su ciclo migratorio. “Una vez que se termine de construir la represa, los estudios del ADNa en el futuro nos permitirán ver si el lugar en donde se reproducen, que está río arriba de la represa que los bloquearía, aún tiene peces, y nos indicará si el bagre gigante podrá de alguna manera migrar a través del muro de la represa”, explica Bellemain.
La amenaza a los ecosistemas acuáticos
No es solamente la especie del bagre gigante la que se verá impactada por la explosión de los nuevos proyectos hidroeléctricos. Se cree que muchos de los peces que habitan el río Mekong son especies migratorias, y los científicos han pronosticado que la construcción de nuevas represas podría bloquear las rutas de migración para aproximadamente unas 100 especies, incluido el bagre gigante del Mekong. Dichas especies migratorias son muy importantes para los habitantes del lugar como alimento y medio de subsistencia, ya que un 70 % de los peces comerciales importantes en el río Mekong son migradores de larga distancia.
Las represas que impidan las migraciones de los peces en el río principal Mekong podrían afectar severamente la pesca a lo largo de la cuenca. Estas dificultades ya se habían visto en la cuenca del Amazonas, en donde las represas en la cuenca Araguaia-Tocantins en Brasil han bloqueado las migraciones de larga distancia del bagre gigante, además de estar relacionadas con el hecho de que la pesca río abajo ha disminuido en un 70 %.
Las represas también son responsables de otros problemas ecológicos, ya que interrumpen el ciclo natural del agua y pueden provocar que el río se seque. Las repentinas explosiones de agua que liberan las represas se llevan el cieno y los sedimentos que sirven de fuente de alimento y de refugio a plantas acuáticas, invertebrados y peces. A su vez, las represas no permiten que el río fluya naturalmente e interrumpen la dispersión vital de sedimentos a lo largo de las aguas del río, lo cual conlleva que se acumulen los sedimentos río arriba y que los nutrientes no se distribuyan río abajo.
El bloqueo de sedimentos causado por las represas podría tener un impacto aún mayor en los ecosistemas acuáticos y en la agricultura en la parte baja del Mekong. Si se bloquea la dispersión natural de los nutrientes del río, los cultivos disminuirán de un modo abismal, al igual que la pesca. Las represas en el río Mekong están relacionadas con la fertilidad agrícola en disminución y con la interrupción del flujo natural del sedimento en el delta del río Mekong.
La represa Xayaburi es solo una de las muchas represas que amenazan fragmentar y degradar el ecosistema del río Mekong. “La conexión acuática es uno de los aspectos más importantes para un ecosistema de agua dulce saludable, ya que permite que tanto el agua como los nutrientes y los animales se puedan transportar de un lugar a otro”, explica Loury de FISHBIO. “Se han construido miles de barreras en el río Mekong, las cuales podrían interrumpir los procesos naturales antes mencionados, y todavía quedan muchas más por construirse”.
En busca de soluciones
El pronóstico para el bagre gigante del río Mekong “no es bueno”, asegura Hogan llanamente. “Con la construcción de la represa Xayaburi casi completa, la principal esperanza para el bagre gigante es que la especie pueda completar su ciclo de vida en un río fragmentado. Si no pueden lograrlo, se extinguirán”.
Sin embargo, podrían existir otras soluciones para que los peces migratorios puedan sobrevivir a las represas. Algunos ingenieros creen que es posible aprovechar la energía hidráulica de ríos como el Mekong sin interrumpir el flujo de energía y nutrientes del río ni la migración de los peces.
Teniendo en consideración lo antes mencionado, las escaleras para peces se han instalado en algunas de las represas más nuevas del río Mekong, incluida la represa Xayaburi, para ayudar a que los peces migratorios puedan atravesar el muro de 33 metros de altura (más de 100 pies de altura) de la represa. Los defensores de la represa Xayaburi afirman que dichas “escaleras para peces” permitirán que las especies migratorias puedan viajar tanto río abajo como río arriba de una forma segura.
Aunque las escaleras para peces hayan tenido algo de éxito en Norteamérica, los estudios demuestran que solo son efectivas para algunas especies y que son particularmente inútiles para los peces que nadan lento. En Tailandia, la represa Pak Mun implementó una escalera para peces para que estos puedan migrar al río Mun. La escalera para peces resultó totalmente inútil, y en menos de diez años luego de que se construyera la represa, las campañas tuvieron éxito y se logró que el gobierno abriera permanentemente las puertas de la represa para proteger a los peces.
“Es imposible construir una represa que no tenga ningún tipo de impacto en el ecosistema”, afirma Tom Wild, doctor en ingeniería civil y medioambiental en la Universidad de Cornell. “En una cuenca como la del Mekong, en donde la salud de las personas está íntimamente conectada con la salud y la productividad del río”, afirma Wild, “es muy importante identificar aquellas represas que logran un balance” entre cumplir con la creciente demanda energética y la necesidad de un ecosistema saludable y funcional.
Wild es parte del equipo del Natural Heritage Institute que trabaja en asociación con el Gobierno Nacional de Camboya para desarrollar “un balance entre el ecosistema y la energía para la represa Sambor”. Este proyecto en Camboya, el cual actualmente se encuentra en las etapas de planeamiento, será la represa más lejana río abajo que se construya en el río Mekong, lo cual hará que sea particularmente importante para la salud en general del río en cuanto a su posible impacto en la migración de los peces y en el movimiento del sedimento.
“La represa Sambor sería uno de los puentes migratorios más grandes del mundo, y sería la última represa que se construirá río arriba en uno de los lagos más productivos del planeta, el lago Tonle Sap, y el Vietnam Delta”, afirma Wild.
“Nuestro trabajo consiste en identificar lugares alternativos para la construcción de represas, como también los diseños y políticas de procedimiento para la represa Sambor, lo cual podría mejorar notablemente el flujo del agua, el sedimento y los peces a lo largo o alrededor de la represa”, explica Wild.
Todo esto es un “gran reto”, afirma Wild, lo cual requiere una nueva forma de pensar acerca del diseño de las represas. Las represas más pequeñas que tengan canales migratorios podrían ayudar a que los peces sean capaces de atravesar la represa. El equipo también está investigando acerca de la viabilidad de las turbinas, lo cual podría reducir notablemente la tasa de mortalidad de los peces, y las compuertas hidráulicas que permitan el flujo del sedimento.
“Para impedir el grave impacto de la pesca es necesario reconsiderar profundamente la manera en la que se ubican, diseñan y operan las represas”, afirma Wild. Y lo que es aún más importante, estas consideraciones tendrían que incluirse al inicio del proceso de planeamiento, antes de que se haya seleccionado la construcción y el diseño del proyecto hidroeléctrico.
Wild tiene la esperanza de que la represa Sambor pueda convertirse en un ejemplo exitoso que resalte el camino a una infraestructura alternativa de ríos y cuencas que preserve la salud del ecosistema y su productividad. “Lo que aprendamos de este proyecto podría aplicarse a otros sitios dentro del Mekong y a otras cuencas, teniendo en cuenta el desarrollo intensivo y dominante de las represas hidráulicas”, afirma Wild.
¿Sería demasiado tarde?
Estos nuevos sistemas de construcción y ubicación de las represas podrían no llegar a tiempo para salvar al bagre gigante del Mekong.
Los conservacionistas se esfuerzan para salvar la especie de su desafortunado destino. La UICN, FISHBIO y WWF han trabajado estrechamente con el Departamento de Ganado y Pesca en Laos y con las comunidades del lugar para desarrollar una serie de Áreas Marinas Protegidas (AMP) a lo largo del Mekong. Hay alrededor de 1000 AMP en el país, y son áreas en las que está totalmente prohibido pescar. Se espera que estas AMP puedan ayudar a que aumente la población de peces y a que se protejan las áreas vitales en donde estos se reproducen.
La opinión política en partes del sureste de Asia está cambiando, y funcionarios del gobierno están comenzando a tener conciencia de los cambios devastadores que enfrenta la población del Mekong. A principios de este año, el gobierno vietnamita anunció el plan para el delta del Mekong una estrategia realista y a largo plazo para ayudar a la gente que depende del delta del Mekong a que puedan afrontar los cambios inevitables que ocasionaron las represas río arriba y el aumento del nivel del mar relacionado con el clima.
Los conservacionistas afirman que el bagre gigante del Mekong tiene el potencial para convertirse en el panda del río Mekong y ser el ejemplo a seguir para uno de los ecosistemas más importantes del planeta. “La especie depende de la salud y del funcionamiento del río para sobrevivir, por lo que los esfuerzos para preservar el bagre gigante del Mekong beneficiarían también a otras especies”, afirma Loury. “El bagre gigante del Mekong es como un embajador que tiene el poder de llamar la atención a estos importantes ecosistemas de agua dulce”.
“El bagre gigante, a su vez, tiene un gran significado para algunas culturas locales”, añadió Loury. “Históricamente, pescar un pez tan grande como el bagre gigante requería de un trabajo en equipo, por lo que esto servía para unir a la comunidad”.
Otra iniciativa es el programa del WWF para conservar el río Mekong. El WWF está trabajando en conjunto con la Comisión del río Mekong y con el Banco de Desarrollo de Asia para implementar políticas que ayuden a proteger los hábitats de agua dulce y para asegurar que los ecosistemas acuáticos de los que dependen las comunidades locales sean protegidos.
El monitoreo del bagre gigante del río Mekong será un factor importante para su preservación. Si se usan nuevas tecnologías para el muestreo del ADNa, el monitoreo a gran escala sería más factible. Por ejemplo, “El muestreo del ADNa podría usarse para monitorear las zonas de conservación de los peces”, explica Bellemain, y, a su vez, aporta información importante sobre la biodiversidad del río Mekong. “Dichos métodos multiespecies tienen la capacidad adicional de detectar especies acuáticas poco comunes y sigilosas”, añade Bellemain.
A pesar de que los esfuerzos para preservar el río Mekong, los planes de infraestructura no cesan y podrían causar daños graves a los hábitats acuáticos y a las especies migratorias de peces. Si proyectos importantes, como la ya existente represa Xayaburi, surgen y bloquean por completo las rutas migratorias claves, el bagre gigante del Mekong se extinguirá pronto.
Mientras los conservacionistas se esfuerzan por responder ante cada propuesta nueva de construcción de represa, la creciente velocidad y escala de desarrollo en la cuenca del río Mekong amenaza con hacer desaparecer por completo a uno de los peces de agua dulce más grandes del mundo.