- En las dos principales ciudades colombianas se encuentran las estaciones de monitoreo que reportan las mayores concentraciones de material particulado en el aire.
- El Ideam ha registrado durante cuatro años seguidos este mismo problema en ambas ciudades.Se trata de una población que lleva la misma cantidad de tiempo expuesta a una concentración de emisiones que podrían asociarse a otros factores causantes de enfermedades respiratorias.
La contaminación del aire ha sido un tema que en los últimos años ha preocupado bastante a Colombia. Emergencias como la vivida a comienzos de 2017 en Medellín y su área metropolitana, cuando la ciudad estuvo en alerta naranja durante varias semanas, demostraron que el tema amerita total atención, sobre todo en las zonas urbanas.
Hace unos días el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) reveló el informe del estado de la calidad del aire para 2017. Bogotá y Medellín presentan las mayores concentraciones de PM10 y PM 2.5 ─las partículas más perjudiciales para la salud son las menores o iguales a 10 micrones de diámetro, que pueden penetrar y alojarse en el interior profundo de los pulmones. La exposición crónica a las partículas agrava el riesgo de desarrollar cardiopatías y neumopatías, así como cáncer de pulmón─, las cuales fueron registradas en las estaciones Carvajal-Sevillana (Bogotá) y Tráfico Centro (antigua estación Museo de Antioquia en Medellín).
El informe analiza el comportamiento y la distribución espacial y temporal de los contaminantes atmosféricos evaluados a nivel nacional durante el año 2017, así como los cambios en el estado de la calidad del aire que se han presentado en algunas regiones del país. En 2016 el monitoreo se realizaba en 74 municipios de 19 departamentos y para 2017 se aumentó el cubrimiento a 91 municipios pertenecientes a 22 departamentos. Sin embargo, el gran reto es diseñar e implementar los Sistemas de Vigilancia para aquellos municipios cuya población supera los 150 000 habitantes y que deberían contar con monitoreo permanente.
Los niveles máximos permitidos de PM 10 y PM 2,5 son de 50 microgramos sobre metro cúbico anual para el primero y de 25 microgramos sobre metro cúbico anual para el segundo. En 2016 el 65,6% de las estaciones de monitoreo reportaron cumplimiento de la norma, cifra que aumentó en 2017 con un 88%. Sin embargo, las mayores concentraciones de PM10 se presentaron en las estaciones Carvajal – Sevillana en Bogotá, Las Américas en Yumbo (Valle del Cauca), Tráfico Centro en Medellín, Molinos en Santa Marta y Éxito San Antonio en Medellín. Para PM2,5 las mayores concentraciones se presentaron en las estaciones Tráfico Sur en Sabaneta (Antioquia), Tráfico Centro en Medellín, Carvajal-Sevillana en Bogotá, Universidad Nacional Facultad de Minas en Medellín y Corporación Lasallista en el municipio de Caldas (Antioquia).
“Los puntos críticos en Colombia en los últimos tres años siguen siendo las mismas ciudades en términos de cantidad de concentración: Bogotá, Medellín y Yumbo (Valle del Cauca). Claramente no en la totalidad de las ciudades sino en algunas partes. De ahí la importancia que han tomado las autoridades de seguir monitoreando e involucrando a las comunidades”, dijo el hasta hace poco director del Ideam, Ómar Franco, quien también asegura que las autoridades ambientales deben mejorar la calidad de la información, el sistema de monitoreo y la vigilancia con mayor precisión, pero que más allá de esto, se deben tomar decisiones de fondo, en términos de tráfico, industrias y de ordenamiento del territorio.
“El informe de calidad del aire en los últimos cuatro años ha mostrado los mismo puntos de concentración y eso significa que esa población lleva los mismos años expuesta a una concentración de emisiones que tienen que tomarse en cuenta para tomar decisiones de fondo y evitar que esto se siga dando”, añadió Franco.
Lee más |La desaparición de las ranas arlequín en Colombia y la carrera por conservarlas
Una nueva política
A finales de julio el Ministerio de Ambiente anunció la aprobación de un documento para el mejoramiento de la calidad del aire, que busca prevenir y controlar la contaminación atmosférica a partir de acciones que mejoren la gestión de este recurso en las distintas regiones del país.
“Una de las principales estrategias es el fortalecimiento de la política pública, y en este marco, se formuló el CONPES, que tiene como objetivo general reducir la concentración de contaminantes en el aire que afectan la salud y el ambiente”, manifestó el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Luis Gilberto Murillo.
El documento considera principalmente acciones para reducir los niveles de emisiones de contaminantes provenientes de la actividad industrial y del parque automotor. Dentro de las principales medidas se encuentra la adopción de una estrategia nacional para la renovación y modernización del parque automotor y de una estrategia nacional para la introducción de tecnologías vehiculares de cero y bajas emisiones, contar a nivel nacional con combustible norma Euro VI para motores de combustión interna de vehículos automotores, e implementar un portafolio de mejores técnicas disponibles y prácticas ambientales para la industria generadora de emisiones.
Y es que, como ya se mencionó, las concentraciones de contaminantes en el aire en algunas áreas urbanas y regiones del país exceden los niveles establecidos en la norma nacional y las directrices de la Organización Mundial de la Salud. La contaminación del aire en el país es generada en un 78% por las emisiones de camiones, buses y motos y el resto proviene de la industria, de allí que los sectores que tienen los mayores retos frente a la situación son transporte, industria, energía, ambiente, vivienda y salud.
Desde el Ministerio aseguran que vienen ejecutando algunas acciones como la incorporación de tecnologías más limpias, la promoción de vehículos eléctricos, híbridos y dedicados a gas natural, sumado a las medidas que buscan contrarrestar los efectos del parque automotor que ya está en circulación, como el etiquetado de vehículos.“Estas tecnologías que estamos impulsando y promoviendo, van muy bien, ya tenemos hoy por ejemplo que los eléctricos solo pagan el 5% de IVA y están libres de aranceles para su importación y eso permite que haya un incentivo, pero finalmente lo que hemos encontrado es que aunque la tecnología vehicular de tecnología limpia es entre 1.5 y 2.5 veces más costosa, cuando uno hace la comparación incluyendo los costos operativos en periodo de 10 años, resulta que el costo es muy similar y estamos adicionalmente aportándole a la calidad del aire en las ciudades, lo que es una ganancia adicional”, asegura el viceministro de Políticas y Normalización Ambiental, Willer Guevara.
Lee más | La milagrosa supervivencia de los corales de Varadero en la bahía de Cartagena
Aire y salud
Según la OMS, el material particulado no es un factor causal directo de enfermedad o mortalidad respiratoria aguda pero sí es un factor asociado que en combinación con otros factores produce un aumento de las enfermedades respiratorias. El riesgo para la persona varía en función de las condiciones fisiológicas, de la edad (niños menores a 5 años y mayores de 65 tienen mayor prevalencia) y de los antecedentes de enfermedad cardiorrespiratoria.
De acuerdo a los datos del informe de calidad del aire 2017 en Colombia, el 92,6% de las estaciones de monitoreo en el país cumplen con el nivel máximo permisible anual de PM10. Se mejoró en un 19,5% comparado con 2016. El 73,1% de las estaciones de monitoreo cumplen con el nivel máximo permisible anual de PM2,5, lo que muestra una mejora de 17,5% frente al 2016.
La estación Carvajal-Sevillana, en el sur de Bogotá, es la que presenta las concentraciones más altas de contaminación en todo el país. Los vientos en esta estación provienen predominantemente del sur y traen consigo cargas de material PM10 entre 60 y 80 μg/m3 cuando el límite permitido es de 50. Las concentraciones más altas llegan con velocidades del viento entre 4 m/s y 6 m/s y ocurren en la denominada “hora pico” de la mañana.
*Foto de portada: Panorámica de Medellín, a principios de 2017, en una de sus peores crisis por cuenta de la contaminación del aire. Foto: Revista Semana.