Proyecto propicia, a pesar de las grandes dificultades, el sembrado de árboles en zonas de Madre de Dios impactadas por la minería.Cámaras trampa revelan la presencia de fauna en dichas zonas, lo que sugiere que el bosque tiene posibilidades de regenerarse.Los drones son usados para ayudar a elaborar diagnósticos más precisos de cómo, dónde y cuándo se puede impulsar la reforestación. Mientras recorremos, comidos por numerosos mosquitos, la concesión minera ‘Paolita II’, manejada desde hace una década por el señor Pedro Ynfantes, de origen arequipeño, el ingeniero forestal France Cabanillas nos muestra con orgullo un terreno donde distintas especies arbóreas pugnan por crecer. Luchan por ganar un espacio, por darle nuevamente vida a una tierra antes cubierta por la floresta y hoy convertida en un campo pelado por la minería en Madre de Dios. —¿Y cuándo va a haber un bosque de nuevo? —En años, quizás en unos 50 años ya pueda haber algo. Pero de todas maneras hay que hacerlo. De momento, se aprecian unos empeñosos troncos, acompañados de unos cartelitos que avisan de qué planta se trata. Cerca de una carambola (Averrhoa carambola) hay un shihuahuaco (Dypterix micrantha), más atrás una mora (Morus nigra), delante de ellos un azúcar huayo (Hymenaea oblongifolia), a unos metros un camu-camu (Myrciaria dubia) y hacia la derecha un brote de la legendaria lupuna (Ceiba petandra).