“Inclusive han surgido en los últimos años como ciertos funcionarios públicos que han estado vinculados a este crimen organizado, esto nos lleva a la necesidad de hacer una verdadera depuración, en el caso de la Policía y el Ejército”, precisa y añade que el Ejército tienen como función constitucional la protección del bosque y que “ellos tienen todo el aparato necesario para poder enfrentar al crimen organizado, y si no lo han hecho es por complicidad”, denuncia.
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Una legislación muy blanda
Edwin, con un gesto de desaprobación, responde ante la pregunta del papel que juega el gobierno en proteger la biósfera. “El Instituto de Conservación Forestal (ICF) no hace nada acá para proteger la biósfera, acá se tala árboles, se echan químicos y se trafica madera ante la vista y paciencia de las autoridades”.
Cuenta, además, que es testigo de cómo en ocasiones salen hasta 20 camiones cargados con caoba y nadie hace ni dice nada. “Me cuenta mi abuelo que antes había una carretera en mejores condiciones y que llegaba gente de Tegucigalpa a sacar madera, había árboles, era impresionante la cantidad de caoba que había”.
El director del Instituto de Conservación Forestal (ICF), Arnaldo Bueso, se refiere a la biósfera como un patrimonio que el Estado debe proteger. Desde su despacho explica que el gobierno está realizando labores importantes, como la unión entre instituciones para que se pueda vigilar y castigar a quienes talan árboles. Bueso habla de un proyecto a mediano y largo plazo, en el que abrirán procesos judiciales contra inversionistas que llegan a la biósfera a traficar madera.
“ICF tiene una alta responsabilidad en la biósfera, es una de las reservas del hombre a nivel mundial”, indica.
Bueso asegura que desde hace un mes crearon una fuerza de tarea estructurada con varias instituciones para que actúen sobre la protección de la biósfera. Las autoridades del ICF han dicho que el plan consiste en tres etapas: la primera en hacer un estudio de las zonas que están en destrucción y riesgo por la tala de árboles y ganadería.
Segundo, aplicar las acciones correspondientes para controlar la situación y tercero iniciar un proceso de reconversión para recuperar lo que se ha perdido.
Bueso define a la ganadería irregular como un mal enquistado dentro de la biósfera. “La ganadería invade zonas, cortan árboles, entran con agricultura y meten animales y esas zonas que deberían tener árboles ahora están llenas de ganado”