En Perú, según datos del Primer Censo Nacional de Investigación y Desarrollo en Centros de Investigación, por cada investigadora hay 2,1 investigadores. En Cocha Cashu esta regla se rompe.No solo porque desde el inicio las científicas estuvieron muy presentes en las investigaciones, sino porque incluso hoy, cincuenta años después de la creación de Cocha Cashu, la nueva generación tiene una cuota femenina importante. “Hubo días −recuerda Patricia Álvarez-Loayza, investigadora en ecología de los bosques tropicales− que éramos quince mujeres en Cashu y solo un hombre. Desde que llegué a la estación por primera vez en 1999, me quedé sorprendida por la cantidad de investigadoras haciendo ciencia en igualdad de condiciones que los hombres”. La sorpresa de Alvarez-Loayza, quien trabajó quince años en la Estación Biológica Cocha Cashu, se fundamenta en cifras. En Perú, según datos del Primer Censo Nacional de Investigación y Desarrollo en Centros de Investigación, por cada investigadora hay 2,1 investigadores, cifra muy por debajo de lo observado en otros países de la región como Bolivia, Argentina y Venezuela donde la participación de la mujer supera el 50 % del total de investigadores. Sin embargo, Cocha Cashu, la base científica que un grupo de estudiantes y profesores de la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM) construyó en 1969 en lo que en la actualidad es el Parque Nacional del Manu, ha sido una saludable excepción a la regla. Hoy se ha convertido en un semillero inagotable para la promoción de científicas peruanas y extranjeras.