En los últimos siete años, el tráfico de este animal se ha convertido en una gran amenaza. En el Perú se encontraron en solo cuatro meses 102 partes de jaguar ofertadas públicamente, mientras que en Bolivia la cifra de decomisos desde el 2014 asciende a 700 colmillos.Pero también se han acelerado los esfuerzos de algunos gobiernos por salvaguardar al jaguar. Desde áreas protegidas hasta proyectos transfronterizos como el Plan Jaguar 2030. Los científicos piden elevar su categoría de Casi Amenazada a Vulnerable. Dos cachorros de jaguar (Panthera onca) fueron encontrados en una casa en Chanchamayo, en la selva central del Perú, a fines de noviembre del año pasado. Eran tan pequeños que aún llevaban restos del cordón umbilical que los unió a su madre, de quien hasta ahora no se conoce su paradero. Aunque se abrió un proceso judicial al presunto responsable y se trajo a las crías a un zoológico especializado, los cachorros murieron a las pocas semanas. La separación del bosque y de la madre puede costarles muchas veces la vida. Estas dos crías, incautadas en el 2019, forman parte los 86 decomisos asociados al felino y realizados por autoridades peruanas entre 2015 y 2020. A la lista de hallazgos hay que sumar colmillos, pieles, cráneos y otras partes del felino, según el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor). Pero si se busca información más allá de estas intervenciones, se puede aterrizar también en estudios como el realizado por científicos de la Wildlife Conservation Society (WCS) y el mismo Serfor que señalan que solo las 9 piezas incautadas en el 2019 representan menos del 10 % de lo que en cuatro meses se puede encontrar en algunos mercados ilegales del país. Cachorros de jaguar rescatados de una vivienda en Junín, Perú. Foto: Serfor Es decir, solo estamos frente a la punta del iceberg en un país como Perú que alberga la segunda población de jaguares más grande de América del Sur, según estimaciones realizadas en 2018 por científicos del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas y la organización Panthera. Esta alta concentración de jaguares es una característica de América del Sur: el estudio calcula una población que supera los 163 mil ejemplares. ¿Cuál es la situación de los jaguares en esta parte del continente? Mongabay Latam inicia con esta radiografía regional, que incluye los testimonios de más de 10 científicos, una serie de entregas que abordarán a lo largo del año las amenazas y estrategias para conservar a esta especie en seis países de la región: Perú, Bolivia, Venezuela, Guyana, Surinam y Ecuador. El reloj corre en contra para la protección del gran felino de América. Un animal emblemático en la mira Un estudio de cuatro meses realizado por WCS y Serfor en Perú reveló que la venta ilegal de partes de jaguar, pese a ser un delito penal, es más común de lo que se cree. En un recorrido por 21 puntos de Iquitos, capital de Loreto, se detectaron 96 partes a la venta en malecones, mercados, centros de artesanía y hasta hoteles. Se hallaron colmillos y garras del felino incrustados en collares o pulseras. Las pieles estaban expuestas en plena vía pública como si se tratara de un cuadro o una alfombra. La investigación incluyó dos ciudades más de la Amazonía, Pucallpa (Ucayali) y Puerto Maldonado (Madre de Dios), así como a la capital del departamento altoandino de Puno. En total se detectó que 102 partes de jaguar eran ofertadas públicamente: un 45 % eran pieles, un 37 % colmillos, un 14 % garras y el 4 % restante entre grasa y cráneos. Además, el 75 % de estas partes eran artesanías. El precio de los colmillos, dependiendo del comprador, podían venderse entre 30 y 1000 soles (US$9 y US$ 303).