- Los países parte de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) decidieron proteger 60 especies de tiburones.
- Expertos también esperan que el comercio de las ranas cristal y las tortugas de agua dulce, especies altamente cotizadas en el mercado de mascotas, pueda ser regulado.
Hoy se cumple una semana de que representantes de los gobiernos del mundo participan en la 19ª Conferencia de las Partes (COP19) de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES); una reunión que se llevará a cabo hasta el 25 de noviembre en la ciudad de Panamá y cuyo objetivo es debatir regulaciones más estrictas para casi 600 especies de flora y fauna, que han sido sugeridas por las partes a través de 52 propuestas.
A mitad del encuentro ya hay buenas noticias para los tiburones puesto que con 88 votos a favor, 29 en contra y 17 abstenciones, la Convención decidió incluir en el Apéndice II de Cites a todas las especies de tiburón de la familia Carcharhinidae. Además, hubo consenso para incluir en ese mismo Apéndice a los tiburones martillo.
Esto, explica Adrián Reuter, asesor principal en materia de tráfico de especies para Latinoamérica y el Caribe de la organización no gubernamental Wildlife Conservation Society (WCS), “no quiere decir que se vaya a dejar de comercializar con las especies, pero sí que se va a regular su comercio lo que nos va a permitir poder registrar los movimientos internacionales, sistematizar más información y tener más herramientas para poder hacer análisis, observar tendencias y elaborar mejores estrategias de conservación”.
Otra buena noticia es que también se aprobó incluir al árbol amazónico shihuahuaco en el Apéndice II aunque, a pedido de Perú, la entrada en vigencia de esta medida se retrasará dos años, lo que ha sido criticado por algunos expertos.
Mongabay Latam conversó con Adrián Reuter sobre algunas de las propuestas más importantes para América Latina y los desafíos que están pendientes para detener el tráfico de especies silvestres y el declive de las poblaciones de animales y plantas amenazados de extinción.
—El jueves se aprobaron las dos propuestas que buscaban incorporar a los tiburones réquiem y martillo en el Apéndice II de la CITES. ¿Qué implicaciones tiene esta decisión?
—Es sumamente importante, porque con esto la mayoría de los tiburones que están sujetos a comercio de aletas a nivel mundial ya van a estar regulados. Además, estas dos familias constituyen más de la mitad de las aletas de tiburón comercializadas anualmente. La decisión implica que el comercio va a seguir siendo permitido, pero ya bajo términos regulatorios importantes, dándole a las especies chance para recuperarse y dando una garantía de sostenibilidad.
Aunque mucha de la pesquería es legal, está la preocupación de si es sostenible o no. Regular el comercio permite asegurar que la explotación es sostenible para que sigan habiendo tiburones en nuestro planeta y continúen beneficiando a todas las personas que dependen de ellos para su bienestar.
Estas propuestas que son lideradas por el gobierno de Panamá van a cambiar el panorama mundial en el manejo de estos depredadores oceánicos tan importantes.
—¿Hay ejemplos de especies de tiburones que se hayan recuperado tras ser clasificadas en el Apéndice II de CITES?
—Belice ha mostrado algunas mejoras en sus tiburones. A nivel mundial hay algunos otros países como Gabón o Bangladesh, en donde ciertas poblaciones también muestran pequeños signos de recuperación. Desgraciadamente, por la biología de las especies de tiburones, que tienen una vida larga y una madurez sexual tardía, los impactos de su recuperación se ven a largo plazo. Probablemente los impactos positivos de los esfuerzos de conservación y manejo que hagamos ahora se van a ver reflejados dentro de 30, 40 o 50 años.
Aun así, incluir algunas especies de tiburones dentro de la CITES ha tenido beneficios indudables: los países han fortalecido sus medidas de manejo y tienen que cumplir con la elaboración y cumplimiento de los Dictámenes de Extracción No Perjudicial (estudio que permite saber cuál es el estado de la población de la especie en el país y cuánto es posible extraer sin ponerla en riesgo).
—Una investigación de Mongabay Latam, publicada en febrero de este año, reveló que las exportaciones de aletas de tiburones clasificadas en CITES desde Ecuador han aumentado. Según los hallazgos de esa investigación, una de las razones tiene que ver con que Ecuador no establece cuotas en sus Dictámenes de Extracción No Perjudicial (DENP), por lo que no hay un máximo de tiburones que pueden salir con permisos CITES.
—La interpretación que hacen los países de los convenios internacionales y de los marcos regulatorios puede estar más o menos alineada con lo que nos exige la Convención. En este caso habría que revisar muy bien cómo se está manejando el recurso, hasta qué punto el manejo está dentro de los marcos regulatorios nacionales, qué se está cumpliendo y qué sería necesario revisar y corregir para que se cumpla.
—¿El tema de las cuotas en los DENP se está abordando en esta COP?
—No es un tema que se esté discutiendo específicamente. Obviamente, la propuesta de incluir especies de tiburones en el Apéndice II va de la mano con la aplicación de los DENP. Así es que a partir de que entre en vigor la medida, sin lugar a dudas va a tener que ser un tema de discusión. Se tendrá que ver cómo cada país hace e implementa los DENP y qué deben incluir y considerar estos dictámenes para que sean considerados confiables y completos.
—Además de los tiburones, ¿cuáles son las propuestas más importantes para América Latina?
—Creo que las tortugas de agua dulce y las ranas cristal. Las tortugas de agua dulce son altamente demandadas para el comercio de alimentos y de mascotas en diferentes partes del mundo, siendo importante la región asiática como sitio de demanda.
Las ranas cristal tienen la piel transparente, por lo que se pueden incluso ver los órganos y cómo palpita su corazón; son muy cotizadas en el mercado de mascotas. Algunas de las especies de este grupo están más amenazadas que otras, pero es importante meter a todo este grupo de ranas dentro de la Apéndice II, porque entre ellas se parecen mucho lo que dificulta la identificación. Aquellos que no son expertos en ranas y que están en aduanas, podrían dejar pasar algunas pensando que son otras.
—¿Qué pasa con las especies cuya comercialización está completamente prohibida por CITES, pero que continúan siendo traficadas ilegalmente, como el jaguar? ¿Qué discusiones se están dando en esta COP?
—Se han mencionado un gran número de acciones que se están haciendo en todos los países del rango de distribución para conservar el jaguar y su hábitat y para asegurar que haya corredores biológicos que permitan un movimiento genético entre las poblaciones para que puedan mantenerse sanas.
No son esfuerzos nuevos, porque se viene trabajando con el jaguar desde hace 40 años y se han tenido logros muy importantes. Inclusive, algunas poblaciones se han incrementado en los últimos años, sin embargo, hay preocupación porque desde hace un tiempo se hizo evidente un comercio ilegal de partes de jaguar. Lo vimos primero en Bolivia, donde colmillos iban destinados a Asia, y luego empezaron a aparecer otros ejemplos en otras partes de Latinoamérica.
También se ha generado más información y hay más actores que están interesados en el tema. Por lo tanto, se está haciendo mucho más trabajo de investigación al respecto. Un estudio muy reciente de WCS que hicimos sobre comercio en línea de partes de jaguar mostró que, en internet, México es un país relevante en cuanto a la oferta de partes de jaguar y eso no lo teníamos contemplado. Conforme vamos averiguando más y vamos entendiendo cuáles son las dinámicas del comercio ilegal de partes de jaguar, nos damos cuenta de que está extendido, que puede ser desde mercados locales, artesanías o a través del internet por paquetería, y que requerimos de mucho más trabajo para poder tener un conocimiento más detallado y poder diseñar las estrategias necesarias para el combate del tráfico de este felino.
Creo que nos falta todavía mucho trabajo para abordar el problema desde el lado de la demanda. Tenemos que trabajar más con los países de tránsito y destino de estos productos para poder cubrir toda esta cadena de tráfico.
—¿Cuáles son los desafíos en términos de la desarticulación de este comercio ilegal y del desincentivo de la demanda?
—Desgraciadamente, a veces, cuando una especie se va acabando es más difícil de encontrar o es más costosa, la demanda de sus partes se empieza a suplir por alguna otra alternativa. Eso lo podemos ver, por ejemplo, con los tiburones. Cuando una especie empieza a ser escasa, su demanda es cubierta por otra. Eso puede ser muy preocupante. Creo que se han dado avances, porque esta preocupación ha generado también el interés de mejorar la colaboración, la comunicación y la coordinación entre autoridades de las naciones de origen, como podrían ser los países latinoamericanos, y algunos países de demanda, como China. Pero sí creo que falta trabajar más esa parte.
—¿Cuál es la disposición de los países asiáticos a ese trabajo de disminuir la demanda?
—Yo creo que es variable dependiendo de los temas, la situación y las políticas del momento. Todo es cambiante y dinámico, pero sí hay disposición; hay estrategias que se están realizando en distintos países asiáticos para abordar el tema de la demanda. Cuando ha habido casos de tráfico en los que se ha detenido a los infractores, las sanciones son realmente fuertes. Creo que hay muchísimo más trabajo por hacer, sobre todo de inteligencia entre las diferentes agencias y los diferentes actores para poder atacar a las redes que están involucradas en este tráfico transregional y no solo irse sobre un individuo que quizá estaba vendiendo su artesanía.
—¿Hay optimismo sobre lo que pueda pasar con el resto de propuestas?
—Creo que el ambiente está bien. Los países están trabajando, discutiendo, haciendo sus intervenciones de una forma muy cordial, lo cual siempre es una buena señal. Hay muchos actores que están haciendo eventos paralelos a las reuniones formales para proveer de mayor información a la toma de decisiones y creo que hay mucho optimismo para varias de las propuestas.
En la COP anterior no fue aprobada la propuesta para las ranas cristal y ahora se volvió a plantear con información adicional. Se están poniendo las cartas sobre la mesa nuevamente y va a ser interesante ver si esa información adicional que se logró generar justifica ante los ojos de los países parte la inclusión de este grupo de ranas en el Apéndice II.
*Imagen principal: Del 14 al 25 de noviembre de 2022 se realiza la COP19 de CITES en la ciudad de Panamá.
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