Se calcula que cerca del 98 % de la energía generada en Uruguay proviene de fuentes renovables, especialmente hidroeléctrica, solar y eólica. Ahora, el país le apuesta a su segunda transición energética mediante la total descarbonización de su consumo de energía, todavía dependiente del petróleo en el sector del transporte. ¿De qué se trata?
El hidrógeno verde y la transición energética
El hidrógeno es el elemento más abundante en el universo. Es usado como insumo en la producción de fertilizantes, fabricación de acero y refinación de petróleo, con una demanda de 70 millones de toneladas por año. Se obtiene a partir de la electrólisis del agua, proceso que usa la electricidad para separar el hidrógeno del oxígeno. Si la energía usada se obtiene de renovables, no se generan emisiones.
La reciente alza del petróleo y el gas natural ha disparado el interés de gobiernos y empresas por el uso del hidrógeno como combustible para aviones, camiones y trenes. Si bien en los autos particulares se pueden utilizar baterías eléctricas, ello es más complejo de implementar en el transporte pesado, que requiere de baterías mucho más grandes. Ante ello, aparece el hidrógeno como una posible alternativa.
Para Uruguay, su generación de electricidad casi enteramente renovable significa una gran oportunidad para producir hidrógeno verde, tanto para exportar como para abastecer demandas locales de transporte. Desarrollar el sector le permitiría al país descarbonizar el transporte de carga pesada y acercarse a la carbono neutralidad, sostiene Diego Oroño, secretario ejecutivo en AUDER.
“Un camino es la movilidad eléctrica, pero ataca solo a un sector del transporte, el particular y eventualmente la carga liviana. Ahí aparece la oportunidad del hidrógeno para todo el resto. El hecho de que Uruguay haya recorrido el camino de la primera transición genera un contexto favorable para empezar esta segunda etapa y descarbonizar otros sectores”, agrega Oroño, también docente en la Universidad de la República.
UTE, cuatro ministerios (Industria, Economía, Ambiente y Transporte) y la empresa pública de combustibles ANCAP, junto a la Administración Nacional de Puertos integran el grupo de trabajo sobre hidrógeno en Uruguay. El país espera generar 30 mil puestos de trabajo y una facturación de 1700 millones de dólares anuales con el hidrógeno verde, de acuerdo a la hoja de ruta del sector presentada este año.
El desarrollo previsto por el gobierno para el sector está dividido en etapas. Hasta 2025 se buscará impulsar el desarrollo del mercado local y generar las bases para los primeros proyectos. El gobierno ya recibió 10 propuestas que buscan acceder a un fondo de 10 millones de dólares para proyectos piloto. Luego de 2025 se espera expandir el mercado doméstico y desarrollar el de exportación.
Los inversores en hidrógeno verde también tendrán un valor agregado en Uruguay. UTE presentó este año un sistema de certificación de la energía basado en la tecnología Blockchain, el cual garantiza el origen de la energía generada. Así se asegura de que el hidrógeno fue efectivamente generado con fuentes de energía renovables, sostiene Fontana, asesor de presidencia en UTE.
Pero desarrollar el sector también trae sus desafíos. Alcanzar el millón de toneladas de hidrógeno por año al 2040, tal como desea Uruguay, requerirá instalar 20GW en energías renovables y 10GW en electrolizadores, de acuerdo a la hoja de ruta. Además, al ser una industria nueva, existe un gran cuello de botella en la formación de profesionales para desempeñarse en el sector.
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