- En este nuevo capítulo de "Una tormenta perfecta en la Amazonía", Timothy J. Killeen nos explica cómo la industria agropecuaria se desarrolla en la Panamazonía y de qué manera puede hacerse más sostenible sin perder de vista la rentabilidad.
- Así, tanto la agricultura como la ganadería implican diversos aprovechamientos, así como sistemas de producción y modelos empresariales que, a su vez, generan un amplio abanico de repercusiones sociales y medioambientales.
- Por tanto, es importante prestar atención a cómo los mercados locales e internacionales están reconfigurando los usos de la tierra ante una demanda cada vez mayor por alimentos.
La infraestructura vial es precursora del proceso de deforestación, pero casi siempre viene acompañada de algún tipo de actividad agrícola. Dependiendo de las circunstancias, la deforestación puede avanzar lenta o rápidamente, dar lugar a grandes o pequeños claros de bosque y crear remanentes forestales de diferentes tamaños y clasificaciones.
Los modelos de producción agrícola varían desde enormes ranchos y sembradíos que abarcan decenas de miles de hectáreas hasta pequeñas parcelas de menos de una hectárea. Estas diferencias tienen su origen en tradiciones culturales y modelos empresariales, así como en sistemas de incentivos y regímenes de tenencia de la tierra creados por el Estado. A la par, la Panamazonía abarca una vasta zona geográfica con una diversidad de formas del terreno, tipos de suelo y climas que sustentan una amplia gama de sistemas de producción que suministran alimentos, fibras y energía de biomasa a los mercados locales, nacionales y mundiales.
La diversidad de aprovechamientos, sistemas de producción y modelos empresariales acarrea un abanico igualmente amplio de repercusiones sociales y medioambientales. La agricultura es el sustento de millones de familias en toda la Panamazonía, donde para muchas de estas que son migrantes, supone una vía para salir de la pobreza. Para la clase media, es una forma de acumular riqueza y garantizar la prosperidad de las generaciones futuras; mientras que para los empresarios representa una oportunidad de negocio con una tecnología probada y niveles de riesgo manejables.
En términos de inversiones a largo plazo, los sistemas de producción agrícola pueden asumir un papel como elementos clave de una economía sostenible. Sin embargo, cuando se llevan adelante como empresa especulativa, las prácticas extractivas que generan flujos de caja tienden a degradar el potencial productivo a mediano plazo. La baja inversión en las comunidades de pequeños agricultores obliga a adoptar opciones no sostenibles que funcionan como una trampa de pobreza y despojan a la economía regional de un importante motor de crecimiento.
Se hace mucho hincapié en la primera fase de deforestación que se genera poco después de la construcción de una carretera en una zona remota. Pero no se destaca que la cantidad de deforestación ocurrida en años posteriores depende en gran parte de la capacidad de los productores para trasladar su producción al mercado. De hecho, algunas áreas permanecen inaccesibles debido a la distancia o a una barrera física, como un río sin puente o una cadena montañosa sujeta a derrumbes, y son estos lugares los que experimentan tasas de deforestación relativamente bajas durante muchos años. Por el contrario, las zonas que tienen un mejor acceso al mercado son las que suelen tener una tasa de deforestación más elevada, lo que crea un área agrícola más extensa y obviamente con menos bosque. Con el tiempo, las áreas agrícolas en expansión evolucionan y se consolidan a medida que se incorporan a la economía mundial como productoras de alimentos básicos.
El papel del sector privado es cada vez más importante en zonas con redes de transporte viables y una producción agrícola en expansión. Los terratenientes son los principales agentes que determinan el uso de la tierra, pero los agentes comerciales desempeñan un papel esencial suministrando insumos como semillas, fertilizantes y pesticidas; además, actúan como intermediarios entre los productores y los mercados de consumo.
Los comerciantes de estos productos básicos invierten en instalaciones logísticas y sistemas de transporte a granel que son componentes clave de las cadenas de suministro mundiales. La infraestructura industrial, como molinos trituradores y mataderos, añade valor a la producción primaria que incrementa la demanda de productos básicos. A medida que la economía rural crece y se diversifica, aumentan los ingresos de agricultores y ganaderos, lo que actúa como catalizador para acelerar la deforestación.
Los sistemas de producción agrícola pueden entenderse como una causa inicial de la deforestación, pero la demanda de productos básicos es el motor último que motiva a los productores a ampliar la producción. Los mercados que influyen en la producción agrícola son tan variados como las materias primas que producen los agricultores de la Panamazonía.
Los mercados mundiales dominan las cadenas de suministro de la soya, café y cacao, mientras que el maíz, arroz, mandioca y las frutas perecederas se comercializan en gran medida en los mercados nacionales. La carne vacuna y el aceite de palma son productos básicos que se comercian a nivel mundial y su precio depende de los mercados internacionales. Sin embargo, la mayor parte de la producción de estos productos en la Panamazonía se comercializa a nivel local para satisfacer las necesidades de los consumidores nacionales. Comprender la dinámica del mercado de cada producto es esencial para diseñar estrategias que promuevan la sostenibilidad y eliminen la deforestación.
El mercado mundial de alimentos básicos se ha visto muy influido por la demanda China. Las políticas diseñadas para mejorar el nivel de vida de sus ciudadanos, combinadas con un crecimiento económico significativo, crearon sinergias positivas que llevaron a China a importar grandes cantidades de alimentos básicos. A diferencia de las materias primas minerales, que experimentaron un importante ciclo vinculado a la construcción de la infraestructura básica de ese país, la demanda de materias primas alimentarias seguirá creciendo en el futuro.
China está pasando de depender de la industria manufacturera y la inversión en infraestructura a una economía más diversificada, centrada en el consumo. Estas materias primas alimentarias seguirán sujetas a la volatilidad a corto plazo pero, a mediano y largo plazo su demanda crecerá. El impacto asiático es más notable en Brasil, pero todos los productores de las repúblicas andinas aspiran a vender su producción a China, ya sea carne vacuna (Bolivia y Colombia) o café y cacao (Ecuador y Perú).
Muchos defensores del ecosistema centran su atención en las comunidades con manejo medioambiental y promueven políticas que fomenten una economía forestal más sólida. Esto está muy bien, pero una estrategia de conservación coherente también deben enfrentar las pesadas políticas nacionales que rigen el uso de la tierra en las áreas periféricas.
Los productos que se obtienen de las granjas, ranchos y sembradíos de la región son esenciales para el bienestar financiero de todos los países panamazónicos. En consecuencia, existe un grupo de interés enormemente poderoso que probablemente no abandone las políticas y prácticas que sustentan sus modelos de negocio. Como la mayoría de grupos de interés económico, no están satisfechos con el statu quo, muy al contrario, esperan ampliar su bienestar financiero y su poder económico.
Esto es válido tanto para el sector empresarial, representado normalmente por sectores como las cámaras de comercio, como para las asociaciones y sindicatos de pequeños propietarios que representan a las personas con menos recursos de las zonas rurales, sobre todo a las poblaciones migrantes de las fronteras forestales y agrícolas.
Algunos activistas sociales y ambientales, sobre todo los que defienden posturas progresistas (socialistas), abogan por un enfoque regulador para limitar las fuerzas negativas emergentes de una producción agrícola en expansión. Pero, ese planteamiento debe prevalecer sobre el evidente poder político y económico de los grupos de intereses creados, muchos de los cuales entienden firmemente que sus sistemas son de utilidad nacional. Una opción más realista es convencer a estos grupos de que existen otras opciones para el crecimiento que no incluyen una expansión sobre la frontera forestal, y que son distintas a las opciones convencionales que pretenden proteger.
Con ese objetivo en mente, este capítulo pretende describir y comprender los sistemas de producción agrícola predominantes que dominan la economía convencional de la Panamazonía en la segunda década del siglo XXI.
Imagen principal: Los propietarios de tierras talan el bosque en la zona forestal, donde la tierra se puede adquirir mediante transacciones de manera legal e ilegal. Con el tiempo, los ganaderos aumentan el área de pastos al talar los restos de bosque. Crédito: Paula Vilela/shutterstock.com.
“Una tormenta perfecta en la Amazonía” es un libro de Timothy Killeen que contiene los puntos de vista y análisis del autor. La segunda edición estuvo a cargo de la editorial británica The White Horse en el año 2021, bajo los términos de una licencia Creative Commons – Licencia CC BY 4.0).