- El Consejo de Ministros para la Sustentabilidad y el Cambio Climático propuso 27 humedales de altura —entre salares y lagunas— que conformarán la red protegida anunciada en el marco de la Estrategia Nacional del Litio.
- Otros 26 salares serán de uso exclusivo para exploración y explotación de empresas nacionales e internacionales y dos empresas estatales liderarán proyectos de explotación en las mayores reservas de litio que tiene el país.
- Más de 140 académicos y defensores ambientales solicitaron, a través de una carta al gobierno, que se consideren criterios científicos para determinar qué salares serán convocados en la estrategia.
El Consejo de Ministros para la Sustentabilidad y el Cambio Climático, en Chile, anunció recientemente la creación de la red de salares protegidos, uno de los principales compromisos ambientales que el gobierno de Gabriel Boric asumió cuando en 2023 dio a conocer la Estrategia Nacional del Litio. Junto con el listado de salares que serán protegidos, el Consejo de Ministros también informó que 26 salares van a ser licitados a empresas nacionales e internacionales a través de un Contrato de Operación Especial de Litio (CEOL) y que siete salares se explotarán a través de empresas del Estado de Chile.
Actualmente, cerca del 8% de los salares que existen en el país están protegidos y con la entrada en vigencia de la red de salares protegidos aumentará en un 25% la superficie de protección para estos ecosistemas. Esto se alinea, además, con las obligaciones internacionales establecidas en la Convención Marco de Biodiversidad, que fijó la meta 30×30 que se traduce en proteger el 30% de los ecosistemas representativos del planeta al 2030.
Sin embargo, expertos, académicos y defensores ambientales alertan la ausencia de criterios científicos tras los anuncios. “Faltan estudios científicos de los salares, considerados ecosistemas extremadamente frágiles, antes de dar cualquier paso en este tema”, asegura Ingrid Garcés, doctora en Ciencias y académica del Departamento de Ingeniería Química de la Universidad de Antofagasta.
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Los anuncios del gobierno
Chile, considerado el país con la mayor proporción de reservas mundiales de litio, es uno de los principales escenarios de esa demanda mundial. En este territorio, el mineral se encuentra principalmente en las salmueras de los salares, es decir, en el agua con sal, y no en rocas sedimentarias. Esto hace que su explotación sea más simple y, por ende, económicamente más viable, explica Garcés, quien realizó investigaciones científicas de los salares Surire y Maricunga, durante ocho años. Sin embargo, en Chile actualmente sólo se explota litio del salar de Atacama y, aún así, la producción nacional representa más del 30 % del mercado global.
En abril de 2023, el presidente Gabriel Boric dio a conocer la creación de la Estrategia Nacional del Litio que busca transformar a Chile en el principal productor de litio del mundo. Dicha estrategia, dijo el presidente, sería “una cruzada” para explorar los más de 60 salares que existen en el país y evaluar su potencial extractivo puesto que, según la ministra de minería, Aurora Williams, es factible pensar que el país pueda tener en pocos años el liderazgo mundial en la producción de litio. “En 2030 vamos tener casi el 70% de la producción y eso se va a duplicar al 2034”, dijo Williams durante una conferencia desde el Palacio de la Moneda.
Pero uno de los principales pendientes que mantenía el país en esta materia era avanzar en la creación de la red de salares protegidos donde no se instalarán faenas mineras, un compromiso que el gobierno asumió al mismo tiempo que anunció la Estrategia.
El Consejo de Ministros para la Sustentabilidad y el Cambio Climático presentó una propuesta para conformar dicha red. Para la región de Antofagasta se anunciaron 15 humedales de altura; 11 para la región de Atacama y la Laguna Lagunilla para la región de Tarapacá.
En total son 27 los humedales de altura escogidos para componer la red protegida, de los cuales 14 son salares y 13 corresponden a lagunas. De ellos, tres ya contaban con alguna categoría de protección. Es el caso del salar de Tara que es Reserva Nacional y los salares de Atacama y Maricunga que están protegidos parcialmente, es decir, que una porción de su territorio está resguardado bajo la categoría de Santuario de la Naturaleza y Parque Nacional, respectivamente.
Tania Sauma, asesora de contenidos del Ministerio de Medio Ambiente, destacó la importancia de los extremófilos a la hora de hablar de la biodiversidad que caracteriza a estos ecosistemas. Se trata de microorganismos que se han adaptado a vivir en ambientes extremos que “producen biomoléculas que se pueden utilizar en diversas industrias como la cosmética, farmaceútica y minera”, entre otras. Por lo mismo, Sauma aseguró que la red de salares protegidos podrá resguardar esa biodiversidad para convertirla en “un patrimonio genético”. Sin embargo, científicos y conservacionistas critican que no existen estudios científicos de los humedales de altura para decidir qué salares se protegerán.
Por otra parte, al mismo tiempo que se definieron los salares que serán protegidos, el Consejo de Ministros también anunció que los salares Atacama y Maricunga, en su porción que no está protegida, fueron clasificados como “estratégicos”, categoría que implica que el Estado, a través de la empresa Nacional del Cobre (Codelco), tenga una participación mayoritaria en el desarrollo de los proyectos de explotación de litio.
El primero — el salar de Atacama— es el único explotado hasta ahora en el país y las operaciones están a cargo de dos empresas privadas: Albermarle Chile y la Sociedad Química y Minera de Chile (SQM). Con esta última, Codelco logró un marco de entendimiento para ser parte de la producción a partir del año 2025. Al mismo tiempo, la estatal consolidó su participación en el segundo salar, el de Maricunga, la segunda reserva más grande de litio que tiene el país, mediante la adquisición del proyecto salar Blanco.
Un tercer depósito salino fue encomendado a la misma estatal. Se trata del salar de Pedernales, ubicado en la región de Atacama. En tanto, la Empresa Nacional de Minería (Enami), continuará desarrollando la campaña de exploración de “Salares Altoandinos”, proyecto que agrupa a los salares Grande, Infieles, Isla y Aguilar.
Todos estos proyectos constituyen aproximadamente el 49% de la superficie de los salares del país, y representan, con la información disponible, los que tienen mayor potencial productivo en Chile, aseguró el gobierno mediante un comunicado.
Maisa Rojas, Ministra de Medio Ambiente (MMA), y quien preside el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad y el Cambio Climático, clarificó que en los salares con régimen de explotación, “se asegurará el uso de tecnología con bajo impacto ambiental”.
Finalmente, el tercer anuncio fue que 26 salares serán de uso exclusivo para exploración y explotación de empresas nacionales e internacionales. Éstos no califican como estratégicos ni protegidos, pero por el momento no existe información pública de qué salares se trata, situación que fue criticada por expertos y organizaciones civiles. “Es complejo anunciar un número de salares sin saber cuáles son y cuáles van a ser las condiciones de explotación”, asegura Antonio Pulgar, abogado de la Universidad de Chile e investigador de FIMA, una organización que trabaja en el acceso a la justicia ambiental.
Para Flavia Liberona, directora ejecutiva de Fundación Terram, los anuncios dan cuenta de que “el desarrollo más tradicional y menos sustentable por ahora está ganando la partida del litio”.
Científicos y conservacionistas piden sustento científico
Uno de los grandes puntos que preocupa a científicos y conservacionistas son los criterios utilizados para categorizar los salares que serán protegidos y los que serán explotados.
Según el Consejo de Ministros, para identificar los salares que son parte de la propuesta de red de protección se utilizó “un criterio compuesto de valor ecológico” que contiene cuatro variables: la conservación de la biodiversidad, la conservación del recurso hídrico, el secuestro de carbono (entendido como la cantidad de carbono orgánico en el suelo), y por último, los beneficios sociales y culturales.
Por otra parte, para definir cuáles serán los salares explotados por el Estado y por empresas privadas, se aplicaron “criterios de exclusión” referidos a la presencia de faenas mineras, de proyectos de empresas del Estado, cualquiera sea la etapa de desarrollo en la que se encuentren, y si es que los salares están en sitios fronterizos dado que algún país vecino podría estar desarrollando en ellos algún proyecto.
En opinión de Pulgar, los criterios utilizados por el consejo “no tienen relación con variables ambientales” y profundiza diciendo que no se consideraron los sitios prioritarios de nidificación de los flamencos. Esto es de especial preocupación para los especialistas dado que en los salares del norte de Chile se reproducen y alimentan tres de las seis especies de flamenco que existen en el mundo: el flamenco chileno (Phoenicopterus chilensis), el flamenco de James (Phoenicoparrus jamesi) y el flamenco andino (Phoenicoparrus andinus) y todas están en la Lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
“Esa falta de criterio ecológico es preocupante porque también permite dar cuenta de la ausencia de claridad respecto de los límites del ecosistema de un salar”, dice el investigador de FIMA.
Ramón Morales Balzacar, coordinador del Observatorio Plurinacional de Salares Andinos (OPSAL), dice que en Chile aún no se logra entender la complejidad de estos ecosistemas y que, además, “el Estado permite que las figuras de protección —como Parque Nacional, Reserva Nacional y Monumento Nacional— no impidan la instalación de proyectos extractivos”, lo que ocasiona más dudas que certezas frente al reciente anuncio.
Por otra parte, Pulgar explica que en Chile los salares están declarados como depósitos de minerales, según el Código de Minería. Esto, dice, implica que “se desconoce su naturaleza de humedal, ecosistema acuático, que recibe aporte de vegas, bofedales, aguas subterráneas y submarinas que tienen un régimen hidrogeológico propio que genera condiciones biogeoquímicas específicas para cada una de estos salares”.
Esta situación, precisa el investigador de FIMA, “es preocupante” y hace pensar, agrega, que probablemente “van a ir mucho más rápido los procesos de los 26 salares considerados para la exploración y explotación” que aquellos destinados a la protección.
En cuanto a los depósitos salinos que no fueron considerados en la propuesta de red protegida, Pulgar señala que se están generando “situaciones graves”. Un ejemplo de esto, dice, es lo que sucede en el salar de Ascotán, lugar en el que habita la especie Orestias ascotanensis, un pez endémico cuyo hábitat está restringido a las vertientes del salar. Allí, asegura, se está desarrollando el proyecto OCA, que ya completó un programa de muestreo de la superficie del salar en busca de litio.
Para el investigador de FIMA “es un peligro real, profundo y alarmante ver cómo se está implementando la Estrategia Nacional del Litio”.
La carta de los científicos
Días antes del anuncio del Consejo de Ministros para la Sustentabilidad y el Cambio Climático, más de 140 científicos, investigadores y académicos, enviaron una carta al gobierno llamando a la protección urgente de los salares y a que “se incorpore evidencia científica y el conocimiento de los pueblos originarios para así asegurar la protección de esos ecosistemas”.
Una de las precursoras de esta petición es la académica de la Facultad de Ciencias Naturales y Exactas y directora general del HUB Ambiental de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), Verónica Molina.
En conversación con este medio, la investigadora aseguró que si bien los científicos celebran que se avance en la creación de nuevas áreas protegidas, es necesario que se incluyan “criterios ambientales específicos”, puesto que “hay que considerar que estamos haciendo frente a la afectación masiva de ecosistemas únicos”.
Además, “quienes firmamos esta carta también creemos fundamental resguardar las cuencas según el principio precautorio”, agregó Molina, pues es imprescindible considerar “el daño irreparable” que han sufrido varias cuencas debido a la sobre extracción de agua por la minería del cobre. “El planeta entero está viviendo una crisis climática y ecológica que pone desafíos cruciales como la preservación de la biodiversidad en ecosistemas tan delicados como los salares, más aún en Chile, uno de los países del mundo que sufrirá las mayores pérdidas de fuentes de agua continental”, dice la carta.
Otra firmante de la petición, Beatriz Díez, quien es especialista en Ecología microbiana y microbiología ambiental de sistemas extremos, agrega que en los salares no sólo hay minerales sino también una alta concentración de materia orgánica que sustenta la biodiversidad y los ciclos biogeoquímicos. De hecho, precisa, en estos salares se concentra una gran presencia de especies endémicas que “ni siquiera pueden encontrarse en otras zonas del país”. Tal es el caso del pez Orestias ascotanensis que habita el salar de Ascotán. Por lo mismo, asegura,“No proteger esos ecosistemas sería un irremediable error”.
*Imagen Principal : Salar de Tara. Foto: Conaf
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